Erizos; eriçons

Erinaceus europaeus et Atelerix algirus


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1580 Onofre Pou

Catalunya

De algunes besties salvatges:

[...] Ariçó. Echinus, herinaceus, herinaceri. [...] (fulles 44-45)

[POU, Onofre (1580): Iesus: Thesaurus Puerilis. Authore Onophrio Povio Gerundensi Artium Doctore. Apud Ioannem Paulum Menescal. Barcinone.] books.google.es


1644 Alonso Martínez de Espinar

Reino de Castilla

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXVIII. De la raposa y su calidad. [...] Es muy inclinada a comer herizos [sic], y ellos tiemblan de verla, y luego hacen un ovillo, pareciéndoles que sus púas le defenderán; más no le falta a ella maña contra esta astucia: vuelve la boca arriba y se orina encima de él, con lo cual quita la respiración y le ahoga, y entonces se abre el erizo y se lo come. [...] (pp.166-169)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XLIV. Del erizo. Es el erizo del tamaño de un conejo; está su cuerpo vestido de espesas y agudas espinas, excepto el vientre, pies y hocico; tiene los testículos, como las aves, pegados por dentro al lomo; cuando se juntan, para no herirse con sus mismas espinas, están en pie entrambos macho y hembra, que los tienen muy cortos, y para poderse tener se cruzan y enclavijan las manos; susténtase en diferentes cosas, conforme el teimpo: en el verano, de fruta, moras, madroños, uvas y otras, aunque éstas les son más acomodadas para llevarlas, porque son animales que hacen provisión para el invierno, como las hormigas, y se cargan de estas cosas revolcándose encima de ellas, y las llevan a los huecos de los árboles y quiebras y cuevas de la tierra, y van cargados, sirviéndoles de presas sus mismas púas. En el invierno buscan grillos, caracoles, lombrices y otros gusanillos de la tierra, y de esta manera pasan; no son animales que hacen ningún daño; crían en el verano; paren comúnmente dos y tres; tienen en su habitación dos puertas y tapan la una para guardarse del viento, y cuando se mudan, cierra la otra y abren aquella; temen muchos los erizos el parto, por el dolor que sienten en él, que los hijos nacen con aquellas espinas, aunque las tienen más blandas de la humedad que sacan del vientre de la madre, y como por esta causa se detienen en parir, mientras se dilata, crecen más las púas en los hijos y es mayor el daño en ellas; cuando les aprietan los dolores, se meten en la estrechura de alguna piedra o árbol y hacen fuerza para pasar por ella, con que se ayudan en este trabajo y les facilita el parto. Son las culebras sus captiales enemigos y entran en sus moradas a perseguirlos; en sintiéndola, el erizo se hace un ovillo, que ellos no tienen otra mayor defensa, y cuando ella le va a morder, no halla otra parte que por las espinas; y visto que no pueda hacer la diligencia que la raposa para abrirle, busca ardid con que le mata, aunque algunas veces es muy a su costa: visto que no le puede dañar con la boca, le ciñe con muchas vueltas y le aprieta de manera que le ahoga, barrenándose ella misma su cuerpo por muchas partes, hasta que sucede venir entrambos a perder la vida. Son animales que, traídos a casa, se amansan, y andan por ella, aunque lo más de noche, que son nocturnos, y tienen el hocico como el puerco, y en la casa que los tienen son de mucha limpieza, porque comen arañas y escarabajos y otras sabandijas que allí se crían. (pp.180-181)

[MARTÍNEZ DE ESPINAR, Alonso (1644): Arte de Ballestería y Montería, escrita con méthodo, para escusar la fatiga que occasiona la ignorancia. Alonso Martínez de Espinar, que da el Arcabuz a su Magestad y Aiuda de Cámara del Príncipe Nuestro Señor. En la Emprenta Real. Año de 1644. Madrid.] books.google.es


22-26.6.1857 Lorenzo Grafulla

Matarranya (Teruel) / Tinença de Benifassà (Baix Maestrat, Castelló)

(Por estos montes del Boixar) abundan conejos y perdices; algunos inviernos se presentan ánades en los barrancos, y respecto a otros animales, sin hacer mención a los lobos y raposas, hay algún ciervo [corzo], cabras monteses, ardillas, erizos, etc. Pájaros hay varios, pero los más notables son las tórtolas, palomas torcaces, petirrojos, piñaroles [piquituertos] y trencahuesos [picogordo]. Alguna culebra, pero (de reptiles) lo que más abunda son lagartos, víboras y arraclanes [sic]. Los miramos como habitantes de estos puertos, compañeros nuestros y nada más: cogemos artificiosamente conejos, perdices y turcazos, y respecto a los mayores, si tropezamos con alguna cría y podemos cogerla, lo hacemos. Esto es todo. [...] Vamos al Erizo, animal que no sabe más que una cosa, pero de gran mérito, defenderse sin pelear y herir sin acometer. Como es tan débil y tardo en sus movimientos, la naturaleza le ha concedido una armadura tan espirituosa que, [nº 130, de 30 de agosto] juntamente con la facultad de arrollarse como una bola, le hacen temible o invulnerable; añádase a esto el que, el temor le hace expeler su orina, cuyo hedor y humedad se esparcen por todo el cuerpo rechazando disgustados a sus enemigos. Cuando el macho y la hembra quieren juntarse, como su armadura les incomoda, se ponen derechos o tendidos y de este modo ejercen sus funciones reproductoras. Se alimentan de frutas, moscardones, escarabajos, grillos, gusanos y algunas raíces. Les gusta mucho la carne cruda o cocida. [...] [nº 128, de 30 de julio]

[GRAFULLA, Lorenzo (1888): "Un paseo por los Puertos de Beceite", en "La Asociación: revista profesional y científica de medicina y cirugía, farmacia y veterinaria de la provincia de Teruel" (1883-1891), por entregas, desde el nº 123, de 15 de mayo de 1888, al nº 150, de 15 de junio de 1889.] bibliotecavirtual.aragon.es


1877 Juan Téllez

España

ANIMALES ÚTILES A LA AGRICULTURA COMO ENEMIGOS DE LOS INSECTOS Y DELOS MOLUSCOS DAÑOSOS. Conferencia agrícola improvisada por D. Juan Téllez Vicén, catedrático de la Escuela de Veterinaria, el día 20 de Mayo de 1877. [...]

Mi objeto, más bien que estudiarla a fondo, es señalar un mal que entre nosotros existe y que es muy deplorable: la profunda ignorancia en que se encuentra la generalidad de nuestros agricultores, con respecto a los amigos y enemigos que en el reino animal tienen sus cultivos. [...] Como mamíferos útiles en el mismo sentido que el murciélago, debo citaros el topo, el erizo y la musaraña, pertenecientes a un orden especial, llamado de los 'insectívoros', nombre que merecerían por lo menos tanto como ellos los quierópteros. [...] Los tres géneros que he citado y todas las especies comprendidas en ellos merecen la misma consideración de nuestra parte que los murciélagos; porque unos, en la superficie de la tierra, como el erizo y la musaraña, y otros, a cierta profundidad, como el topo, hacen un importante servicio de policía, de que el hombre se aprovecha sin saberlo, correspondiendo a tales beneficios, poco más o menos, de la manera como acabáis de ver que paga los del orden anterior. Baste, para probarlo, recordar los tormentos sin nombre que hacemos experimentar al pobre erizo cuando cae en nuestras manos y la caza sin tregua que sufre el topo, en la inteligencia de que roe las raíces de las plantas, cuando en realidad su dentadura y todas las particularidades de su aparato digestivo le hacen exclusivamente apto para el régimen animal, que se preocupa a expensas de los insectos o, en su defecto, de las larvas subterráneas. Se comprende (y no hago más que enunciar las cuestiones, porque no es posible desenvolverlas) el interés que deberían tener nuestros labradores en proteger a todos estos pobres seres, que suelen ser víctimas de su ignorancia y frecuentemente de su brutalidad. (pàg.447)

[VVAA (1878). Conferencias agrícolas de la provincia de Madrid. Recopiladas e impresas en virtud de orden de 1º de Mayo de 1878 de la Dirección General de Instrucción Pública, Agricultura e Industria. Imprenta del Colegio Nacional de Sordo-mudos y Ciegos. Calle de San Mateo, 5. Madrid.] books.google.es


1889 Alejandro Pontes

General

ERIZO Y PUERCO ESPÍN. Se dice del erizo que acostumbra subirse a los madroños para llevar a su madriguera el fruto de este árbol, clavado en su agudas púas, pero no sólo es inexacto que acostumbren subirse a los árboles, sino que aún admitiendo que lo hicieran, no podrían llegar hasta las partes delgadas o extremos de las ramas en donde se halla el fruto, ni mucho menos depositarlo en sus púas, por la falta completa de medios para verificarlo estando subido en el árbol. Creemos que si alguna vez se ve un erizo con madroños, uvas o algún otro fruto ensartado en sus púas, procede de que encontrándose debajo de la planta de donde hayan caído algunos excesivamente maduros, el erizo ha sido acometido por algún otro animal y volcado después de haberse puesto en forma de bola como acostumbra para librarse de sus enemigos, a cuyo tiempo puede caer sobre dichos frutos y llevarlos después como dicen algunos haberlo visto. No podemos asegurar lo que habrá de cierto en cuanto a lo que se dice de que ellos se vuelcan de intento para prender la fruta.

Respecto a las persecuciones de que son objeto por considerarlos muy perjudiciales a la agricultura, creyendo que destruyen las plantas, es un error que redunda en perjuicio de los mismos perseguidores, porque el mal que puedan ocasionar destruyendo algunas raíces al socavar la tierra, queda muy ventajosamente compensado con el número considerable de lombrices blancas, babosas, gusanos, grillos, etc., que devoran y son muy dañinos para las plantas. Por otra parte, según los repetidos experimentos del profesor alemán Lentz, el veneno de la víbora, que es tan dañoso para el hombre y para ciertos animales, viene a ser inofensivo para el erizo, el cual puede devorarla sin que las mordeduras que reciba de ésta le ofrezcan el menor peligro. De suerte que el erizo, además de que su carne no es buena para comer, es de reconocida utilidad por los muchos animales que destruye y que vivirían para notable daño de las plantas, de algunos otros que son útiles al hombre, y aún del hombre mismo. No sólo no es perjudicial, sino que es un excelente auxiliar del labrador u hortelano, librando a las plantas de innumerables bichos que las atacan y debilitan o las destruyen, y contribuyen a limpiar los campos de seres ofensivos al hombre, por cuyos conceptos debe ser protegido en lugar de perseguirle con encarnizamiento.

PUERCO ESPÍN. Aún cuando este animal está armado de púas como el erizo y tiene con éste algún parecido en la conformación del hocico, corresponde a una especie diferente. [...](p.95)

[PONTES Y FERNÁNDEZ, Alejandro (1889): Errores y preocupaciones populares; y explicación de algunos fenómenos de la naturaleza. Librería de la Viuda de Hernando y Cª. Calle del Arenal, núm. 11. Madrid.] bdh-rd.bne.es


23.3.1890 El Eco Bisbalense

España

El Gobernador civil de Madrid ha enviado a todos los alcaldes y maestros de primera enseñanza, unos cuadros dando a conocer los animales y aves [sic] útiles y perjudiciales a la agricultura.

Animales útiles a la agricultura: Torcecuellos, hormigueros [sic; torcecuellos hormigueros], cuervos, grajos, urracas, alcaudón, tordos, zorzales, mirlos, oropéndolas, currucas, reyezuelos, ruiseñores, visvitas, tifas, fifitas [lavanderas], golondrinas, vencejos, chotacabras, gorrión, águila, halcón, lechuza, búhos, mochuelos, cornejas, murciélago, musaraña o musgaño, erizo, topo [!], comadreja, pinzones, jilgueros, verderones, pardillos, chamaricas [sic, chamariças; en portugués, chamariz es verdecillo], abubillas, trepatroncos, perdices, codornices, gangas, ortegas, avutardas, sisones, chorlitos, avefrías, alcaraván, cigüeñas, chochas, agachadizas, rascones, patos, gansos, lagarto, culebras, ranas comunes, (ranas) arbóreas, sapos, salamandras, lagartijas y salamanqueses.

Animales dañinos a la agricultura: Topo, zorra, lobo, marta, garduña, gato montés, nutria, rata, ratones, campañoles [topillos?], lirones, cascanueces [moscardino, según Buffon, lirón careto?], conejos, liebres, ardilla, jabalí, buitre, alcotones [alcotanes], halcón abejero, abejaruco, martín pescador, grullas, garzas y víboras.

[El Eco Bisbalense. La Bisbal 23 de Marzo de 1890: link. Buscador de prensa catalana: cercador]


1890 Juan Montserrat

Catalunya

TORTOSA [pueblo del Baix Ebre, Tarragona]: Erinaceus europaeus L.- Erissó. (p.101)

[MONTSERRAT Y ARCHS, Juan (1890): Memoria descriptiva de las aguas minero-medicinales del Balneario de Tortosa. Resumen de Historia y de Geología de dicha ciudad y de la Flora y Fauna de sus alrededores, con indicaciones especiales sobre la Climatología, la Hidroterapia y la Higiene Terapéutica de los tres manantiales de aquel balneario (Nuestra Señora de la Esperanza, Salud y San Juan). pp.33-160. En el libro Balneario de Tortosa.] books.google.es


1960 El Noticiero Universal

España

CAZA. COMENTARIOS A LA LEY DE CAZA. QUIÉN, CUÁNDO, CÓMO, DÓNDE Y QUÉ SE PUEDE CAZAR. VIII. POR RAZÓN DE LA ESPECIE PERSEGUIDA.- En las páginas de "El Noticiero Universal" han ido apareciendo una serie de comentarios en los días 26 de marzo, 8 de abril, 17 de mayo, 30 de junio, 20 de julio, 9 de agosto y 16 de septiembre, de los cuales el presente trabajo es continuación.

¿Cómo se clasifican los animales a los efectos de la Legislación de Caza? Tanto el artículo 1.º de la Ley de Caza vigente de 1902, como el 1.º del Reglamento, los clasifica en tres grupos o clases, a saber: 1.ª, los fieros o salvajes; 2.ª; los amansados o domesticados; 3.ª los mansos o domésticos (para simplificar: salvajes, amansados y domésticos). [...]

¿Qué animales quedan comprendidos en el Reglamento dentro de la clasificación de fieros o salvajes? Lo especifica el artículo 2º del Reglamento de 1903, diferenciando los que reúnen la doble condición de fieros y salvajes, señalando solamente dos: el oso común y el lobo, y los salvajes simplemente, los cuales son objeto de caza en España.

¿Cuáles son los animales enumerados como salvajes? El ciervo, el gamo, el corzo, la gamuza, la cabra montés, el jabalí, el zorro, el lince, el gato claro clavo o lobo cerval, el gato montés, el tejón, la gineta, el turón, la garduña, la marta, la comadreja, la nutria, la ardilla, el conejo, la liebre, entre los mamíferos; y entre las aves, el búho, la lechuza, el mochuelo, la corneja, el halcón común, el cernícalo, el alfaneque, el esmerejón, el gerifalte, el águila real, el águila imperial, el gavilán, el milano, el quebrantahuesos, el buietre buitre leonado, el buitre pardo, el alimoche, el tordo, la charla, el zorzal, el malvís, el estornino, el tordo serrano, la paloma torcaz, la paloma zurita, la paloma montés, la tórtola, el faisán, la ganga, la ortega, la perdiz roja, la perdiz pardilla, la codorniz, la abutarda, el sisón, el ave fría, la grulla, la garza, la chocha, la gallina de agua, el flamenco, el ganso común, el pato común "y sus diferentes variedades", la zarceta mayor, la menor "y análogos".

¿Está completa esta relación? Ni mucho menos, pues hay muchas especies de aves emigrantes que se presentan solamente algunos años y en determinadas épocas, como el cisne salvaje, en el norte de España, y otras muchas de menor talla.

¿Qué podemos decir respecto a la ocupación de los animales salvajes? De ello nos habla el artículo 465 del Código Civil de 1889, con la curiosidad de que solamente cita a los "fieros" que, según el artículo 2.º del Reglamento sólo son el oso y el lobo, pero se refiere desde luego a los salvajes diciendo que sólo se poseen mientras se hallen en nuestro poder, por ostentar la condición de "res nullius", es decir, que no tienen dueño, y según el artículo 610 del citado texto, "se adquieren por la ocupación, los bienes apropiables por su naturaleza que carecen de dueño, como los animales que son objeto de caza". Se trata de animales que vagan libremente por la tierra, por los aires o por las aguas y son "de quien quiera que los prenda" -que decía el Rey Sabio en la Partida 3.ª de su famoso Código-. Al cazarlos, o sea, al "ocuparlos" jurídicamente, se adquiere su propiedad en el mismo momento en que se logra su posesión; igualmente, en el mismo momento en que se pierde su posesión por recobrar el animal la libertad perdida, se pierde también su propiedad. [...]

¿Hay algunas omisiones entre los animales nombrados en esos artículos? Desde luego, pues no nombra al urogallo, ni al erizo, ni al topo, ni a la rata de agua, que son salvajes, y en algunas localidades, objeto de caza, y entre los domésticos, omite el camello, que existe en las Islas Canarias, el perro, el conejo doméstico, la paloma doméstica, el pato casero, etc.

¿Merece algún comentario la anticuada clasificación de los animales, contenida en la Ley y Reglamento de Caza? Esta clasificación es antiquísima, contando millares de años, ya que pasó a nuestra legislación procedente del Derecho romano, pero adolece de no fijar de una manera precisa y terminante un grupo de otro. [...]

[El Noticiero Universal. Núm.23172. Barcelona. Martes, 25 de Octubre de 1960. p.20.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)


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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà

En continua actualización.