Jabalí, puerco montés, puerco bravo; porc senglar
Sus scrofa
1177 Fuero de Teruel
Aragón
661. Del que venado moviere. Mando encara que qual quiere que venado con sus carnes primera mientre moviere, o puerco o çiervo o cabrón o liebre o conejo o perdiz o ad éstas semejantes, sea suya, maguera que [aunque] otro omne o canes agenos o auf agena el venado matare, o caya en ageno engenio, sacada casa [trampa?]. Qual, si alguno fiziere casa pora [para] prender ençebros o otro venado et otro en aquella casa prisiere venado, dé al sennor de aquella casa la meytat de aquel venado e pora sus huebos [necesidades] prenga la otra meytat que finca [queda], segunt del fuero.
662. Del que fuerça fiziere al venador. Otrosí, qual quiere que fuerça fiziere al venador que primera mientre, assí como es dicho, el venado moviere e provado'l fuere, por aquella fuerça peche XXXª sueldos e la calonia que se'n sigue, zo es assaber, por puerco montés XX sueldos, por çiervo X sueldos e por cabrón montés V sueldos; e por otros menores venados o aves torne el venado dupplado con XXXª sueldos de la dicha calonia; si non, jure solo el sospechoso e sea credido, segunt del fuero.
665. Del que en huest moviere venado. Decabo, si alguno en huest o en cavalgada o en otro lugar de empeçamiento moviere venado et otro primeramientre lo firiere, aya del puerco la cabeça con quanto ta(n)ne la oreja, e del çiervo aya el cuero, e del ençebro aya la tuértega [piel] de los lomos e de las carnes su part, e lo que romaneçiere aya aquel que el venado moviere del empeçamiento, assí como es dicho. Mas aquel que al feridor esto avant dicho le vedare peche lo dupplado.
B fol. 76 r
[GOROSCH, Max (2007): Tiempo de Derecho foral en el sur aragonés: los fueros de Teruel y Albarracín. Tomo II. Zaragoza. Amb el facsímil: El Fuero de Teruel, de Max Gorosch. Stockholm, 1950.] derechoaragones.es
1257 Fuero de Requena
País Valencià
Libro 4, Titullo IIII, 1. De los venados et otrosi de los caçadores. Qual quiere que venado moviere del comienço con canes asi commo puerco montes o çiervo o osso o liebre o conejo o perdiz o otra cosa qual quiere, sea suya, maguer que otro omne o can ageno o ave ajena lo matare, o cayere en engenno ajeno, salvo la casa [caça?, trampa?], et quien casa fiziere para tomar venado et otro tomare venado en esa casa, de la meytad al sennor de la casa et la otra meytad sea del caçador.
Libro 4, Titullo IIII, 2. Del que fiziere fuerça al caçador. Qual quier que fuerça fiziere al caçador que de comienço moviere el venado, commo dicho es, pechelo, por el osso diez mencales, et por el çiervo, çinco, et por el puerco, seys mencales et sobre esto peche diez maravedis por la fuerça que fizo, si el caçador lo pudiere provar, sinon, el sospechoso salvese con un vezino et sea creydo, et aquel que fuerça fiziere al caçador sobre liebre o conejo o perdiz o otro venado qual quier, peche el venado doblado et el dicho coto de los diez maravedis, si el querelloso lo pudiere provar, sinon, salvese el sospechoso con un vezino et sea creydo.
Libro 4, Titullo IIII, 4. Del que tirare la presa al can. Qual quier que al can o al ave la presa tirare, peche un maravedi et la presa doblada, (et si el can o el ave por aquella ocasion fuere perdida, pechela) por juri de su sennor, et quien en hueste o en otro logar al venado tiriere primeramente aya la cabeça con quanto la oreja alcançare si (puerco fuere), si fuere çiervo aya el cuero, et si fuere osso aya la terdega lomil et de la carne su parte, et quien le defendiere esto, pechelo doblado. [Pechar: pagar. Terdega: túrdiga, tira de pellejo.]
[DOMINGO IRANZO, Eugenio (2008): El fuero de Requena (14 de agosto de 1257, por Alfonso X de Castilla). Ed. Ayuntamiento de Requena, Archivo Municipal de Requena y Centro de Estudios Requenenses. Colección Fuentes documentales de Requena y su Tierra, 2. Requena, Valencia.] requena.es
1312-1350 Reinado de Alfonso XI
Murcia
De la abundante caza, mayor y menor, en el reino de Murcia tenemos numerosos testimonios de los siglos XIII, XIV y XV. Especialmente el libro de la montería, de Alfonso XI, que en lo que se refiere al término municipal de Murcia, menciona en sus cercanías la rambla de los Aguzadores "que es buen monte de puerco en invierno"; lo mismo dice de la sierra de Carrascoy, o de la de Espuña "que es buen monte de osos et de puerco en invierno"; en la isla Grosa "hay en ella muchos venados", y en las tierras bajas son muchas las ocasiones en que se cita la caza de venados, encebra*, corzos, gamos y jabalíes.
* Nota a pie de página:
"En la sierra de Chinchilla havia venados, corzos, cabras monteses y algún jabalí, y una especie de salvagina, que no la ha habido en toda España, a manera de yeguas cenizosas, de color de pelo de rata un poco mohinas, que relinchaban como yeguas y corrían más que el mejor caballo, y los nombraban encebras".
De la "Relación de Chinchilla", hecha en 1576 a Felipe II. (Merino Álvarez, Geografía histórica de la actual provincia de Murcia, pág.217).
También en la raya fronteriza con Orihuela abundaba la caza mayor, especialmente el venado. Tal era la cantidad, que la venta de "salvagina" en la ciudad de Murcia era uno de los artículos más frecuentes en sus mercados. En las Actas Capitulares puede apreciarse, con una continuidad muy significativa, cómo el Concejo controlaba y establecía los precios de venta al público junto a otros artículos de primera necesidad, lo que nos demuestra su abundancia.
Así, por ejemplo, en 1310 los carniceros pagaban los correspondientes derechos para el común de la ciudad de las carnes que vendían, y de ellas recogemos las siguientes:
"Por cada cabeça de çiervo, dos maravedís e cuatro dineros."
"Por cada cabeça de puerco montés, dos maravedís e dos dineros."
"Por cada cabeça de puerca montés, un maravedís e dos dineros."
"Por cada cabeça de cabrón montés, ocho dineros."
"Por cada cabeça de cabra montés, cuatro dineros."
"Las enzebras que paguen según los çiervos."
También era abundante la caza menor, y los precios de venta señalados por el Concejo para conejos, liebres y perdices, aparecen de vez en cuando en los acuerdos municipales. La perdiz debía de considerarse como alimento más selecto, porque cuando llegaba algún huésped distinguido a la ciudad, se le obsequiaba con gallinas, perdices, carneros, pan, vino y fruta. Así se hizo con doña María Hurtado, esposa de don Alonso Fajardo, hijo del adelantado Alonso Yáñez Fajardo, o durante la estancia en Murcia de Boabdil, el último monarca granadino, para quien tuvieron toda clase de atenciones.
La afición a la caza era tal, que una de las primeras peticiones del concejo murciano a Alfonso el Sabio, once años después de su reconquista, y que el monarca iba a conceder por su carta fechada en Vitoria a 22 de enero de 1277, fue la de poder "fazer dehesa de conejos en el su término que ellos han en el campo de Cartajena". Con ello restringía la libertad que anteriormente les había concedido en 18 de mayo de 1267, al decir "les otorgamos e mandamos que caçen francamientre en todo el regno por o quisieren". Ya la caza no era para todos, surgía el primer coto en el reino de Murcia y una situación privilegiada para algunos.
A ella iba a seguir otra restricción posterior, la de Alfonso XI. Atendiendo una petición de los regidores murcianos, prohibió que en el término de la ciudad "no fuesen osados de matar puerco, ni oso, ni gamo, con ballesta ni con cepo ni con otro armadijo, so ciertas penas, porque en el término de dicha ciudad había pocos montes donde los dichos puercos y osos se pudiesen criar, y que en los lugares del dicho reino, a ella comarcanos, hay mucho término donde se crían".
La prohibición por entonces no es sólo para la caza mayor, pues la veda y los inconvenientes puestos para la menor van creando muchas dificultades. Las medidas legislativas del Concejo murciano en el siglo XIV van aumentando las prohibiciones. Algunas de ellas son así: "Ningún caçador non sea osado de caçar conejos en verano, es a saber, de la Pascua Florida fasta la fiesta de Sant Miguel de setienbre, por razón que se pierde la caça e las pieles e torna a gran daño. Et si algunos lo fizieren, pierdan la caça e pechen por caloñia por cada vez cinco maravedís". A ello se añadió "otrosí, que ninguno non sea osado de conprar caça para revenderla, mas los caçadores que la caçaren la vendan o la fagan vender a las mugeres o a sus conpañas, e que la vendan e la tengan todavía para vender en la plaça de Sant Bartolomé e non en otro lugar". Igualmente se prohibía a los cazadores el que "non caçen con perro nocharniego".
Por otra parte "ninguno omes estrangeros que non fueren vezinos desta cibdad non sean osados de caçar en nuestros términos de Murcia sin licencia e actoridat de los jurados... so pena de veinte maravedís e que perdiesen la caça e los furones e los canes". Lo mismo sucedía al "pastor estraño que llevare podenco o furón. Otrosí, que qualquier que acabdare madriguera alguna, que peche de pena sesenta maravedís". Otras muchas medidas y acuerdos concejiles fueron regulando la caza en el transcurso de los siglos XIV y XV.
En octubre de 1484, ocho de los principales vecinos de Murcia, de los más acaudalados de la ciudad, en representación, según decían de otros muchos, elevaron por escrito una queja ante el Consejo contra los moros que vivían en Alcantarilla y Puebla de Soto. Manifestaban que estos mudéjares, formando compañías y con numerosos galgos, cazaban liebres en el campo de Sangonera, de tal modo, que todos juntos "talan la caça", y cuando los cristianos querían "aver algun deporte" saliendo a cazar, no encontraban ninguna liebre por mucho que anduvieran, porque "la tienen segada los moros". La protesta estaba basada en que consideraban que el ejercicio de la caza no era propio para los moros, sino para los caballeros, como ellos, para "personas honrradas", y suplicaban el que se dieran órdenes prohibitivas, el que no se permitiera a los moros el practicar el "exercicio" de la caza. Malos tiempos corrían ya para los mudéjares, más aún cuando la guerra de Granada, la definitiva, había ya comenzado. Naturalmente, el acuerdo concejil de 30 de octubre de dicho año fue el vedar a los moros la caza de liebres con galgos y redes, bajo pena de seiscientos maravedís, a distribuir por mitad entre los acusadores y los ejecutores. Y por si esta medida no era suficiente, para darle mayor efectividad a la prohibición y a la vez satisfacer a los poderosos peticionarios, se nombraban como ejecutores a Rodrigo Escortell y Francisco Pedriñán, precisamente dos de los ocho firmantes de la denuncia. [A continuación, incluye el texto de la denuncia.]
No era sólo el concejo de Murcia el que se preocupa de mantener cotos de caza para su uso exclusivo, pues puesto de acuerdo con el de Cartagena, prohibieron la caza de conejos, perdices y liebres con podencos, galgos o cualquier otro modo en una dehesa común de ambos municipios, en la rambla del Albujón, en que se señalaban como límites el "torrejón del Alhorra hasta el camino de Cartagena".
Existía también otra caza privilegiada, la de los francolines "por quanto es caça que pertenece a sus altezas". Pese a ello, eran muchos los que cazaban estas gallináceas y las vendían a los vecinos de la ciudad. Enterados los regidores de como eran muchos los ciudadanos que tenían francolines en sus casas y se negaban a decir quiénes se los habían vendido, acordaron por una ordenanza, aprobada en 18 de noviembre de 1494, reiterar la prohibición de cazarlos o tenerlos, añadiendo que la persona que tuviera o hubiera tenido francolines y se negara a decir quién se los vendió, fueran castigados con diversas penas. Aparte de ellos "que sean sueltos los dichos francolines e los echen a la huerta para que tornen a criar y si fallaren [hallaren] las alas peladas, que caya en la pena de la hordenança quien ge las peló".
Por otra parte, conforme a la ley aprobada en Salamanca, recordada por carta de los Reyes Católicos, el Concejo en 7 de febrero de 1495 dictó una disposición prohibiendo tirar a las palomas en los palomares "nin las armen nin tomen con redes ni otras paranças" bajo ciertas penas.
Ya en el reinado de Carlos I aumentarían las restricciones en la caza mayor para los no caballeros. Como la prohibición de Alfonso XI había sido para el término concejil de Murcia, la caza continuó en el resto del reino sin coto alguno. Los osos, jabalíes y ciervos eran cazados con ballestas, cepos y escopetas, por toda clase de persona, impidiendo las monterías de los caballeros. Nueva petición, esta vez al emperador Carlos V. Y carta de éste, en Toledo a 5 de agosto de 1525, en la que tras hacer un resumen de las disposiciones anteriores, especialmente la de Alfonso XI, prohibía que en todo el reino de Murcia se cazaran osos, ciervos y puercos con "ballestas ni con escopetas, ni cepo ni otro armadijo", bajo pena de seiscientos maravedís y de perder las armas. Así encontraban satisfacción los "caballeros y monteros de dicha cibdad" que no hallaban donde "ejercitarse". Ello no impediría la rápida desaparición de la caza mayor en el reino de Murcia.
[TORRES FONTES, Juan (1984): La caza, deporte y privilegio, pp.35-39. En Estampas de la vida en Murcia en el reinado de los Reyes Católicos. Nº 012, artículo 004. Murcia.] regmurcia.com
1341 Establiment del Bosc [i altres notes]
Catalunya: Tortosa (Baix Ebre, Tarragona)
5. Regulació de l'explotació forestal. [...]
Com a exemple de la preocupació per mantenir els recursos naturals del Port per part del municipi descriurem ràpidament l'establiment del 1341, amb el títol d'Establiment del Bosc articulat en trenta punts. AHCTE, fons Ajuntament de Tortosa, secció històrica: establiments 4 (1341-47), fol. 68r-75r. [...]
25.- Es prohibeix als forasters de pescar en cap toll d'aigua dels Ports, "ni caçar alguna caça, aus, ni bésties salvates, grosses ho menudes, dins les muntanyes dels dits Ports". Qui sigui ciutadà o veí de Tortosa pot caçar i pescar, però ho ha de dur (a excepció del que consumeix o "dona convenientment") i vendre a la ciutat, sota pena de 60 sous.
[...]
8.6. Caça
Una prohibició tardana, del 1519, de la reina Joana i l'emperador Carles I, clou una divergència secular respecte al dret de caça. Sentencia el document taxativament:
"Por quanto nuestra voluntat és de mandar guardar los montes reales de nuestra ciudat de Tortosa, Amposta y Ulldecona...", on no es pot caçar sense expressa llicència" puercos, ni ciervos, ni corços ni gamos. (AHCTE, fons Ajuntament de Tortosa, secc. històrica: núm. 377 (Comú II, 36).
En 'Historia de Tortosa y su comarca', volumen 3, p. 365, trobem aquesta dada ampliada:
Según afirma erudito tan conocedor de nuestro Archivo municipal, como Pastor y Lluis (en EIR, del año 1914 y LaZ, n.º de Febrero-marzo de 1922, pág. 39, art. 'Los bosques de Tortosa y la caza de montería': "Frondosos bosques y espesos matorrales poblaban los cercanos montes de Montsià, Caro y Fullola, en los pasados siglos, dando albergue a una variada fauna que atraía la codicia de los dedicados a excursiones cinegéticas. En ellos vivieron bandadas de jabalíes, corzos, gamos y venados, motivando continuas batidas por parte de los naturales del país, y de vez en cuando muestros monarcas acudieron a solazarse en los ejercicios de montería al son del ronco cuernoque incitaba al ojeo por entre los encinares y malezas de las vecinas montañas".
El dret de caça reconegut per als ciutadans de Tortosa sovint el limitaven les prohibicions periòdiques dels monarques per a qui es comptava com a reserva particular.
Joan II hi havia prohibit i revocat alternativament la caça de porcs senglars i altra mena de caça major. (Nota: És ben coneguda l'afició per la caça als Ports d'aquest i d'altres monarques. Ja en parla Pastor Lluís, Federico: "Los bosques de Tortosa y la caza de montería" - La Zuda (1922), fasc. 104, p. 39 i 40; o bé GALINDO, Mariano: Visitas de reyes y príncipes a la ciudad de Tortosa (en los siglos XIV y XV). Tortosa, 1915.
A títol d'exemple de les prerogatives reials, transcrivim una carta del rei Ferran del 1495:
"Lo Rey. Amats e fels nostres. Per que les caçes de aqueixa ciutat sien guardades per a quant, plaent a nostre senyor Deu, siam allà, vos encarregam e manam façau vedar e prohibir totes les caces, axí de salvatjes com de venats e altres caçes de mont, ab imposició de penes perque sia millor observat e guardat, e no feseu lo contrari en alguna manera per quant axí cumpleix a nostre servey. De Taracona, a XVI dies del mes de octubre del any Mil CCCC LXXXXV".
[CURTO HOMEDES, Albert (2001): La gestió dels Ports durant la baixa Edat Mitjana. Recerca, Núm. 5 (gener de 2001), pp.21-52.] raco.cat
1413 Bosquejo histórico de Oropesa
País Valencià
ORPESA [Plana Alta, Castelló]: Sevillano Colom, en su "Bosquejo histórico de Oropesa", dice, entre otras cosas: "Fue en 25 de septiembre de 1413. Reinaba en los países de la corona de Aragón el primer rey de la dinastía Trastámara, Fernando I de Antequera. Le acababan de elegir libérrimamente los compromisarios de Aragón, Cataluña y Valencia reunidos en Caspe, después de la muerte de Martín el Humano". Al comienzo hace en el privilegio una brillante descripción de la costa rocosa de los fáciles escondrijos donde podían fácilmente, los sarracenos, ocultarse para sus incursiones piráticas y las presas en corso. Expone luego las múltiples ocasiones en que han sido capturados miles de cristianos (varones y mujeres) y llevados cautivos a tierras musulmanas. Pinta el cuadro de desolación de unas tierras feraces, abandonadas por sus habitantes por falta de seguridad: "En lugar de hombres, las habitan -dice- jabalíes, lobos y panteras [linces?], y en lugar de aves domésticas revolotean los buitres y los cuervos". El espectáculo es tal que no se puede contemplar con los ojos secos ('siccis occulis'). Para poner remedio a tal estado de cosas, ordena que ea construida, en el sito que parezca más útil y cómodo, una torre con capilla o basílica y con edificios fortificados, desde donde puedan observarse las naves amigas o enemigas que vinieren hacia el cabo; y donde pudieran refugiarse los habitantes en caso de ataque. Dicha construcción tenía que ser llevada a cabo, sin perjuicio para los derechos reales ni para "el noble Jaufredo de Thous, de quien se dice que es el lugar de Oropesa". [...] (Pàg.82)
[PUERTO MEZQUITA, Gonzalo: Guía Comercial e Industrial de Castellón de la Plana 1958. Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación. Castellón] repositori.uji.es
1576 Relación de Chinchilla, a Felipe II
Murcia
De la abundante caza, mayor y menor, en el reino de Murcia tenemos numerosos testimonios de los siglos XIII, XIV y XV. Especialmente el libro de la montería, de Alfonso XI, que en lo que se refiere al término municipal de Murcia, menciona en sus cercanías la rambla de los Aguzadores "que es buen monte de puerco en invierno"; lo mismo dice de la sierra de Carrascoy, o de la de Espuña "que es buen monte de osos et de puerco en invierno"; en la isla Grosa "hay en ella muchos venados", y en las tierras bajas son muchas las ocasiones en que se cita la caza de venados, encebra*, corzos, gamos y jabalíes. [...]
* Nota a pie de página:
"En la sierra de Chinchilla havia venados, corzos, cabras monteses y algún jabalí, y una especie de salvagina, que no la ha habido en toda España, a manera de yeguas cenizosas, de color de pelo de rata un poco mohinas, que relinchaban como yeguas y corrían más que el mejor caballo, y los nombraban encebras".
De la "Relación de Chinchilla", hecha en 1576 a Felipe II. (Merino Álvarez, Geografía histórica de la actual provincia de Murcia, pág.217). [buscar]
[TORRES FONTES, Juan (1984): La caza, deporte y privilegio, pp.35-39. En Estampas de la vida en Murcia en el reinado de los Reyes Católicos. Nº 012, artículo 004. Murcia.] regmurcia.com
1580 Onofre Pou
Catalunya
De algunes besties salvatges:
[...] Porc senglar. Aper, apri. [...] (fulles 44-45)
Caça de senglar:
[...]
La corneta.
Lo qui sona la corneta.
Los darts, o llançons.
Tancar, o tapar los passos.
Brage, o instrument per pendre animals per los peus.
Sercar caça.
Posar filats.
Donar en los filats, y llaços.
Descabullir, o desembolicarse dels filats.
Un senglar molt brau.
Que llança bromera per la boca.
Bramar.
Esclafir les dents.
Girar los ulls de cada part.
Tot eriçat.
Moure lo senglar ab los goços.
Donar grans crits.
Travessar lo senglar.
Lo senglar es caygut mort en terra.
Tornarsen ab presa. [...] (fulles 45-46)
*No transcribim la traducció en llatí
[POU, Onofre (1580): Iesus: Thesaurus Puerilis. Authore Onophrio Povio Gerundensi Artium Doctore. Apud Ioannem Paulum Menescal. Barcinone.] books.google.es
1644 Alonso Martínez de Espinar
Reino de Castilla
CAPÍTULO V. De lo que deben saber el Ballestero, y Montero y Cazador de los cuatro elementos para su ejercicio. [...] El elemento del agua es el que fertiliza la tierra de todas plantas, aves y animales, y de él necesita todo viviente para su conservación; es más apetecida de todo género de caza en unos tiempos que en otros; de este conocimiento se ha de valer el ballestero para buscarla cerca o lejos de ellas, con inteligencia de las calidades de la que sigue, y del tiempo caliente o frío, húmedo o seco; y esto en particular siguiendo los jabalíes, que son muy fogosos y lo más del tiempo se sustentan de lo que sacan debajo de la tierra; y así, su mayor habitación es en las partes húmedas y abundantes de este elemento. Las demás reses, venados, gamos y corzos, con mucha habilidad, buscan el agua, aunque sea lejos de sus querencias; esto es necesario observarlo en el verano más que en el invierno, que es cuando más necesitan las reses de ella. Cómo se ha de aguardar la caza en las aguas se dirá en el capítulo que le tocare. (p.18)
CAPÍTULO VIII. Como se hace la hierba de ballestero como instrumento de caza. Esta hierba se hace de las raíces de la vedegambre; cógense en la menguante de agosto, por estar entonces en su mejor sazón y fortaleza; para hacer este veneno son mejores las raíces más pequeñas y las que son más morenas, que tiran a amarillo; las blancas no son tan fuertes; cógense en las sierras de Guadarrama y en las de Béjar; son como nabillos menudos, y los más barbadillos y delgados son los mejores; la diligencia que se hace es quitarles toda la tierra y otra cualquiera bascosidad, y lavarlas muy bien; después de esto se machacan y ponen en una prensa para sacarles el zumo, el cual, muy bien colado, lo ponen a que hierva, y le quitan la espuma y bascosidad que le ha quedado; y hecho esto, le vuelven a colar y le ponen al sol desde las diez del día hasta que va cayendo la tarde; y lo mismo se ha de hacer tres o cuatro días o más, y cada día, antes de ponerlo al sol, se ha de colar, como queda dicho, y cuando está en su punto, queda como arrope, de aquella misma color, pero más espeso, de manera que si le meten una paja o palillo dentro, se pegue a él; la que hace más largo hilo, y cuando se quiebra, se encoge más aprisa, y oliéndola, provoca con violencia a estornudar, es la más fuerte. Otors hacen esta hierba dándola, en lugar de sol, hervores; mas no es tan fuerte como la que cura el sol. Pruébase este veneno en un pollo o palomino: toman una aguja con una hebra de hilo, el cual mojan en la hierba; pasanle al pollo por la planta del pie entre cuero y carne, cuando haya sangre, y luego, al instante, antes de un Credo, tulle y da algunas cabezadas, y en muy breve espacio, muere. Lo mismo hace en un gato u otro animal, si la hierba es buena. Yo he visto algunas tales que dándole una saetada a un venado o gamo, en huyendo cien pasos, poco más o menos, suelen estos animales volver la cabeza a donde recibieron el golep, y en un muy breve espacio que está parado, cuanto puedan hacer lo dicho, cuando se quieren volver a menear para huir, ya la hierba ha llegado al corazón y le va asiendo. Conócese esto en que el animal empieza a toser y da algunas cabezadas y gorma [vomita], y en un instante está muerto. [...] A los animales a quien más aprisa mata, es a los más coléricos, y así el jabalí, el lobo y el gato mueren más brevemente. (pp.27-28)
CAPÍTULO XIX. De los instrumentos de telas y redes que tiene su majestad en su Real Montería, y otras redes con que se cogen aves y caza menor. Entre otros instrumentos que hay de caza, tiene su Majestad unas telas con que se cercan los montes, y la caza que se coge dentro no puede salir, por ser ellas de más de estado y medio de alto, de manera que ningún animal las puede saltar y con dificultad romper, porque son de muy fuerte cáñamo torcido; cercárase con ella una legua en redondo; cogen dentro todo género de caza: jabalíes, venados, gamos, lobos, zorras y otros animales. Este instrumento no le puede tener en España, sino el Rey nuestro señor, por ser de mucha costa y trabajo para cazar con él. Trujo estas telas a España de Alemania el Emperador Carlos V, de gloriosa memoria, porque allí las han usado algunos príncipes soberanos. [...] Cuando su Majestad quiere hacer alguna montería con ellas, lo dice al montero mayor, que hoy lo es el señor Marqués del Carpio, y él da la orden a su sotamontero, el cual manda al alguacil de las telas avise a los monteros, que en todos son treinta y seis: cuatro de a caballo, cuatro de traílla y veintiocho de ventores y lebreles. El alguacil que tiene estas telas a su cargo le tiene de macrir [sic] carros en que se lleven, que son menester veintiuno. Asimismo cuida de alojar a los monteros y tenerles provisión para su sustento. Tiene asimismo la montería un capellán, que les dice misa, y fuera de las telas tiene redes en que se cogen jabalíes, lobos y zorras; son de un cordel muy fuerte, como es necesario para que sujeten animales que tanta fuerza tienen; úsanse otras redes para venados y gamos. (p.57)
CAPÍTULO XXI. Del amor y fidelidad que el perro tiene con el hombre por instrumento de caza. [...] En cada provincia hacen los perros a diferentes costumbres en los modos de caza, conforme el cuerpo y calidad que ellos tienen. Los mayores perros son los lebreles; cébanlos en venados, jabalíes y osos; la hechura del cuerpo del lebrel ha de ser muy delgado, grandes ojos, la cabeza larga, cenceño y de mucha ligereza. Hay otros perrillos, que llaman zorreros; éstos son muy pequeños y encrespadillos, tienen las orejas muy grandes, la cola muy enroscada encima del lomo, son algo vedejudillos [vedijudo: el que tiene el pelo encrespado, o en vedijas], persiguen las zorras y gatos monteses, y los tejones y turones; son muy valientes, grandes mordedores; entran en las cuevas de estos animales y allí los ladran y muerden, hasta que los matan o hacen salir fuera, y cebados éstos en jabalíes, los persiguen y rastrean como los sabuesos. [...] (pp.60-62)
CAPÍTULO XXIV. De las astucias y lealtad del sabueso. [...] Crió Dios todas las cosas para el servicio del hombre; pero con su trabajo le hizo señor de ellas, para darle a entender cuán limitado es el poder que tiene; [...] (el hombre) hizo redes que sacasen los peces de las profundidades de las aguas, enseñó aves; [...] para los animales tuviera esto grande dificultad, particularmente para los bravos y feroces; [...] el león, tigre, oso, jabalí y otros no lo son (esclavos del hombre); [...] mas contra sus astucias, breñas y montañas crió [sic] Dios al perro, fiel amigo del hombre; el cual, si fuera silvestre, con dificultad se matara esta caza, y es tan leal, que con su trabajo le hace fácil lo imposible. [...] (pp.65-66)
CAPÍTULO XXV. Cómo el sabueso hace que sepa el hombre los montes, como sabe la caza. Es de tanta importancia al ballestero el sabueso, que sin él no pudiera ejercer la montería ni alcanzara a saber dónde había de hallar la caza ni dónde aguardarla para matarla, y el sabueso se lo facilita y le hace que sepa los montes por menudo, como ella los sabe, que siguiéndola por la traílla conoce los caminos que toma, halla donde se encama y los pasos que tiene en las espesuras para ir de una querencia a otra, ya cuando se recoge a ellas, ya cuando las deja y va a buscar su sustento; halla asimismo los bañaderos y aguas que toman los jabalíes y demás caza mayor, que todo esto suele estar en las mayores espesuras, y conoce por lo referido la querencia de los animales, que no tienen todos una misma habitación, que el jabalí se encama en diferente parte que el venado, y éste en diferente que el gamo. [...] (pp.66-67)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO IV. Cómo debe el ballestero o montero conocer los rastros de la caza. Es muy necesario sepa el ballestero o montero y diferenciar las reses unas de otras: cuál es jabalí, cuál venado y cuál gamo o corzo; y en el rastro saber la res que sigue, si es pequeña o grande, que muchos no alcanzan estos, y en algunos tiempos del año tiene dificultad; porque el tiempo desemeja las huellas de la caza y hace que parazca lo que no son: el grande, pequeño, y al contrario, el pequeño, mayor. [...] (pp.85-88)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO IV. Cómo debe el ballestero o montero conocer los rastros de la caza. [...] Para conocer y diferenciar el rastro del puerco, del venado o gamo se ha de advertir que los puercos tienen los pesuños de las manos cuadrados, y los hinca en la tierra más afuera del derecho de su brazo; y si los señala mucho yendo cuesta arriba, es señal de puerco viejo y grande; comúnmente son mayores los machos que las hembras, y así lo muestra su huella; tienen las manos mayores, muy romas las puntas de las uñas y cerradas de adelante; habitan por la mayor parte en tierras ásperas y montuosas; son animales que andan mucho, y así, van fuera de las espesuras a los panes y viñas y otras comidas, aunque estén lejos de sus querencias, y con el mucho ejercicio que hacen se les gastan y enroman anto las uñas; fuera de esto, son conocidos en lo que hozan, porque como tienen más fuerza que las hembras y es su hocico mayor, así lo son los hoyos y las hozaduras que hacen. Las hembras tienen menor huella y más angosta y puntiagudas las uñas, y de adelante las abren más; los pesuños de las manos son más alargados y cerrados a la mano que los del puerco; sus hozaduras menores, y en esto son más conocidas, tienen mucho menos ánimo que los puercos, y así no desamparan las espesuras. [...] (pp.85-88)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO VII. Cómo se ha de partir el monte para estrechar el concierto, y si se levantan las reses, volverlas a concertar. [...] Los jabalíes hacen lo mismo, aunque por diferente camino; huyen muy a lo largo rabo a viento, mas para esto no dejan el monte espeso, como las otras reses; por él huyen con tanto miedo, que el día que los han atraillado o corrido, si habían de salir a campear, como lo acostumbran en siendo de noche, aquélla lo pasan dentro del monte, y si salen, es después de la mitad de ella, que no les sale tan presto el miedo del cuerpo, porque el jabalí es el más recatado animal que se conoce. [...] (pp.92-94)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO VIII. De la segunda manera de concertar, desde la atalaya. [...] Desde el atalaya ve el ballestero cuanto entra y sale en el monte, a qué hora se recoge el jabalí y dónde se encama; lo mismo alcanza de la demás caza. Si está en ella asistente hasta mediodía, ve cuándo se levantan las reses a mudar cama, en particular los venados y gamos, que son animales más inquietos; que el jabalí más la guarda; y aunque es verdad que todas las reses se levantan a mediodía a sus necesidades, a éste es maravilla verle, porque como no sale de la mata en que está ni se descubre a monte claro, no se puede ver; los venados y gamos sí, porque son de diferente color del monte y porque alrededor de donde han estado encamados se desencogen y esparcian, y comen algún bocadillo, y se vuelven a encamar. [...] Hanse de tomar las atalayas conforme el tiempo: en el verano, en las sombrías, en la tierra más descubierta y pueda gozar del viento; esto en particular atalayando reses cervunas o gamos, que esta caza no se encierra comúnmente en la espesura, como el jabalí, y para él se ha de ver la tierra más espesa y honda, y si es posible, cerca del agua o humedad, que aquélla es la comodidad que buscan, como ya hemos advertido. En el invierno se ha de tomar atalaya en las solanas. Para puerco, en monte bajo y espeso, en lo abrigado del viento, conforme el que al presente corre, y para las reses cervunas y gamos, en los mismos abrigos, mas en monte hueco, que le pase el sol y le pueda gozar la caza y estar escondida. [...] (pp.95-96)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO X. Cómo se han de conocer las heridas de las reses. [...] Todo lo que está dicho de estos venados y gamos para su cobranza, en cuanto a brazos y piernas, es al contrario en el jabalí, porque corren al revés en él estas cosas, y así, con este conocimiento se ha de haber el ballestero con ellos, para que consiga lo que se pretende. Este animal es muy cargado de adelante, tiene la cabeza muy grande y la trae muy cerca de la tierra, y con un brazo menos no puede llevar todo el peso del cuerpo, que el medio de adelante pesa el doble que el de atrás, y así no puede con él ir rompiendo las espesuras. [...] (pp.97-99)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XVI. Cómo se han de batir estas reses concertadas. Puesto que el ballestero ha concertado venados o gamos y no quiere aguardar a que se levanten, y los ha de batir y ponerse delante en su huída, para acertar este puesto, siendo por la mañana, ha de mirar la querencia más cercana a que podrán huir, levantándolas de donde están el monte más continuado para ellas, y los pozos que tienen cuando de su voluntad van de esta a la otra, en qué parte los tienen más juntos, porque a ello obligan la tierra y los hilos y continuación de los montes. Todo lo dicho debe mirar con mucho cuidado, y advertir que es diferente el paso de los venados que el de los jabalíes, que ellos toman lo más espeso y oscuro; y el venado quiere monte cubierto, pero hueco, que él pueda salir aprisa, y esto en monte bajo y cerrado no lo puede conseguir. [...] Si fueren gamos los concertados, se advierte que estos animales son menos montaraces que los venados; por la mayor parte se crían en dehesas y montes llanos; su huída es por lo menos agrio, siendo las espesuras de unas querencias a otras, buscando también lo menos embarazoso, rehusando tomar las cumbres, que en esto se diferencian mucho de los venados; [...] (pp.121-122)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XVII. Cómo se matan los venados contrahaciendo su voz. [...] De todos los animales bravos, los machos (de los gamos) son más recatados que la hembras, mientras más perseguidos, guardan más esta costumbre, y muchas veces vemos, al recogerse la caza por las mañanas, dejar los machos las hembras e irse ellas a encamar a una parte y ellos a otra; esto es muy común en jabalíes y venados. [...] (pp.123-126)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXI. De la naturaleza y calidades del jabalí. Es éste por su naturaleza, muy bravo, valiente y ejecutivo, y cuando se ve acosado, tan dañino, que su ferocidad compite con la de los más fieros animales; en su defensa nada teme; sus armas son dos colmillos en las quijadas de la parte de abajo, con otros dos dientes redondos en las de arriba, que llamamos remolones; estos colmillos, en tiempo de necesidad, los aguza en el remolón y ponen tan agudos, que tirando un golpe a un caballo, le corta las cerdas en el aire, cosa que se ha visto muchas veces; para hacer la herida saca hacia fuera la quijada de la parte que tira el golpe, y todo lo que hinca carga sobre ello el remolón, y lo que coge en medio lo corta con tanta sutileza como si fuera una navaja; y por eso los colmillos del jabalí entre ballesteros y monteron tienen ese nombre (navaja). Cuando está colérico no hay a que comparar su soberbia; los ojos le revientan sangre, la boca llena de espuma, sus golpes son muchos, sus heridas muy grandes, que yo he visto de una herida de un jabalí cortadas cuatro costillas a un perro, y de otra echar las tripas fuera a un caballo con la faciliad que pudiera un toro; y cortarle a otro perro el espinazo y dejarle partido, sin que pudiese menearse de allí, que con una espada de a caballo parece dificultoso. Hay jabalí que le sueltan una montería de veinte sabuesos y lebreles, y mata los más de ellos y se escapa. Los jabalíes han muerto muchos hombres, que queriéndose llegar a ellos cuando están perseguidos han quedado hechos pedazos. Es animal pesado y de poca agilidad, pero de mucha fortaleza en la tierra que habita, que siempre es muy montuosa; tiene mucho tino para ir donde quiere; de lejos ve poco, y no osa salir a tierra rasa porque no se fía de su vista y agilidad para huir cuando se le ofreciere; en lo oscuro ve mejor, a causa de traer la cabeza muy cerca de la tierra; anda siempre retirado de mucha luz; lo másque campea es de noche, porque conoce que en descubriénsose a lo raso es perdido, por las causas dichas; la espesura es muy a propósito para que él huya, que con aquella trompa y su mucha fortaleza rompe el monte con mucha facilidad, que no le embaraza para huir, como a los otros animales, y así él, en sus necesidades, continúa este camino sin dejarle. Es cosa muy común que los jabalíes viejos que han sido perseguidos traen en su compañía otro jabalí pequeño, que es con cautela, aunque en lo irracional no cabe discurso; mas conócese lo dicho por las cosas que hace, que en las partes que él tiene recelo echa al otro delante para que si hay peligro lo padezca, y él se ponga a salvo. Y asimismo, cuando en la espesura están encamados y les sueltan perros, siempre el puerco viejo se está quedo hasta que el otro huye delante y los saca tras sí, y él, como astuto, en este tiempo, por otro camino, se escapa. Aún pasa más adelante su astucia, que cuando está solo, la primera salida que hace huyendo de ellos, es pico a viento, para que por él le sigan sin rastrearle, con lo cual los engaña; porque en la primera mata se queda alastrado, y como van tan recios, porque le han venteado, creyendo le llevan delante, no reparan, y con cien pasos que se alejen de él se hallan desatinados, y en viendo que han pasado, revuelve atrás, echándose el viento encima; con lo cual los perros quedan perdidos y rabo a viento, para que no le puedan seguir sino es por el rastro; y esto les ha de costar mucho trabajo, particularmente en monte espeso y bajo, donde no pueden hacer la mitad de diligencia, y como él no tiene otra cosa que le embarace, en el tiempo que se detiene en buscar su rastro ya ha escapado. Tiene en esta huída gran ventaja, que como lleva el viento encima, oye y ventea los que le siguen; con lo cual hace más o menos diligencia, como en aquel caso pide la necesidad; y si huyera pico a viento, como al principio, le alcanzarán luego los perros, que son mucho más ligeros que él, y como les iba echando su perdición, y con este conocimiento usan de estos ardides, que parece es menester discurso para pensarlos el hombre, y es muy cierta verdad que usa de ellos este bruto muy comúnmente. (pp.129-131)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXII. En que se advierten los recatos del jabalí por su naturaleza y los descuidos que tiene por su ociosidad. La conservación de los animales es su cuidado; es mayor en ellos, según la raza de cada uno, que por naturaleza hay unos más bravos que otros, y en la persecución todos acuden a la defensa; que es amable a la vida, y para no perderla, bravos y menos recatados, hacen lo que pueden; entre todos, el más montaraz es el jabalí, como queda dicho. Grandes males acarrea el ocio; [...] sin persecución de cazadores que le inquieten, empieza a descuidarse y va cada día perdiendo el miedo y recato; y el que por su natural costumbre se recogía y encamaba antes que saliese el sol, con lo cual se libraba de las acechanzas de sus enemigos, ya se toma licencia para recogerse dos horas después de haber salido. [...] (pp.131-132)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXIII. Cómo se ha de aguardar el jabalí a la tarde después de concertado. [...] Las (señales) que pudieran afirmar que saldrá por donde entró son éstas, y por aquí las ha de conocer el ballestero: busque el rastro del puerco en la cena de aquella noche, y si desde que salió de ella guía derechos a la querencia, cuando hace esto es señal que van satisfechos, porque han hallado en aquella parte suficientemente lo que han habido menester, y entonces no se mudan a otra si no hay accidente. Cuando a los jabalíes no se les halla la cena, poca comida hay, y vanla buscando en muchas partes, y no tienen querencia segura y se encaman donde les parece, y esto es causa de que muden los cambios. Lo segundo, se ha de mirar si por la parte que esta res entró tiene otros rastros, entradas y salidas frescas en aquella querencia, aquél es su paso y allí se le ha de aguardar. Lo tercero, si se encamó a la entrada de ella, lo hizo con cuidado de volver a salir por allí y no se metió más adentro, por tener menos que andar a la tarde. Si se encamó pico a viento, es señal que va seguro, que no le siguen, que si viviera con ese cuidado no entrara él en la querencia de esa manera. Asimismo tomará de buena gana aquella salida, por la seguridad que halló cuando se vino a encamar, y porque aquel día ha estado seguro y no ha sentido cosa que le dé cuidado. [...] (pp.132-133)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXIV. De lo que se ha de hacer para matar las reses recaladas y maliciosas. [...] El jabalí ballesteado vive con gran recato y con poca ocasión huye: por donde quiera que va, es con mucha inquietud; no da un paso en balde ni sigue los de otros; desde la comida jamás va derecho a donde se ha de quedar; no osa pasar por tierra clara mientras dura la luz del día, y si alguna vez le es fuerza, va buscando lo más cubierto, y a falta de monte, la tierra más honda y oscura, las cañadas y badenes, y siempre lleva este cuidado; cuando se va a encamar, para estar seguro y saber si le siguen y rastrenan [sic], aunque tenga la querencia cerca, si no es el viento a su modo que pueda entrar en ella con él en las aspaldas [sic], va rodeando hasta poderlo conseguir, con lo cual vivamente goza del oído y del olfato; todas estas prevenciones lleva cuando se encama, y en sintiendo algo, se pone en huída, que reconoce que de otra manera va perdido, y por eso hace tan ajustada diligencia, con que deja burlados a sus enemigos. [...] (pp.134-135)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXV. Cómo se ha de aguardar el jabalí levantándole de donde está encamado. Después de concertado el jabalí, ha de ventear el ballestero aquella tierra con el sabueso, que es diligencia forzosa en todos los conciertos para saber, poco más o menos, dónde está encamado; hecho esto, ha de mirar dónde tiene el puerco otra querencia adonde huir, echándole de la en que está encamado; y habiéndolo hecho, se ha de poner para tirarle lo más cerca del que se pudiere, en parte donde en levantándose y saliendo de la mata le pueda ver; y puesto quehalle esta comodidad, el lograrla las más veces consiste en llegarse con todo secreto de manera que el jabalí no haya tenido sentimiento a aquella parte de que pueda recelarse; porque si ha conocido que le puede haber sentido, no tiene que aguardarle; puesto en ella por la otra parte cogiéndole el que le ha de levantar en medio, y desviado de él doscientos o trescientos pasos, entrando a esto un hombre solo sin hacer otro ruido que cortar con el cuchillo en un árbol, y sin o se quiere levantar, se ha de arrimar a él y tornar a cortar hasta que se levante; que cuando no salga a la ballesta, irá menos recatado, y suele ser muy cierta esta ballestería, y en ella se matan muchos jabalíes.[...] (pp.135-136)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXVI. Donde se declara en qué ocasión se ha de soltar el sabueso para tirar al jabalí. Puedese hacer esta ballestería sobre puerco concertado, sabiendo bien la tierra en que está y los pasos para otras querencias, o a ventura de si el sabueso le topa en ella; hásele de soltar en el rastro, puesto que haya concierto, y no habiéndole, abarcando la querencia con el viento; esto se ha de hacer con todo secreto, sin que el puerco haya sentido otra cosa que el sabueso. [...] Y en esto se ha de poner mucho cuidado, que el jabalí es un animal muy valiente, y a un perro solo en la querencia no le huye, si no ha tenido otro sentimiento.[...] (pp.137-138)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXVII. Cómo se ha de buscar el jabalí para matarse en su querencia. Es este animal el que más aguarda encamado, fuera del conejo o la liebre, que su braveza y natural le hace estar siempre retirado en grandes espesuras, y por no ser visto de sus enemigos, teme salir de ellas, en particular cuando están muy gordos; que como es pesado, conoce que en deamparándolas es perdido. [...] (pp.138-139)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXVIII. Cómo se han de aguardar los jabalíes de noche en los panes o viñas y de día en las entradas y salidas del monte. Hay diferentes tiempos para aguardar estos animales. Cuando la tierra está abastecida de comida y la hallan en cualquier parte, se ponen muy gordos, y entonces son muy dificultosos de matar en los aguardos; porque como no han menester hacer diligencia para buscar de comer, aguardan su natural, que es andar lo más de noche, y por esto no tienen ni entrada ni salida cierta, que como se hartan en breve tiempo, lo más de él están encamados. Otro tiempo hay para ellos malo, y es cuando pasan necesidad; ésta los hace salir temprano y recogerse tarde, que el comer es inexcusable; y cuando la tierra está estéril de lo que ellos han menester, es fuerza hacer mayor diligencia para buscarlo y tomar más tiempo del que acostumbran, y así lo hacen, como está dicho. En esta sazón es buena esta ballestería del aguardo, gobernándose para acertar el puesto por sus entradas y salidas [...] Y se ha de advertir que estando ya cerca de él, es muy dañoso andar para arrimársele; lo más seguro es aguardar que él se arrime, que teniendo sufrimiento, la conseguirá, que el jabalí es muy inquieto y en ninguna parte está mucho tiempo quedo, y él se vendrá a las manos solo; cuando el entradero es muy bueno, que hay mata o peña con que poderse encubrir, se puede arrimar a él, y los animales y los hombres que ven poco de día suelen ser linces de noche; y aunque el jabalí no huya, si se ha recelado de lo que ve o siente, con aquel cuidado estará siempre, y no se arrimará a aquella parte, que ellos sin ocasión son recatados, y en teniéndola, mucho más. [...] (pp.139-141)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXIX. Cómo se han de aguardar los jabalíes en las encinas que se hallan tomadas por ellos y en los bañiles y aguas. Por septiembre empieza a madurar la bellota, y los jabalíes, y el verano, los años secos, pasan necesidad, como está dicho, y hacen gran diligencia para buscarla, y en empezándole a caer alguna de ella se ceban, y acuden a esta comida, que es gran sustento para ellos, y porque la halla en sus mismos montes, salen más temprano aquí que en otras partes, lo que se ha de hacer para matarlos, es mirar con cuidado la parte donde más acuden, quese conoce en sus rastros, y en las mismas encinas que estuvieren más tomadas y comidas de ellos, que en habiendo alguna temprana, la hallan, y hasta que maduran las otras acuden allí sin faltar. [...] (pp.141-143)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXX. Cómo se han de buscar los jabalíes cuando andan levantados por la tarde, y de noche en las comidas. Comunmente se levantan estos animales después de puesto el sol, y cuando lo hacen más temprano, es en tiempo de necesidad de comida, y en los que son lluviosos y nublados, que, como queda dicho, siempre huyen de mucha luz; cuando tienen las comidas fuera de los montes, por las orillas de ellos se andan entreteniendo, hasta que llega la oscuridad, y con ella salen fuera. [...] (pp.143-144)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXI. Cómo se matan los jabalíes con monterías de perros, sabuesos y lebreles, de día y de noche. Dos maneras hay de montear con perros. La una es concertando con las reses, y la otra, buscando el rastro en las salidas de la noche. La montería se compone de veinte o treinta sabuesos y lebreles. Cuando se ha de montear jabalí concertado, se reparten estos perros: ponen paradas de ellos en los pasos que el jabalí tiene desde la querencia donde está a otra a que podrá huir. [...] Si cuando salió huyendo del ballestero arruó (que es un género de gruñido que hacen cuando han conocido de lo que huyen), no parará aquella noche en parte descubierta, y así, no hay que seguirle, que lleva mucho miedo; y ésta es la diferencia que tienen de huir, que cuando es de recelo bufan, y cuando se certifican, arrúan. [...] (pp.144-145)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXII. De la montería de telas, que tiene su majestead, y de la manera que se ponen éstas para coger los jabalíes y otra cualquier caza. Si se ha de encerrar algún jabalí en estas telas, lo primero se ha de concertar y saber en la parte fija que está, porque para haberlas de echar es necesario ver la tierra a la redonda por donde las han de tender, que conforme la disposición de ella se hace, porque alguna vez es necesario tomar mucha y otra poca. Las diligencias que se hacen primero que se empiecen a poner, es procurar asegurar el puerco, para que no se vaya, y como esto está en su mano, buscar el hombre alguna astucia para engañarle. [...] Asimismo para esta fiesta, si hay algún príncipe extranjero, le manda convidar su Majestad. Junto a la carroza de la Reina están dos monteros de guarda con sus venablos, y en las de las damas, uno. En estando despejada la plaza de la demás gente, y caballos de las carrozas, da el montero mayor a su Majestad una horquilla, la asta de pino tan larga como un garrochón de torear, el hierro de esta horquilla dorado, y ella tan ancha que queda en ella el hocico del jabalí de los ojos; a los demás caballeros se les dan todas de pino. [...] Cuando el jabalí es muy valiente, hay fiesta para todos, porque al que se le arrima arremete como un toro, y los señores quiebran otras muchas. [...] Tienen los monteros ese día (demás de su ordinaria ración) seis carneros, cien panecillos, un pellejo de vino y doce ducados de dinero; y lo mismo se les da siempre, que con las telas cercan alguna de estas cazas, jabalíes, venados, gamos y lobos, aunque su Majestad no quiera ver después esta fiesta. (pp.145-148)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXIII. Cómo se montean los jabalíes a caballo con la lanza. Habiendo dicho cómo se matan los jabalíes con arcabuz y ballesta, monterías de sabuesos y lebreles, de día y de noche, y cómo se hace la montera de telas, nos falta cómo se matan estos animales con caballo y lanza, caza de que gusta mucho el Rey nuestro Señor. [...] No es singular su Majestad sólo en lo que he referido, que lo es en todo género de armas; con el arcabuz, ninguno ha llegado a su destreza ni a matar tanta caza. Con la bala, ha muerto más de seiscientos venados y mayor cantidades de gamos, y más de ciento cincuenta jabalíes; lobos, más de cuatrocientos; cosa que parece imposible, y que el cazador más cursado del mundo no habrá muerto el diezmo de lo que digo. En tirar al vuelo hace muy conocidas ventajas a los mayores tiradores y es sinnúmero la caza que ha muerto. Y porque no parezca que me alargo, años que el monte de El Pardo tiene mucha bellota, acuden a ella grandes cantidades de palomas torcaces y zuranas, ponenles señuelos en las encinas, con que las llaman; y asimismo en el río en los bebederos que ellas toman, en entrambas partes es muy grande el número que ha muerto de estas aves: en un bebedero, desde las dos de la tarde hasta las cuatro, mató ciento y treinta cobradas, sin otras que no parecieron; aunque creo que por la agilidad de los cobradores, y esto no tirando a bandadas, sino a una paloma sola; y no digo esto por la mayor cantidad, que días ha habido de mayor número, y es tan grande su agilidad y presteza, que teniendo en el puesto cuatro arcabuces y cargándolos yo y Juan de Cepeda, que me ayuda en este oficio, no tenemos manos para dárselos a tiempo. Conejos corriendo, no tiene número los que ha muerto a pie y desde el caballo; lo mismo hace con las perdices; en todas estas cosas no es comparable, según se ha experimentado. De apueta tiró con Jerónimo de Torres, que fue ballestero de su Majestad y traído a su servicio por el mayor tirador del vuelo, que se ha visto en esta Corte (aunque han venido a ella infinitos de todo el reino), y tiraron a los vencejos con igualdad en los puestos y armas; porque su Majestad me mandó le diese de los mismos arcabuces los que quisiese, pólvora y munición de la misma que tiraba su Majestad, y le ganó con muchísima ventaja, que su mucha presteza y agilidad no es comparable. [...] Antíguamente, muchos caballeros en España usaban este género de montería; creo que se ha perdido este uso, pues ya no se trata de ella o porque hay menos jabalíes que en tiempos pasados, o porque se gusta más del instrumento del arabuz después que se maneja con tanta destreza y porque son menos los montes donde se puede ejercer esta montería. [...] Hay unos carrizales en tierra de Toro [Zamora] dos leguas de la ciudad, muy grandes, donde se hallan estos animales, y los caballeros usan correrlos con caballo y lanza, y en algunos bosques guardan, como el Hato de D. Ana, en la Andalucía, y en Almerín y Salvatierra. En Portugal y montes bajos donde se pueden correr, allí monteó algunos el señor Rey D. Felipe III, que está en gloria; el Rey N. S. los ha corrido muchas veces en la ribera de Manzanares, en los sotos de Casa Nueva y Somontes, que está camino de su Real monte de El Pardo; y asimismo en otro montecillo que se llama Zarzuela, que en media legua de dicho monte, donde estos animale se quedan cuando hay panes y uvas. [...] Asimismo ejerce esta caza cuatro leguas de Madrid en unos montes de chaparrales bajos que se llaman Viñuelas, tierra del Marqués de Malagón, y que se puede correr con los caballos, aunque con dificultad; mas a su Majestad no se le pone esto por delante. El día que se hallan en aquellos montes, se procuran concertalos, y en avisando los ballesteros, que son ciertos, en dos horas se pone su Majestad allá, y ha muerto en esta tierra muy valientes jabalíes. (pp.148-152)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXIV. De la naturaleza y calidades del lobo. El lobo es un perro silvestre; la proporción y hechura de su cuerpo es lo mismo que los perros. Pruébase esto con más evidencia, pues se ven cada día parir las lobas perros, y las perras lobos, porque se juntan unos con otros; como asimismo se ven los jabalíes, que toman las puercas mansas. [...] Si se acierta a coger un lobo vivo y le tienen encerrado, siempre le verán arrinconado, la cabeza baja, en lo oscuro, dando a entender su cobardía, y aunque le hagan mal, no procura defenderse, ni se embravece como el jabalí y el gato, que en viéndose cerrados, son más valientes. Los lobos no lo son, si no es en cuadrilla, cuando se juntan para hacer sus robos, y entonces cualquiera empresa acometen, y así matan todo género de ganado mayor y menor, vacas, yeguas, carneros, cabras, venados, gamos y puercos, y, finalmente, donde ellos andan, no hay seguridad en los ganados en el campo. [...] (pp.152-159)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXVII. De la montería del hoyo. En algunas partes de España, particularmente en tierra mísera, poco poblada y de muchos montes, suele hacer mucho daño la caza mayor y los lobos, y tanto, que obliga a los naturales que se junten las comarcas para matar estos animales o desterrarlos de ellas, para lo cual hacen un hoyo en la parte que mejor les parece y ojean la caza de aquellos montes para que caiga en él. [...] Ha de ser por bajo de él, vaciado el estado y medio más ancho que por arriba, porque los animales que cayeren dentro no puedan volver a salir, que siendo las paredes derechas, trepan por ellas con mucha facilidad, particularmente lobos y zorras, y están vaciadas por donde han de empezar a subir, no lo pueden conseguir. [...] El venado, mirando hacia arriba, para satisfacer si su agilidad le sacaría de aquel peligro y conociendo la dificulatad, no se atreve a saltar. Y lo mismo hacen el gamo y demás animales; quien más inquieto se muestra entre los otros es el jabalí, que, viéndose encerrado, acomete a todos. [...] (pp.164-166)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXVIII. De la raposa y su calidad. [...] Mas para defenderse de los cazadores no son tan astutas como el jabalí y el lobo; antes en alguna manera son simples, que cada día las vemos, cuando cazan estas sabandijas, andar por los rasos tan divertidas en esto, como si no tuvieran ningún enemigo, y cuando no se han recelado de él, son fáciles de matar. Tienen estos animales algunas cosas muy provechosas para la salud del hombre: su pellejo es muy bueno para el abrigo, puesto en la parte que ha habido frialdad o herida, que es calidísimo; frita en aceite, untando con ello las junturas donde hay dolor y convulsiones de nervios, quita el dolor y los desencoge. Sus compañoncios [testículos] los estiman las damas por eficaz remedio para el mal de madre, poniéndoselos encima del vientre; mátanse con redes y con perros, corriéndolas como las liebres, y con el arcabuz en ojeos y rastras, que vienen como los lobos. [...] (pp.166-169)
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XL. Del tejón: su calidad y costumbres. Es este animal de los que más se guardan de la claridad del día, y así, por maravilla se deja ver, porque su habitación es debajo de la tierra y está en cuevas muy hondas; su sustento es miel, y come las mismas abejas, y asimismo gusanos, lombrices, caracoles y otras muchas sabandijas que halla debajo de la tierra, que la levanta con el hocico, como el puerco, y con el olfato conoce dónde están. [...] (pp.170-171)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XXXVIII. Del buey: su modo de cazar con el de cabestrillo. [...] No se ha de ejercer esta caza en las espesuras, porque tiene inconveniente, que por donde se ha de empezar a asegurarla es por mostrarles el buey de lejos, y en tierra espesa no se puede hacer esto ni andar secreto, que es lo que ella requiere. Hase de procurar enseñar el buey a las aves o animales desde lejos, a lo menos aquello que fuere necesario para que la caza, aunque sea muy brava, no le huya viéndole tan apartado y reconociéndole se asegure. Con el jabalí no se podrá ejecutar lo dicho por dos cosas: porque por maravilla de día se descubre a tierra clara, y lo otro, por ser corto de vista, y aunque le quieran enseñar el buey desde lejos, no lo reconocerá y huirá, como lo hace de todos los animales.[...] Entre otros animales que aguardan bien al buey, los que más se aseguran de él son los gamos y los conejos, respecto que éstos no campean de noche tanto como el venado y la liebre y jabalí, que todos ellos desamparan sus querencias y van fuera de ellas a buscar su sustento. [...] Entre otros animales que aguardan bien al buey, los que más se aseguran de él son los gamos y los conejos, respecto que éstos no campean de noche tanto como el venado y la liebre y jabalí, que todos ellos desamparan sus querencias y van fuera de ellas a buscar su sustento. [...] (pp.229-233)
[MARTÍNEZ DE ESPINAR, Alonso (1644): Arte de Ballestería y Montería, escrita con méthodo, para escusar la fatiga que occasiona la ignorancia. Alonso Martínez de Espinar, que da el Arcabuz a su Magestad y Aiuda de Cámara del Príncipe Nuestro Señor. En la Emprenta Real. Año de 1644. Madrid.] books.google.es
1680 Andrés Ferrer de Valdecebro
General
LIBRO DUODEZIMO. VIRTUDES DE EL JAVALÍ. Crían en lo más áspero y escabroso de las sierras y montañas estas Fieras, que el ser monteses solo las distingue de los que domesticos se crían y ceban en las casas y chiqueros, y en ser más crecidos, valientes y robustos. Nacen de un vientre, de ordinario, muchos; críalos cudadosa, su madre, sin recatearles avara el alimento. Llegan a crecer en estatura y corpulencia, hasta lebantarse del suelo vara y media, algunos, todos no; tienen la frente angosta, los ojos sangrientos y encarniçados siempre, la cabeça y ojos, largos; se hazen afuera de la boca bruta, dos blancos y torcidos colmillos, fuertes, penetrantes y sólidos; son las armas con que se defienden de los canes que le acossan y de los caçadores que le persiguen. Blanda la piel, sustenta sobre el lomo espesas púas; son de negro color las más; otras con blancas pintas acompañan a un castaño claro de que se visten. Es su fábrica, redonda, siguiendo esta hechura los pies y manos; son en la Francia ligeros, como los Gamos; más tardos son en la retirada y huída en nuestra España. No haze el corage y saña del León herido, del Osso acosado, con la de est aFiera, porque es depísito de quanto las desmás irritadas despiden. Herido, esperarle, era la acción de mayor valentía entre los Franceses y Romanos, que podían hazer los Cavalleros, con este linage de caça divertidos, porque despierta la ira, eriza el lomo, tiñe de sangre los ojos, baña de espuma la boca, dispone los colmillos, sacude con violencia tanta, de la piel las púas, que en los robles más duros hazen presa; gruñe y ruge con tan desatada cólera que acobarda al can más generoso si se le acerca; centellas despide de el fuego de la niñas; por las narizes respira incendios. Al que llegare a herir vestida de corage, le dexa en la herida más fuego que rotura. Para templar el furor ardiente de esta fiera, escrivió Demócrito, que es remedio singular ponerse los caçadores las uñas del Cancro atadas. [...] La caça de esta fiera es tan común como peligrosa. Exercicio de Príncipes y Cavalleros, y es prueba del valor herirle y esperarle. Fue entre los Romanos duelo, porque hazían afuera el número de los nobles a quien hería el Javalí y cometía fuga. La herida que a hazer llega, es tajante y abrasadora. Dexa señal eterna en los Canes y Lebreles, a donde hazen presa los colmillos. (pp.252-265)
[FERRER DE VALDECEBRO, Andrés (1680): Govierno general, moral y político, hallado en las fieras y animales sylvestres: sacado de sus naturales propiedades y virtudes... Madrid, por Antonio de Zafra.] bdh-rd.bne.es
1754 Agustín Calvo Pinto
España
De los vientos y sus nombres. [...] La Caza en el Invierno, si son Venados u otra de su clase, se ha de buscar en las tierras altras y abrigadas. Los Jabalíes en los baxos y abrigados, pero no tanto como el Verano. Los Venados en el Verano en los altos y frescos. Los Gamos y Corzos en tierras frescas y llanas. (p.40)
De la batida y elección del puesto enterrado, o descubierto. [...] Hecho el puesto, quasi en forma de media luna, se harán los lados abiertos, y con alguna ropa, a medio cuerpo, y la espalda más recogida, para que no estorbe correr la mano al que tira; en el frontis de él se harán dos troneras para ver la Utas de los Monteros, que han de hacer la seña de la caza que viene: del Lobo es la seña un lienzo blanco; del Venao, un ramo; del Gamo, con la mano abierta; del Javalí, la montera. Después se hará la Uta primera, dexándola fuera del tiro sesenta passos apartada del puesto, y se proseguirá haciendo las Utas, hasta veinte o treinta, poco más o menos, según el parage. Llámanse Utas por la voz que usan en ellas los Monteros; pues sí les va la caza, sacan las manos, dan una palmada y dicen: 'U', y de este modo remeten la caza y da en el puesto. [...] Nota. No siempre es conveniente remeter las espaldas de el puesto, porque si va la caza que está allí, avispada a el cuerpo de la Batida, la caza que encuentra se recela y suele huir. Sucede en las Bacadas, que quando se recoge alguna Baca de las que están separadas, a el incorporarse con las demás, se inquietan todas y echan a correr. [...] Hecho esto, los quatro Monteros de a cavallo y su Gefe dexarán los Monteros a pie, que hayan de cuidar las Redes, encargándoles no hagan ruido, que se oyga en el puesto y embarace para que la caza no llegue; se irán al puesto hasta que venga su Magestad y el Ballestero, a quien tocare, irá poniendo los Monteros en las Utas, y la demás gente de la Batida, poniendo de trecho en trecho un Cavallo, y a los primeross se les encargará que si quisiere romper algún Venao, Gamo, o Jabalí, habiendo probabilidad de que viene el Lobo, le remeten sin tirar porque no huyan los Lobos (que son el principal objeto de las Batidas; que la demás caza todos los días se mata); iráse poniendo la gente en la Manga seguida. [...] (pp.159-171)
De el Gamo. [...] es de vista muy perspicaz; oye quasi tanto como el Javalí; se recelan andar por la tierra hollada y assí se cuidará no andar en la tierra que se ha de cazar. (pp.181-182)
De las Atalayas. Atalayas son aquellas Torres que los Moros dexaron puestas en las cumbres, de donde registraban los movimientos de sus enemigos; pero en esta materia, Atalaya es un Montero o Ballestero puesto en los altos de los Montes para ver la caza y observar sus movimientos hasta que se encama. La hora de ponerse es una hora antes que amanezca, hasta dos horas salido el Sol, que entonces se encaman, y se enterará el Montero de este tiempo de su querencia, entrada y salida; los días nublos se recogen más tarde. [...] El Javalí guarda mucho la cama, pero el Ganado Cervuno se levanta a estirar y repastar a el medio día; y en esta, es necessario volverlas a talayar a dicha hora. El Invierno se ha de poner la Atalaya frente de la solana, reparada del viento, y en el Verano para las Reses Cervunas, donde registre los parages, que en los altos tienen más sombra; para el Javalí, en lo más espeso donde haya agua cerca, porque se suele levantar a bañar; si fuesse día que corra mucho viento, no se encaman en lo más espeso, por ver lo que passa, ya que no se pueden governar con el olfato, y entonces se ponen rabo a viento. (pp.198-200)
Donde se pone el que ha de tirar por la tarde las Reses atalayadas. Débense poner los que han de tirar las Reses atalayadas y concertadas, lo más cerca que pueda de ellas, azia donde salen a comer o en las orillas del Monte, que es su salida por la tarde. Si tuviere viento contrario, tome medio viento, azia donde le parezca; no se ponga hasta la hora que se levantan; conócese quando lo es, quando está el Perro pico a viento [con el viento en la cara] y se inquieta, pue conoce que está la Res levantada. Si el Venao rompió por otra parte, buscará el Ballestero la cama y hará que el Perro tome el rastro, y si la Res fuere pico a viento, la seguirá con poco ruido hasta que salga de su querencia; pues si va sin recelo, es regular ponerse a passar, y si conoce que ha sentido al Cazador, o Perro, tarda en pararse y es ocioso el seguirla; y si la quiere hacer, váyala concertando por un lado, y por otro, sin ponerse delante, porque si la da el viento, no la atalayará, y de esta forma irá buscando los aportaderos hasta verla, y luego se irá arrimando por un costado; si se hubiessen de tirar las Reses antes de levantarse, batiéndolas, ha de ser poniéndose delante de la salida que tienen azia otros parages; advirtiendo que los Venaos huyen azia la tierra de Montes huecos altos; los Gamos azia las tierras rasas y claras; y los Javalíes a las espesuras y azia allí es donde debe ponerse el que ha de tirar; y si batiesse por la tarde, se procurará echar la Res pico a viento, que es su salida más cierta que tienen a esta hora, pues van descuidadas de volverse a encamar, y no sucede esto al medio día. (pp.201-204)
De la caza de Venaos en las Sierras sin la formalidad de las Batidas Reales. Dos o tres días antes de esta cacería, se encargará a los Pastores de aquel parage atalayen donde ande la caza; y sabido, se pondrán los Tiradores por la mañana en los Aportaderos de la Cuerda de la Sierra, y los Ojeadores entrarán por lo baxo sin estrecharse, de modo que esté puesta la Manga que coja los puestos; y las paradas se pondrán a el otro lado en las entradas de los Montes claros, que es donde se tiran los Venaos; y para los Lobos y Javalíes, se pondrán a las entradas de los Montes más espesos y obscuros, que es donde se tiran estas Reses. (pp.212-213)
De la caza de Javalíes. Es el Javalí Animal muy bravo, sigue quando huye azia donde endereza, sin reparar el riesgo; críase en lo más áspero de las Sierras; es la misma especie del Puerco casero y no se estraña ayuntarse con él; distínguese de el casero en lo gruesso y erizado de sus cerdas y en su intrépida fiereza; tiene la frente angosta, ojos largos y sanguinolentos, y la cabeza larga, salen de su boca dos fuertes torcidos y blancos colmillos; su piel es blanda y, por el lomo, largas y fuertes cerdas; sus pies y cuerpo, redondo; son obscuros, pardos y algunos bragados y otros canos; no son ligeros, pero en Francia, más que Gamos; cázanse en las Sierras a el contrario de lo que queda dicho en la caza de Venaos, se han de poner los Tiradores en las juntas de los Arroyos y Valles, que allí se vienen a ocultar. Los Ojeadores batirán desde la cuerda de la Sierra, y vendrán estrechando la Manga, hasta que se queden abrazando los puestos; los Perros de las paradas, un poco retirados en la juntura de los Arroyos, y otros en las faldas, a los Perros de Presa se pondrá en el cuello unos sombreros sin copa, que es la mayor defensa que se ha discurrido, para que los Javalíes no les ofendan, los que estén en los puestos ha de ser con silencio, pues oye tanto este Animal, que Vélez 'de Animales', refiere en su verídica y magistral Historia, que oye nacer la yerva. Si algún Tirador sale del puesto tras algún Javalí herido, no lo haga por barrancos, pues si retrocede se le llevará, sígale por lo más alto y logrará evitar el riesgo, y atalayarle mejor; si le han asido los Perros, éntrele por detrás, levantándole las patas, y le sujetará sin riesgo. Demócrito dice que para que los Cazadores se defiendan de este Animal, traygan consigo las Uñas del Cancro [pinzas de cangrejo?]. Sucede a este Animal, que antes de salir del Monte, se assoma y registra el terreno. Diferénciase su huella de los Puercos mansos en que estos tienen las uñas largas y agudas, y los garrones lo mismo, y la una uña mayor que la otra, por lo que hacen la huella delgada. El Javalí tiene las uñas gastadas y los garrones romos, y a el sentarlos los echa azia fuera, haciendo la huella más gruesa y en forma de cruz. El macho señala las uñas y garrones y la hembra solo las uñas. Conócese en los Bañadores si han estado Puercos mansos o bravos, en que los bravos, al irse, rompen al través, y suelen dexar señaladas las cerdas; y los mansos a el irse caminan por las sendas y caminos más trillados. La Cota [piel calosa que cubre la espadilla y costillares dle jabalí] la tienen los Javalíes ocho meses; quando están en celo, hacen hoyos con las navajas, y estos se llaman Aguzaderos; el diente que tienen arriba, se llama Remolón; mudan el pelo en Abril, Mayo y Junio. Quando el Javalí siente ruido, suele roncar de distinto modo que otras veces, y estos se llama Rebudiar. Quando un Perro siente un Javalí en la cama, llama tímido; y quando es hembra, llama con arrogancia. El Javalí viene y se va a encamar pico a viento, y se encama rabo a viento. (pp.214-219)
De la caza de Tejones. Es el Tejón muy torpe, ancho de lomo, hozico agudo, su color es pardo obscuro, bragado de tripa, patas cortas y muchas garras; tiene la manteca entre cuero y carne, lo que se derrite para lucirse con ello; es carne de comer y se assimila a la de el Javalí, aunque tienen más chotún [sic] [...] (pp.229-231)
[CALVO PINTO, Agustín (1754): Silva Venatoria. Modo de cazar todo género de Aves y Animales, su naturaleza, virtudes y noticias de los temporales. Su autor, D. Agustín Calvo Pinto y Velarde, Montero de a cavallo de su Magestad. Imprenta de los Herederos de Don Agustín de Gordejuela y Sierra. Año de 1754. Madrid.] books.google.es
1764 Ros
País Valencià
Senglàr, jabalí, puerco.
[ROS, Carlos (1764): Diccionario Valenciano-Castellano, escrito por Carlos Ros, Notario y Escrivano público, por Autoridades Apostólica, y Real, natural de esta muy Noble Insigne, Lealíssima, y Coronada Ciudad de Valencia. En Valencia. En la Imprenta de Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes. Año 1764.] books.google.es
1765 Nicolás Fernández de Moratín
España
XLII.
Los Gamos apetecen las llanadas,
huye el Lobo a los rudos peñascales,
se acoge a las malezas intrincadas
el Puerco, y los frondosos huecadales,
seguidos de Sabuesos y Ventores*,
procuran los Venados voladores.
*Perro ventor: perro de caza que sigue a esta por el olfato y el viento (RAE)
II - XLV-XLVI.
Ni ha de costarse el último cuidado
la cría de los Perros; ante todos
elige el blanco, y porque eviten de mil modos
la rabia, harás de verlos nacer pueda
el signo Aquario, y Géminis de Leda.
Y con su inclinación, y la enseñanza
los harás diestros; uno al Ciervo sigue,
otro a la Zorra, o Puerco se abalanza,
otro a la Liebre, al Lobo otro persigue,
uno los anchos ríos atraviesa,
otros de sangre son, y otros de presa.
V - XXV.
De Saboya los célebres Sabuesos
siguen al Puerco Javalí cerdoso,
cuyas navajas de tajantes huesos
los parte como alfange riguroso;
despanzorra un Caballo de alta fama
qual Toro de mil libras de Jarama.
V - XXX.
Dicen que un tiempo le infundió el Dios Marte
tanta ferocidad quando zeloso
de en los brazos (o Venus) encontrarte
de tu Adonis, galán Muchacho hermoso
del Javalí visto brutal figura
poblándose la piel de cerda dura.
VI - XL.
La Corneta sonó, y indica el Gamo,
que por la ronca el hondo picadero
cava, la mano abierta; un verde ramo
da muestras del Venado muy ligero,
y la montera, que el Javalí embista
de blandas pieles, y de corta vista.
VI - L.
Con la testa ganchosa y colmilluda
del Javalí, que encama rabo a viento,
la del Lobo traydor, y astuto anuda,
la boca abierta, en ademán hambriento,
y estén Äves, y Brutos diferentes,
con las armas atados, y pendientes.
[FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Nicolás (1765): La Diana, o Arte de la Caza: Poema dedicado al Serenísimo Señor D. Luis Antonio Jayme de Borbón, Infante de las Españas, etc. Por Don Nicolás Fernández de Moratín, Criado de la Reyna Madre Nuestra Señora. Oficina de Miguel Escribano, Año de 1765. Madrid.] books.google.es
1782 Francisco Dieste
Reino de Aragón
Son muy repetidas las órdenes del Rey Ntro. Sr. (que Dios guarde) para que las Justicias y Ayuntamientos de los Pueblos dispongan cacerías, de modo que sus respectivos vecinos salgan a caza, a fin de perseguir y matar, en especial los Osos y Lobos, que son las fieras más perjudiciales al Público. El medio principal para que resulte la extinción de esta mala casta es la gratificación de un decente premio al perseguidor que los mata. Buen ejemplo para ello nos da nuestro Monarca, pues tiene señalados varios premios a los Guardas y Monteros de los vedados y bosques Reales, a fin de conseguir la eficaz persecución de aquellas fieras, pues manda satisfacer por su Real Erario el caudal señalado, que aquí se expresa:
(Por las Fieras) (Reales de Vellón)
Por el Gato llamado Cerval, que devora al ganado menudo, y la caza: 8 reales.
Por el Gato montés, que persigue a los Corderillos, caza y aves caseras: 8 reales.
Por la Zorra, que hace igual y mayor daño: 8 reales.
Por la Garduña, en otras partes llamada Fuina, que persigue la caza, y en especial las Gallinas: 8 reales.
Por la Jinita [Gineta], que es un animalillo pintado, del tamaño de un Gato, que hace igual daño: 8 reales.
Por el Tejón, en otras partes llamado Tajugo, que se come los Conejos, Liebres, y huevos de Perdiz, los Gamernos [sic, gameznos, crías del gamo] y Cochastros [jabalíes lechales], que es la cría de los Venados y Jabalíes: 8 reales.
Por el Turón, o Uron de monte [sic, Hurón de monte], que se come los Conejos, Gazapos, Lebratos, que es la cría de Liebres, y los huevos de Perdiz: 8 reales.
Por la Comadrexa, llamada en Aragón Paniquesa, que hace igual daño: 8 reales.
Por el Patialbillo, que es algo más que un Uron aunque no tan largo, y hace el mismo destrozo: 8 reales.
Por la Culebra, que se come los Gazapos, y los huevos de Perdiz, y los de pájaros que halla en los nidos: 2 reales.
Por el Lagarto, que se come los Gazapos, y huevos de Perdiz: 1 real.
[DIESTE Y BUIL, Francisco (1782): Tratado económico dividido en tres discursos. I. Crianza de gallinas, y considerables utilidades, que producen a su dueño. II. Compra de primales para venderlos al año siguiente por Carneros. III. Modo de procurar la extinción de Fieras perjudiciales al Ganado, y aves domésticas, y que las de rapiña lo sean menos. [pp.190-230] Su autor, D. Francisco Dieste y Buil, Vecino de la Villa de Lanaja, Diputado y Apoderado General de el Cuerpo de Ganaderos de las Montañas y Tierra llana del Reyno de Aragón. Socio de su Real Sociedad de Amigos del País, a quien lo dedica. En Zaragoza, por Blas Miedes, Impresor de la Real Sociedad.] bdh-rd.bne.es
1802 Real Academia de la Historia
País Vasco/Euskadi
ALDABA [monte de Tolosa, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: Se crían jabalíes, zorros, corzos y gatos monteses.
ALEGRÍA [Alegría de Oria/Alegia, comarca Tolosaldea, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: Se encuentran zorros, jabalíes, corzos y gatos monteses.
AMASA [Amasa/Villabona, comarca Tolosaldea, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: Y se crían zorros, jabalíes, cabras y gatos monteses.
CEGAMA [Cegama/Zegama, municipio de la comarca de Goyerri, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: Ni falta en ellos (montes comunes de Alzania, Olza y Urbia) caza de aves y animales, perdices y liebres en abundancia, tordos, malvises y arrendajos, corzos, jabalíes, lobos y tal qual tigre [lince?].
ENCARTACIONES [Las Encartaciones/Enkarterri, comarca de Vizcaya/Bizkaia]: El terreno es sumamente fragoso y montuoso, poblado de bosques y canales, y en él se abrigan algunos jabalíes, tigres [linces?], zorros y otros animales nocivos.
ESCORIAZA [Escoriaza/Escoriatza, comarca del Alto Deva, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: Y (se crían) todo género de caza mayor y menor, lobos, javalíes, corzos, zorros, garduñas, nutrias, y tal qual tigre [lince?] que se dexa ver de tarde en tarde, liebres y perdices, y toda especie de aves así caseras como de campo.
GORBEA ó GORBEYA [Monte Gorbea/Gorbeia, entre Álava/Araba y Vizcaya/Bizkaia]: Sus cerrados son espesísimos, y se encuentran en ellos corzos y venados, muchos jabalíes y demasiados lobos; se han visto también de quando en quando algunos pequeños tigres [linces?] y otras fieras no comunes en el país.
OÑATE [Oñate/Oñati, municipio del Alto Deva, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: De animales salvajes hay perdices, palomas torcaces, malvises, tordos, picazas, xilgueros [sic, jilgueros], pardillos, ruiseñores y benarices de paso [benarriz, en euskera: buscarla, carricero], con otras varias especies; y entre los cuadrúpedos, lobos comunes y cervales, jabalíes, corzos, tasugos, zorros, garduñas, gatos monteses, liebres y comadrejas, con las dilatadas familias de los reptiles e insectos, así terrestres como volátiles. Miñano lo repite casi de forma literal.
Navarra/Nafarroa
NAVARRA: Geografía de Navarra. [...] La caza de perdices, codornices, torcaces, faisanes, tórtolas, conejos y liebres es común en el país y abundante. Los montes crían lobos comunes y cervales, algunos osos, jabalíes, corzos, cabras, gatos monteses y de algalia, zorros, tejones, liebres muy grandes, ardillas de delicado gusto y garduñas. También se hallan en ellos, chochas, chorlos [chorlitos], tordos, malvises, grajas, aguiluchos, gabilanes [sic], cuervos, buytres y otras especies de aves y culebras.
[REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA (1802). Diccionario geográfico-histórico de España. Imprenta de la Viuda de D. Joaquín Ibarra. Madrid.] 1802: Navarra y País Vasco, Sec.I-Vol.I (ABA), Sec.I-Vol.II (MAC)
1817 Agronomía o Diccionario Manual del Labrador
General
CAZA. Llámase así todo animal cuadrúpedo o volátil que hace el principal objeto de la caza, y son etimados en las mesas. La caza mayor son los flavos y negros, como ciervos, venados, jabalíes etc. La menor se distingue en caza de pelo y pluma. Modo de conservar la caza fresca desde el principio de cuaresma hasta la pascua. [...]
[AGRONOMÍA O DICCIONARIO MANUAL DEL LABRADOR. Contiene todos los conocimientos necesarios para gobernar las haciendas de campo, harcerlas producir y conservar la salud, con otras muchas instrucciones útiles y curiosas. Traducida del francés por D. P. C. DE L. En la Imprenta de la parte. Madrid.] 1817: Tomo I (A-B), Tomo II (C-F) [faltan tomos]
1823 Bory de Saint-Vincent
Madrid: El Pardo
19. PROVINCE DE MADRID. [...] La 'Casa de Campo', habitation royale des champs, embellie par Joseph, située vis-à-vis le palais, de l'autre côté du Mançanarès, et où se rencontrent d'aimables ombrages, offre avec les bois du Pardo, château de chasse peu éloigné de Madrid, tout ce qui reste des forêts qui couvraient le pays au quatorzième siècle: forêts qu'on trouve, dans quelques parchemins de cette époque, avoir été "buen monte de puerco y oso", bien remplies de sangliers et d'ours. [...] (p.474)
Extremadura: Guadalupe (Cáceres)
23. PROVINCE DE CACÉRÈS. [...] Guadalupe qu'un couvent d'Hiéronimites rend fort célèbre. Ce lieu donne son nom aux montagnes dont il est environné; ces montagnes, sans être très-élevées, n'en sont pas moins âpres, et rendent par leur escarpement, les communications très-difficiles entre leurs vallées qui sont presque désertes, remplies d'abondans pâturages, et couronnées, dans quelques parties, de forêts de châtaigniers, qui servent d'asile aux Cerfs, aux Chevreuils [corzos], aux Sangliers et aux Lynx dont le canton est rempli; nous n'avons pas ouï dire qu'on y trouvât des Ours; ces animaux ne paraissent se plaire en Espagne que dans les montagnes du système Pyrénaïque. [...] (p.508)
[BORY DE SAINT-VINCENT, Jean-Baptiste (1823): Guide du Voyageur en Espagne, par M. Bory de Saint-Vincent, correspondant de l'académie de sciences, l'un des officiers supérieurs anciennement attachés au dépôt de la guerre, et aide-de-camp de son excellence le duc de Dalmatie, durant la dernière guerre d'Espagne (1808 a 1813). Louis Janet, librairie, rue Saint-Jaques, n.º 5. Paris. 1823.] books.google.es
1826-1829 Miñano
Catalunya, Aragón, País Vasco/Euskadi y Navarra/Nafarroa
PIRINEOS (IMUM PIRIN) [Los Pirineos, Euskadi, Navarra, Aragón, Cataluña, Andorra y Francia]: Se crían, pues, osos, javalíes, lobos comunes, lobos cervales o linces, zorros, gatos monteses, venados, corzos, gamos, cabras monteses o rupicabras, rebezos [sic, rebecos], liebres, conejos, ardillas, martas y nutrias.
Asturias
CASO [concejo de la comarca del Nalón]: Abunda en osos, javalíes, lobos comunes y algún otro cerval, en corzos robesos [sic, corzos, rebecos?], tejones, zorros y alguna liebre.
LANGREO [concejo de la comarca del Nalón]: Y su caza, perdices, arceas, palomos torcaces, codornices, javalíes, corzos, lobos, zorros, y lobos que llaman cervales.
PROAZA [concejo de la comarca Camín Real de la Mesta]: En los (montes) de Bandujo, Traspeña y Sograndio se crían javalíes, se encuentra algún oso, muchos corzos, lobos vaqueros y cervales, gatos monteses, zorros en todas partes, y lo que es más útil, liebres, perdices y arceas.
SANTO ADRIANO [concejo de la comarca Camín Real de la Mesta]: Abunda la caza de perdices, arceas y otras aves; hay liebres y corzos, y también animales bravos y dañinos: zorros, lobos vaqueros y cervales, javalíes, gatos monteses, y se dejan ver de cuando en cuando algunos osos y rebezos [sic, rebecos].
SOMIEDO [concejo de la comarca Camín Real de la Mesta]: Se crían en sus montes osos, lobos, javalíes, tejones, robezos [sic, rebecos], ardillas, algún venado, liebres y lobos cervales, que parece ser los que Bufon llama linces.
País Vasco/Euskadi
OÑATE [Oñate/Oñati, municipio del Alto Deva, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: De animales salvajes hay perdices, palomas torcaces, malvises, tordos, picazas, gilgueros [sic, jilgueros], pardillos, ruiseñores y benarices de paso [benarriz, en euskera: buscarla, carricero], con otras varias especies; y entre los cuadrúpedos, lobos comunes y cervales, javalíes, corzos, tasugos, zorros, garduñas, gatos monteses, liebres y comadrejas, con las dilatadas familias de los reptiles e insectos, así terrestres como volátiles.
Castilla y León
AGUERA [Agüera, pedanía del municipio Merindad de Montija, comarca de las Merindades, Burgos]: (Monte Cerneja) en el que se crían muchos jabalíes, lobos y corzos.
Extremadura
GUADALUPE (SIERRAS DE) [sierra de Guadalupe, en el centro de Extremadura]: Tienen en algunas partes bosques de castaños que sirven de asilo a los ciervos, a los corzos, a los javalíes y a los linces.
[MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián (1826-1829). Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal. Imp. Pierart-Peralta. Plazuela del Cordón. Madrid. 1826: Tomo I (A-BAR), Tomo II (BAR-CAS), Tomo III (CAS-ESP), Tomo IV (ESP-HOC), Tomo V (HOC-MEM); 1827: Tomo VI (MEN-PES), Tomo VII (PES-SAN), Tomo VIII (SAN-TOR); 1828: Tomo IX (TOR-VIL), Tomo X (VIL-Z); 1829: Tomo XI (Suplemento)]
1845-1850 Madoz
Catalunya, Aragón, País Vasco/Euskadi y Navarra/Nafarroa
PIRINEOS [Los Pirineos, Euskadi, Navarra, Aragón, Cataluña, Andorra y Francia]: El lince, el jabalí, el lobo y otros animales dañinos, son también bastante comunes, así como las ardillas, martas, comadrejas, arminios y otros que sería largo enumerar, si bien no hay conejos.
Aragón
ACUMUER [localidad de Sabiñánigo, Alto Gállego, Huesca]: También cría lobos, zorros, osos y jabalíes en el monte, que causan notable perjuicio en los campos y ganados.
AGUERO [Agüero, Hoya de Huesca, Huesca]: (Produce) caza de perdices, conejos, liebres, bastantes jabalíes y corzos, pocos ciervos, lobos y zorras.
AISA [valle de Aísa, La Jacetania, Huesca]: Entre estas espesuras se anidan los osos, lobos, zorros, javalíes y corzos.
ALASTUEY (o ALASTRUEY) [Alastuey, localidad de Bailo, Jacetania, Huesca]: La caza es de liebres y perdices; también se ven lobos, zorros, jabalíes y otros animales dañinos.
Galicia
AGRON (SAN LORENZO) [San Lorenzo de Agrón, Ames, comarca de Santiago de Compostela, La Coruña]: Se encuentran javalíes, zorros, y se cazan perdices, liebres y conejos.
Asturias
ABIEGOS [pueblo del concejo de Ponga]: En el monte se encuentran osos, jabalíes, lobos, la paso que se cazan perdices, chochas y faisanes.
ALESGA (SAN SALVADOR DE) [Alesga, oficialmente, San Salvador d'Alesga, es un lugar y una parroquia del concejo de Teverga, comerca de Oviedo]: Hay colmenas, caza de osos, tejones, jabalíes, corzos, robezos, zorros, liebres, perdices pardas y reales, palomos zuritos y tuscos [sic, turcos, tórtola?], algunos freisanes [sic] y codornices.
Cantabria
ABELLANEDO [Avellanedo es una localidad de Pesaguero, comarca de Liébana]: Cría ganado vacuno, cabrío y lanar; caza de osos, jabalíes, corzos, liebres y perdices, encontrándose también alguno que otro faisán, y pesca de truchas y anguilas.
AGUAYO (SAN MIGUEL DE) [San Miguel de Aguayo, comarca de Campoo-Los Valles]: (Tiene) caza de jabalíes, liebres y perdices, encontrándose también algunos osos y zorros.
ALDEA DE EBRO [localidad de Valdepradodel Río, comarca de Campoo-Los Valles]: Caza de perdices, liebres, jabalíes, corzos y raposos.
País Vasco/Euskadi
ACEBEDO [concejo de Valdegovia/Gaubea, comarca de Añana, Álava/Araba]: Hay caza de perdices, tordas, liebres, jabalíes, raposos y lobos.
AGUEDA (SANTA) O GUESALIBAR [Gesalibar o Santa Águeda es un barrio de Arrasate/Mondragón, comarca Alto Deva, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: Hay caza de perdices, liebres, raposos y javalíes, y se pescan buenas anguilas.
MARIN [Marín/Marin, anteiglesia de la localidad de Escoriaza/Eskoriatza, comarca del Alto Deva/Debagoiena, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: También se cría ganado ovejuno, vacuno, cabrío, caballar y de cerda, y se encuentra caza de liebres, perdices, corzos, javalies, zorros, lobos y martas.
MAZMELA [Marín/Marin, anteiglesia de la localidad de Escoriaza/Eskoriatza, comarca del Alto Deva/Debagoiena, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: Se cría ganado ovejuno, vacuno, cabrío, caballar y de cerda; y caza de perdices, liebres, corzos, javalies, zorros, lobos y martas.
ALBÉNIZ [Albeiz/Albéniz, concejo del municipio de Aspárrena, cuadrilla de Salvatierra, Álava/Araba]: Caza de perdices, codornices, palomas, liebres, jabalíes, corzos y lobos, y pesca de truchas finas, anguilas, barbos y lampreas.
ALDABA [entidad de población de Tolosa, comarca de Tolosa, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: El terreno está poblado de robles, castaños, acebos, espinos blancos, avellanos y varios arbustos que sirven de guarida a jabalíes, zorros, corzos y gatos monteses.
Navarra/Nafarroa
RONCAL [valle del Roncal/Erronkariko ibaxa, en la merindad de Sangüesa]: Hay mucha caza de osos, lobos, jabalíes, zorros, ardillas, buitres, sarrios, tordos y malvises.
Castilla y León
ACEBO (EL) [Acebo es un núcleo de población de Molinaseca, El Bierzo, León]: (Tiene) abundancia de lobos, osos y jabalíes.
AILLON (COMUNIDAD DE) [Comunidad de villa y tierra de Ayllón, Segovia, Soria y Guadalajara]: Se crían en estos montes muchos lobos, zorras, javalíes, corzos, perdices, liebres, conejos y algunos venados.
ALBERCA (LA) [La Alberca, municipio de la comarca de la Sierra de Francia, Salamanca]: Poca caza menor, pero muy abundante; la mayor, de jabalíes, venados y corzos.
Castilla-La Mancha
ABLANQUE [municipio de la comarca Molina-Alto Tajo, Guadalajara]: Y en los montes se crían perdices, liebres, conejos, venados, lobos, zorras y jabalíes.
AGUDO [comarca del Valle de Alcudia, Ciudad Real]: (Tiene) caza de perdices, conejos, liebres, javalíes, venados, corzos, lobos, zorras, gatos cervales y tejones.
ALBACETE [provincia de Albacete]: La caza de pelo y pluma es abundante, y no lo son menos los animales dañinos, especialmente en los partidos de Alcaraz y Yeste, en los cuales, al paso que se encuentra multitud de corzos, machos y cabras monteses, hay porción considerable de lobos, zorras, algunos gatos monteses, javalíes y aún se han visto algunos osos.
ALBALADEJO [municipio del Campo de Montiel, Ciudad Real]: (Hay) bastante caza de liebres, conejos y perdices, y en la parte del Guadarmena, algún venado, corzos, jabalíes y lobos.
ALBENDIEGO [municipio de la sierra norte de Guadalajara]: Caza menor y de jabalíes, y algunas truchas en el río.
ALCOL [Alcohol o Alcohor, lugar de Barchín del Hoyo, Serranía Media, Cuenca]: El terreno cría caza menor, corzos, venados y algún jabalí.
Extremadura
ACEBO [municipio de Cáceres, en la Sierra de Gata]: Y no faltan perdices, conejos, liebres, ciervos, jabalíes, lobos y zorras.
Andalucía
AROCHE [municipio de la comarca Sierra de Huelva, Huelva]: (Abunda en) caza de jabalíes, ciervos, conejos, nutrias, lobos, zorros, gatos cervales, linces, perdices y palomas, estas últimas también en mucha abundancia.
BOLLULLOS DEL CONDADO [municipio de la comarca del Condado, Huelva]: La caza consiste en liebres, conejos, perdices y otras aves; hay abundancia de zorras, ginetas y tejones; del monte de Hinojos y Almonte bajan jabatos, lobos y linces.
ALBUÑUELAS [municipio de la comarca del Valle de Lecrin, Granada]: Abunda la caza de perdices, conejos, liebres, palomas y otras aves, y no faltan jabalíes, cabras y gatos monteses, zorras y lobos.
ALCALA DE LOS GAZULES [Alcalá de los Gazules es un municipio de La Janda, Cádiz]: Abunda la caza de perdices, conejos, liebres, algunos jabalíes y corzos, lobos, zorras y otros animales dañinos.
ALCOLEA DEL RIO [Alcolea del Río, municipio de la Vega del Guadalquivir, Sevilla]: Hay caza de conejos, perdices, liebres, jabalíes y corzos.
ALGECIRAS [antiguo partido judicial del Campo de Gibraltar, Cádiz]: Hay caza de jabalíes, corzos, conejos, liebres y perdices, y en bastante número, lobos, que diezman frecuentemente el ganado, zorras, tejones y otros animales dañinos.
ALGECIRAS [ciudad del Campo de Gibraltar, Cádiz]: La caza mayor consiste en corzos y jabalíes, no con mucha abundancia pero con más los conejos y las aves de paso; respecto a los animales dañinos, hay muchos lobos y zorras.
[MADOZ, Pascual (1845-50). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Imprenta de D. Pascual Madoz. Calle de Jesús y María, núm.28 & Est. Tipográfico-Literario Universal, Calle de la Madera baja, núm.4. Madrid.] 1845: Tomo I (ABA-ALI), Tomo II (ALI-ARZ); 1846: Tomo III (ARR-BAR), Tomo IV (BAR-BUZ), Tomo V (CAA-CAR); 1847: Tomo VI (CAS-COR), Tomo VII (COR-EZT), Tomo VIII (FAB-GUA), Tomo IX (GUA-JUZ), Tomo X (LAB-MAD); 1848: Tomo XI (MAD-MOS); 1849: Tomo XII (NAB-PEZ), Tomo XIII (PIA-SAZ), Tomo XIV (SEA-TOL), Tomo XV (TOL-VET); 1850: Tomo XVI (VIA-ZUZ). Consultas online: diccionariomadoz.com1856 Luis María Ramírez de las Casas
Andalucía: Córdoba
Entre los cuadrúpedos que habitan el territorio cordobés merecen atención el lince o gato cerval (felis pardina) y el que los naturales llaman melón (herpestes Widrintonii) [meloncillo] (Nota 1: Nadie había determinado antes de ahora a este animal, y se creía por algunos naturalistas que no existía en Europa), los gatos monteses, tejones, ginetas, comadrejas, nutrias que habitan así en el Guadalquivir como en los arroyos, las raposas, lobos, jabalíes, ciervos y corzos, todas las cuales especies son muy abundantes, como igualmente los conejos y liebres. Las especies de aves, entre sedentarias y viajeras, llega al número de 242, debiendo notarse entre las rapaces los buitres leonado y pardo [el negro] que anidan en los escarpados picos de las cabreras del Guadiato; varias especies de alcones [sic] entre ellos el azul [será el halcón peregrino]; las águilas imperial, real y calzada, el grifo (gipastos barbatus) [quebrantahuesos] ave de gran fuerza y tamaño, pues la envergadura de sus alas llega a 15 pies; no es abundante, pero se le ve alguna vez en la parte alta de la sierra. Entre las aves trepadoras se encuentran los picos verde y variado, el tuerce-cuello y los cucos cantador y glandario [críalo]. Entre las gallináceas, las gangas, las perdices, las ortegas, las codornices, que son muy abundantes. Entre las aves de ribera se cuentan las abutardas mayor y menor [sisón], el chorlito y el corredor [chorlitejo?]; hermosas garzas, como la real, garzota y dorada, alcaraván y nocturna [martinete], el ibis verde [morito?] y el flamenco. Entre las nadadoras se hallan algunas golondrinas de mar y gaviotas, el cormorán y varias especies de patos; y finalmente entre los pájaros mencionaremos el papamoscas gris, el desollador [alcaudón], el tordo músico [tordo común?], la oropéndola, varias currucas, el pitirojo, la motacila de garganta azul [pechiazul] y las pizpitas [en Córdoba, lavandera boyera].
Omitiendo tratar de otros géneros de animales por menos importantes y por evitar prolijidad, concluiremos con decir que en el Guadalquivir se crían barbos, tencas, sabogas, anguilas, albures y en las grandes avenidas suben del mar el sábalo y el sollo (accipenser sturio). En las lagunas y riachuelos se encuentra la locha de charca, y a millares varias especies pequeñas conocidas con los nombres de molineros, peces blancos, etc. (p.436)
[RAMÍREZ Y DE LAS CASAS-DEZA, Luis María (1856): Indicador cordobés, o sea, Manual histórico-topográfico de la ciudad de Córdoba. Tercera edición. Imprenta y Litográfica de D. Fausto García Tena. Córdoba.] bdh-rd.bne.es
1857 Catálogo Exposición
Andalucía: Córdoba
Colección de Productos Forestales y Caza de la provincia de Córdoba, formada por el catedrático de Historia Natural D. Fernando Amor y Mayor. 130. Expositor el Instituto provincial de segunda enseñanza, siendo Director D. Juan Antonio de la Corte. (Nº, Nombre vulgar, Nombre científico, Localidad, Observaciones):
[...] CAZA
CUADRÚPEDOS
Cabezas
211 de Venado. Cervus elaphus, LINN. Sierra de Córdoba. Común.
212 Corzo. Cervus capreolus, LINN. Sierra de Córdoba. Común.
213 Cabra montés. Capra hispanion. Pedroches. Muy rara.
Pieles montadas
214 de Meloncillo. Herpestes. Córdoba. Va escaseando.
215 Gato cerval. Felix pardina, OKEN. Córdoba. Bastante común.
216 Jabalí. Sus scropha, LINN. Córdoba. Común.
Pieles en zurrón
217 de Meloncillo.
218 Gato cerval.
219 Gato montés. Felix catus, LINN. Córdoba. Común.
Pieles estendidas
220 de Tejón. Ursus meles, LINN. Córdoba. Común.
221 Nutria. Mustela lutra, LINN. Córdoba. Común.
222 Meloncillo.
223 Gato cerval.
224 Gato montés.
225 Gineta. Viverra genetta LiNN. Córdoba. Común.
226 Liebre. Lepus timidus, LINN. Córdoba. Muy común.
227 Conejo. Lepus cuniculus, LINN. Córdoba. Muy común.
AVES preparadas
228 Tórtola. Columba turtur, LINN. Córdoba. Muy común.
229 Paloma torcaz. Columba palumbus, LINN. Córdoba. Muy común.
230 Charra. Pterocles arenarius, TEMM. Córdoba. Común.
231 Perdiz roja. Perdrix rubra, BRISS, Córdoba. Muy común.
232 Perdiz (¿especie nueva?). Perdrix. Adamuz. Solo se han recogido 3 individuos. [En otra ocasión se encontró una blanca]
233 Sisón. Otis tetrax, LINN. Córdoba. Común. [... y continúa] (p.120)
[Catálogo de los productos agrícolas presentados en la exposición de 1857 [fue la primera y se celebró en Madrid los días 24 de septiembre y 4 de octubre]. Imp. Nacional. Madrid.] bdh-rd.bne.es
1858 Diario de Córdoba
Andalucía
CÓRDOBA: UN PASEO POR LA SIERRA DE CÓRDOBA. Fernando Amor. [...] "Entre estos espesos montarrales se ocultan el fiero 'javalí' y ligeras cuadrillas de 'corzos' y 'venados'."
[Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos. Martes 24 de Agosto de 1858: link. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica (BVPH): buscador]
23.3.1890 El Eco Bisbalense
España
El Gobernador civil de Madrid ha enviado a todos los alcaldes y maestros de primera enseñanza, unos cuadros dando a conocer los animales y aves [sic] útiles y perjudiciales a la agricultura.
Animales útiles a la agricultura: Torcecuellos, hormigueros [sic; torcecuellos hormigueros], cuervos, grajos, urracas, alcaudón, tordos, zorzales, mirlos, oropéndolas, currucas, reyezuelos, ruiseñores, visvitas, tifas, fifitas [lavanderas], golondrinas, vencejos, chotacabras, gorrión, águila, halcón, lechuza, búhos, mochuelos, cornejas, murciélago, musaraña o musgaño, erizo, topo [!], comadreja, pinzones, jilgueros, verderones, pardillos, chamaricas [sic, chamariças; en portugués, chamariz es verdecillo], abubillas, trepatroncos, perdices, codornices, gangas, ortegas, avutardas, sisones, chorlitos, avefrías, alcaraván, cigüeñas, chochas, agachadizas, rascones, patos, gansos, lagarto, culebras, ranas comunes, (ranas) arbóreas, sapos, salamandras, lagartijas y salamanqueses.
Animales dañinos a la agricultura: Topo, zorra, lobo, marta, garduña, gato montés, nutria, rata, ratones, campañoles [topillos], lirones, cascanueces [moscardino, según Buffon, lirón careto?], conejos, liebres, ardilla, jabalí, buitre, alcotones [alcotanes], halcón abejero, abejaruco, martín pescador, grullas, garzas y víboras.
[El Eco Bisbalense. La Bisbal 23 de Marzo de 1890: link. Buscador de prensa catalana: cercador]
1890 Juan Montserrat
Catalunya
TORTOSA [pueblo del Baix Ebre, Tarragona]: Sus scropha L.- Senglar. (p.100)
[MONTSERRAT Y ARCHS, Juan (1890): Memoria descriptiva de las aguas minero-medicinales del Balneario de Tortosa. Resumen de Historia y de Geología de dicha ciudad y de la Flora y Fauna de sus alrededores, con indicaciones especiales sobre la Climatología, la Hidroterapia y la Higiene Terapéutica de los tres manantiales de aquel balneario (Nuestra Señora de la Esperanza, Salud y San Juan). pp.33-160. En el libro Balneario de Tortosa.] books.google.es
1905 Los Deportes
España
Las Alimañas. Es necesario de todo punto que todo el que caza vaya provisto de la competente licencia, y que, al menos, la mitad de los que éstas producen se aplique a la extinción de los animales dañinos. Las alimañas destruyen tanta caza, que basta hacerse cargo de la poca que hay allí donde sólo impera la Naturaleza. Creerán algunos que basta impedir al lacero y al dañador ejercer su oficio para que la caza prospere: es un gran error. Las zorras por un lado, y multitud de animales dañinos alados y cuadrúpedos por otro, se encargan de despoblar el monte y la llanura.
La tarea está indicada para aquellos a quienes interesa la abundancia de caza: pedir en debida forma al Poder público que allí donde se entrega el tributo que el coste de la licencia de caza representa, sean abonadas con arreglo a la tarifa las alimañas que se presenten. Todos sabemos lo que sucede hoy día: atrasados los Ayuntamientos en general, quedan sin abonar las cuotas legales al que presenta alimañas muertas. Natural es que, careciendo de estímulo, nadie emplee sus afanes en una tarea que la colectividad no agradece. Muy de veras recomendamos a los cazadores este punto: la asociación y estímulo constante al que destruye alimañas; la propagación de los métodos en círculos, periódicos y conferencias; por nuestra parte, describiremos más adelante los ingeniosos artefactos que emplean países que nos aventajan en abundancia de caza, sólo por su inteligente administración, y concluiremos estos apuntes proponiendo esta tarifa para el pago de alimañas muertas:
Cuadrúpedos dañinos (en pesetas): oso, el honor; jabalí; el honor; lobo adulto, 10; loba, 15; loba preñada, 20; lobezno, 5; zorro, 5; zorra, 7'50; zorra preñada, 10; zorrillo, 2'50; lince, 10; gato montés, 5; garduña, 3; turón, 3; nutria, 3; comadreja, 1.
Aves de rapiña diurnas y nocturnas: Águila real, 10; águila común, 5; águila de mar, 5; halcón, 2; gavilán, 2; búho, 5; urraca, 0'25.
[Los Deportes. Núm.383. Barcelona, 23 de Diciembre de 1905. p.836.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
1911 ¡Cu-cut!
General
Historia tètrica. La nit es fosca... Totes les nits, per fer efecte en un article tètrich com ha de ser el que tinch l'honor de comensar, han de ser fosques, per la mateixa rahó que han de ser clares y ab lluna més gran que'l cove ab que la volía pescar aquell pagès de la rondalla, totes les nits en que s'ha nde tractar afers idílichs o elegíachs... acordem, donchs, que la nit es fosca y que ho es com una gola de llop. O de qualsevol altre animal, perque en això sí que no tinch preferencies: al cap d'avall, entre la d'un llop y la d'una guinèu, no sé pas quina triaria per lo que's refereix a la fosquetat. Y qui diu guinèu, diu os o singlar o gat mesquer. Per ser precisos, direm que la nit es fosca com una gola, sense precisar de quina bestia. [...]
[¡Cu-cut!. Núm.494. Barcelona. 9 de Novembre de 1911. p.708.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
1917 - Joaquín M. de Barnola
Catalunya
[...] Las colecciones generales de Zoología, Mineralogía y Paleontología, ya de antiguo existentes en el denominado "Museo Martorell", sito a lo largo del paseo de la Industria, han sido reorganizadas, después de renovar el piso y vitrinas correspondientes. Los grandes ejemplares naturalizados se han dispuesto sobre peanas fuera de las vitrinas, con lo cual pueden apreciarse mejor sus caracteres morfológicos. [...] Las especies de 'Fauna catalana' se han desmembrado de la colección zoológica general y han sido trasladadas al nuevo local, el que fue restaurant durante la Exposición Universal, y en adelante será 'Museo de Catalunya'. [...] En el censo del inmenso salón destaca una mole imitando las escarpadas rocas (como muchos de los picachos pirenaicos) coronadas por un rebaño de gamuzas en las más diversas actitudes, y ocupadas en uno de sus flancos por el oso pardo. Otro gran grupo de jabalíes junto a un soberbio y añoso tronco de castaño, recuerda escenas de dichos suidos, propagados hoy en tanta abundancia en los parajes selvosos de nuestros montes. Perfectamente imitadas se ven las rocas gneísicas y graníticas típicas de nuestros Pirineos, cubiertas en parte por la nieve, sobre la cual, así como sobre aquéllas, las perdices blancas, merced al mimetismo que les presta su distinta librea de invierno y de verano, se hallan a salvo de las pesquisas de sus perseguidores. [...] Los sisones (o avutarda menor) y las perdices churras características de los terrenos esteparios, son otros tantos asuntos que no sólo instruyen provechosamente por la verdad biológica que representan, sino que a la par deleitan por la presentación artística con que se han instalado. [...]
[DE BARNOLA, Joaquín M. (1917): Los nuevos servicios e instalaciones de la Junta de Ciencias Naturales de Barcelona. pp.361-263. Ibérica, revista semanal. El Progreso de las ciencias y de sus aplicaciones. Observatorio del Ebro. Año IV, Tomo 2º, Vol VIII, nº 205. 8 diciembre 1917.] arca.bnc.cat
1932 La Veu de Catalunya
Catalunya: Vall d'Aran/Val d'Aran
ASPECTES DE LA VALL D'ARAN. [...] La Vall d'Aran. És, sens dubte, la vall més formosa de tots els Pirineus. Amb justícia se l'anomena la "Suïssa espanyola", per la semblança de topografia alpina i la seva grandiositat panoràmica. [...] La fauna de la Vall comprèn diverses espècies més o menys típiques: l'ós grisenc dels Pirineus, el senglar, l'isart, el gat muntanyés, el linx [?], la marta, etc. Entre les aus es troben en abundància el gai i les perdius roja, gris i blanca. En els seus rius i llacs hi ha també gran abundor de truites corrents i assalmonades, la pesca de les quals constitueix un objecte de comerç durant l'estiu.
Les principals fonts de riquesa de la Vall d'Aran són: l'agricultura; la recria de bestiar mular, que s'importa de França; les explotacions minerals de blonda [?] i les instal·lacions hidroelèctriques en curs de desenrotllament. Per aquesta darrera circumstància de minerals i de fustes, la Vall d'Aran podria ésser un centre industrial de molta importància. Els aranesos són de tipus gascó muntanyenc. Parlen un llenguatge igual al de les poblacions franceses del Bearn i el Llenguadoc. Però, com els andorrans, són naturalment políglotes, i s'expressen amb facilitat en francès, castellà i català. [...] Josep SANDARAN, Vice-president del Centre Aranès.
[La Veu de Catalunya. Núm.11306. Barcelona. Dimecres, 7 de Setembre de 1932. p.4.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
1935 Butlletí dels mestres
Catalunya: la Segarra (Lleida)
UN CENTRE D'INTERÈS: LA COMARCA. [...] Demés de les espècies corrents de caça i dels petits ocells cantadors, ofereixen especial interès: l'esquirol, que s'alimenta de pinyes de pi; la mustela, que sovint entra als corrals i devora l'aviram; el tudó del país i el tudó emigrant (març); la rata-sellarda, que aprofita els nius de les garces per a fer-hi cria; el gat mesquer, la guineu, i cada dia són més escassos els senglars de la regió forestal. Fa ja uns dotze anys que no s'ha vist cap llop. [...]
[Butlletí dels mestres. Núm.130-131. Barcelona, 15 juny i 1 juliol 1935. pp.185-186.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
1955 Destino
Andorra: Ordino
ORDINO, PARQUE NATURAL DE ANDORRA. Por Antonio Jonch. [...] Un parque zoológico al aire libre. [...] El marco alegre de todo este complejo laboratorio cultural, lo formaría el parque propiamente dicho. Partiendo desde el fondo del valle, bebiendo el agua fresca del pequeño Valira d'Ordino, se emplazarían confinamientos animales de reducidas dimensiones y cuyo régimen de vida les exija íntimo contacto con el agua. De esta manera dispondríamos de la nutria 'llúdriga' (Lutra lutra), circunscrita en un ambiente de pequeña vegetación y rocalla, y el lago de barbos y truchas, para el cual, sin lesión del paisaje, prepararíamos un pertinente desnivel que nos permitiera, además de la observación practicada desde la superficie del agua, siempre imperfecta y de poco efecto, otra interna, a través de unas mirillas de cristal, a manera de ideal acuario. Remontando la ladera, un amplio sendero de suave desnivel, nos alcanzaría, en placentero paseo, la atalaya de la cima, donde un confortable refugio, con servicio de bar, garantizaría un buen ganado refrigerio. Un estudio de condiciones técnicas y económicas podría aconsejarnos sobre la mejor conveniencia de instalar un pequeño telesilla para efectuar dicha ascensión, reservándose el descenso fácil para estructurar el itinerario de visita del Parque, con anunciación detallada de todas las instalaciones dispuestas.
A lo largo del paseo que se proyecta, se acomodarían diversos grupos de animales de la fauna de estos valles. El esquivo sarrio 'isard' (Rupicapra pyrenaica), el jabalí 'porc fer' (Sus scropha), el tejón 'teixó' (Meles meles), la zorra 'guineu' (Vulpes vulpes), la ardilla 'esquirol' (Sciurus vulgaris), el gato montés 'gat --quer' [cortado, mesquer?] (Félix sylvestris), la garduña 'fagina' (martes foina). El conejo 'conill' (Oryctolagus cuniculus) y la liebre 'llebre' (Lepus europaeus pyrenaicus), entre los mamíferos de permanencia constante. También los de presencia excepcional, como el oso 'ós' (Ursus arctos pyrenaicus), en vista migratoria, casi siempre procedente del Pall... [Pallars?, cortado] y ya completamente extinguido, aunque hay quien asegure que todavía existe, tendríamos en cuenta el lobo 'llop' (Canis lupus). Todas las especies que lo permitan, se contendrían en dependencias concebidas según el sistema denominado de semi-libertad, garantizando la seguridad de permanencia mediante sistemas de fosos y cierres cuidadosamente estudiados. Variados grupos de aves osci... [cortado] adornarán caprichosas pajareras, y en parque terrosos o de alguna quebrada, se cobijarían las perdices blancas 'perdiu blanca o ...la' [cortado], y la ...la [cortado, pardilla?] 'perdiu xerra' (Perdix perdix) y la roja 'perdiu' de nuestros llanos (Alectoris rufa). Con crecido aire de privilegio podría intentarse mostrar el gallo silvestre 'gall fer (Teatro urogallus), los majestuosos buitres y las altivas águilas 'àligues'. Más humildes, los córvidos y las estrígidas, acompañarían la dotación alada. [...]
Sería muy grato y curiosísimo observar cómo en un reducido espacio se asocian plantas típicamente mediterráneas (espliego, sabina, retama, brecina, rosa canina, etc.), medrando junto al pino de montaña (Pinus montana) 'pi negre', con un sotobosque de plantas de uso subalpino (rododendro, frambueso, arándano, retamón, etc.), escoltadas todas ellas por la cadencia evocadora del abeto. En las partes húmedas, abedules, fresnos y avellanos, álamos temblones, etc. [...]
[Destino. Núm.944. Barcelona, 10 de Septiembre de 1955. pp.27-29.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
1960 El Noticiero Universal
España
CAZA. COMENTARIOS A LA LEY DE CAZA. QUIÉN, CUÁNDO, CÓMO, DÓNDE Y QUÉ SE PUEDE CAZAR. VIII. POR RAZÓN DE LA ESPECIE PERSEGUIDA.- En las páginas de "El Noticiero Universal" han ido apareciendo una serie de comentarios en los días 26 de marzo, 8 de abril, 17 de mayo, 30 de junio, 20 de julio, 9 de agosto y 16 de septiembre, de los cuales el presente trabajo es continuación.
¿Cómo se clasifican los animales a los efectos de la Legislación de Caza? Tanto el artículo 1.º de la Ley de Caza vigente de 1902, como el 1.º del Reglamento, los clasifica en tres grupos o clases, a saber: 1.ª, los fieros o salvajes; 2.ª; los amansados o domesticados; 3.ª los mansos o domésticos (para simplificar: salvajes, amansados y domésticos). [...]
¿Qué animales quedan comprendidos en el Reglamento dentro de la clasificación de fieros o salvajes? Lo especifica el artículo 2º del Reglamento de 1903, diferenciando los que reúnen la doble condición de fieros y salvajes, señalando solamente dos: el oso común y el lobo, y los salvajes simplemente, los cuales son objeto de caza en España.
¿Cuáles son los animales enumerados como salvajes? El ciervo, el gamo, el
corzo, la gamuza, la cabra montés, el jabalí, el zorro, el lince, el gato
claro clavo o lobo cerval, el gato montés, el tejón, la gineta, el
turón, la garduña, la marta, la comadreja, la nutria, la ardilla, el conejo, la
liebre, entre los mamíferos; y entre las aves, el búho, la lechuza, el mochuelo,
la corneja, el halcón común, el cernícalo, el alfaneque, el esmerejón, el
gerifalte, el águila real, el águila imperial, el gavilán, el milano, el
quebrantahuesos, el buietre buitre leonado, el buitre pardo, el
alimoche, el tordo, la charla, el zorzal, el malvís, el estornino, el tordo
serrano, la paloma torcaz, la paloma zurita, la paloma montés, la tórtola, el faisán, la ganga, la ortega, la perdiz roja, la perdiz pardilla, la codorniz, la
abutarda, el sisón, el ave fría, la grulla, la garza, la chocha, la gallina de
agua, el flamenco, el ganso común, el pato común "y sus diferentes variedades",
la zarceta mayor, la menor "y análogos".
¿Está completa esta relación? Ni mucho menos, pues hay muchas especies de aves emigrantes que se presentan solamente algunos años y en determinadas épocas, como el cisne salvaje, en el norte de España, y otras muchas de menor talla.
¿Qué podemos decir respecto a la ocupación de los animales salvajes? De ello nos habla el artículo 465 del Código Civil de 1889, con la curiosidad de que solamente cita a los "fieros" que, según el artículo 2.º del Reglamento sólo son el oso y el lobo, pero se refiere desde luego a los salvajes diciendo que sólo se poseen mientras se hallen en nuestro poder, por ostentar la condición de "res nullius", es decir, que no tienen dueño, y según el artículo 610 del citado texto, "se adquieren por la ocupación, los bienes apropiables por su naturaleza que carecen de dueño, como los animales que son objeto de caza". Se trata de animales que vagan libremente por la tierra, por los aires o por las aguas y son "de quien quiera que los prenda" -que decía el Rey Sabio en la Partida 3.ª de su famoso Código-. Al cazarlos, o sea, al "ocuparlos" jurídicamente, se adquiere su propiedad en el mismo momento en que se logra su posesión; igualmente, en el mismo momento en que se pierde su posesión por recobrar el animal la libertad perdida, se pierde también su propiedad. [...]
[El Noticiero Universal. Núm.23172. Barcelona. Martes, 25 de Octubre de 1960. p.20.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
1965 El Noticiero Universal
Extremadura: la Sierra de Gata (Sierra de Gata, Cáceres)
LOS VALLES. LAS HURDES. EL NORTE. LA SORPRESA.- La región de Extremadura tiene, perfectamente delimitadas, tres regiones que el legislador de 1833 no quiso ver, en su caprichosa división administrativa. Entre el lugar donde la sierra de Gredos saca su espalda al sol del mediodía y el curso doloroso del Tajo, queda una zona de acusada diferencia con el resto de la provincia de Cáceres, en costumbres, economía, paisaje, y aspiraciones. Esta región puede a su vez dividirse, pero yo no quiero meterme a geógrafo. Tres ríos -el Tiétar, el Jerte y el Alagón- y tres pantanos -Rosarito, Gabriel y Galán y Borbollón- ponen en algunos puntos de esta zona una cierta memoria de Galicia, tan lejana de Extremadura, en la opinión vulgar. Uno piensa si algunos paisajes sirvieron de modelo a Sisley o Haes. Si vamos desde Plasencia a Jarandilla -la Vera- o paseamos por el valle del Jerte, la tierra se nos ofrece verde, y en ellas se encuentra a gusto un árbol tan gallego como es el castaño.
Todos estos ríos y gargantas son riquísimos en truchas. Y, en las charcas,
que son pequeños embalses, se da un pez que solo vive aquí: la tenca. Lo mismo
si hablamos de caza menor en Alcántara, en la misma orilla del Tajo, y mayor,
incluso el lince y el gato montés, en la Sierra de Gata, y ciervos y jabalíes
en la ribera del
Rajo Tajo y Miravete. [...]
[El Noticiero Universal. Núm.24696. Barcelona. Sábado, 25 de Septiembre de 1965. p.8.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
1971 El Noticiero Universal
España
CALENDARIO LEGISLATIVO DE CAZA PARA AGOSTO (por el coronel España Cantos).- Legislación vigente. Estrenamos la nueva Ley de Caza de 4 de abril de 1970 (BOE n.º 82, del 6 de abril) y su Reglamento para su aplicación de 25 de marzo de 1971 (BOE de 30 y 31 de marzo de 1971) y, por si fuera poco, la O.M. de Agricultura de 24 de junio de 1971 (BOE n.º 153, de 28 de junio), que fija las vedas para las distintas especies para la temporada próxima de 1971-72.
CAZA MAYOR: Ciervo, gamo y jabalí.- Desde el 2.º domingo de octubre, día 10, hasta el tercer domingo de febrero, día 20, es época legal de caza. Cabra montés, rebeco y corzo.- Desde el 2.º domingo de septiembre, día 12, hasta el primer domingo de noviembre, día 7.
Recuerda la O.M. la prohibición de matar en todo tiempo a las hembras de las especies de ciervo, gamo, corzo y cabra montés, así como a las de rebeco y jabalí seguidas de cría. Recordará asimismo la O.M. que queda prohibida la caza de ciervos, corzos, machos monteses y rebecos en sus dos primeras edades de cervato y vareto, en la primera, y sus similares en las otras. En la especie ciervo, queda también prohibida la caza de horquillones. Se prohibe, igualmente, el empleo de postas para la caza mayor en todo el territorio nacional. En los cotos legalmente establecidos, se puede cazar a rececho el ciervo, gamo y corzo en época de celo, pero han de proveerse de un permiso expedido por las Jefaturas provinciales, nominales y para una sola pieza. [...]
[El Noticiero Universal. Núm.26484. Barcelona. Martes, 27 de Julio de 1971. p.31.] El 30 de agosto, 11 de noviembre, 11 de diciembre, 21 de diciembre, 10 de febrero de 1972, 3 de marzo, 27 de marzo, 30 de junio, 15 de septiembre, 12 de diciembre, 27 de diciembre, 26 de enero de 1973, 4 de abril, 3 de mayo, 11 de octubre, 7 de noviembre, 10 de mayo de 1974, 14 de junio, 6 de septiembre, 9 de abril de 1975 y otros, se publican noticias similares.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà