Ciervo, venado; cèrvol

Cervus elaphus


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Magdaleniense

Castilla y León: Oña (La Bureba, Burgos)

NUEVOS HALLAZGOS DE FÓSILES VERTEBRADOS EN ESPAÑA.- En otoño de 1922 trajo a Munich el P. José María Ibero, S. J., profesor en el Colegio de Oña (Burgos), una colección no escasa de restos de mamíferos y aves recogidos en las excavaciones hechas en cuatro o, propiamente, tres cuevas de la provincia de Burgos, para clasificarlos bajo mi dirección. El contenido de esas cuevas pertenece, según el carácter lítico, al magdaleniense. Pero como el conjunto de la fauna se diferencia fundamentalmente de la de la Europa central de la misma época, bien merece una corta reseña. Siendo esencialmente idéntica la fauna de las diferentes cuevas situadas cerca de Oña a una altura como de 650 m. sobre el nivel del mar, parece lo más acertado alistarla en un cuadro como el siguiente: [y cita]

Ursus arctos (Oso pardo): en Caballón y S. Juan Berchmans.

Vulpes vulgaris (Zorra): en Caballón y S. Juan Berchmans.

Lupus? Canis? (Lobo o perro): en Caballón, La Blanca y S. Juan de Berchmans.

Canis familiaris (Perro doméstico): en La Miel.

Cuon Bourreti Filh (Perro salvaje): en Caballón, La Blanca y S. Juan Berchmans.

Felis linx (pardella) (Lince): en Caballón, La Blanca y S. Juan Berchmans.

Felis pardus (Pantera): en S. Juan Berchmans.

Felis catus ferus (Gato montés): en Caballón.

Martes sp. (Marta): en La Miel.

Sciurus vulgaris (Ardilla): en La Miel.

Castor fiber (Castor): en La Blanca.

Lepus cuniculus (Conejo): en Caballón, La Blanca, S. Juan Berchmans y La Miel.

Lepus timidus? (Liebre): en La Miel.

Equus caballus (Caballo): en Caballón, La Blanca, S. Juan Berchmans y La Miel.

Cervus elaphus (Ciervo): en Caballón, La Blanca, S. Juan Berchmans y La Miel.

Bos (Buey): premolar superior en La Miel.

Rupicabra (Gamuza): en La Blanca, S. Juan Berchmans y La Miel.

Capra (Ibex) pyrenaica (Cabra montés): en Caballón, La Blanca, S. Juan Berchmans y La Miel.

Por lo que a las aves se refiere: [y cita]

Colaeus monedula (Corneja) [sic, grajilla?]: en Caballón, La Blanca y S. Juan Berchmans.

Gyapaetus? [quebrantahuesos?]: en La Miel.

Tetrao tetrix? (Gallo del jaral): en La Miel.

[...] De caballo y ciervo hay pocos restos, y estos generalmente, falanges. Se trata probablemente de huesos sueltos hallados casualmente fuera de la cueva e introducidos como juguetes por cachorrillos. [...]

[Artículo firmado por:] Dr. Max Schlosser. Conservador del Museo Geol. de la Ac. de C.

[Ibérica: el progreso de las ciencias y de sus aplicaciones. Núm.503. Tortosa. 24 de Noviembre de 1923. pp.313-314.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)


1177 Fuero de Teruel

Aragón

661. Del que venado moviere. Mando encara que qual quiere que venado con sus carnes primera mientre moviere, o puerco o çiervo o cabrón o liebre o conejo o perdiz o ad éstas semejantes, sea suya, maguera que [aunque] otro omne o canes agenos o auf agena el venado matare, o caya en ageno engenio, sacada casa [trampa?]. Qual, si alguno fiziere casa pora [para] prender ençebros o otro venado et otro en aquella casa prisiere venado, dé al sennor de aquella casa la meytat de aquel venado e pora sus huebos [necesidades] prenga la otra meytat que finca [queda], segunt del fuero.

662. Del que fuerça fiziere al venador. Otrosí, qual quiere que fuerça fiziere al venador que primera mientre, assí como es dicho, el venado moviere e provado'l fuere, por aquella fuerça peche XXXª sueldos e la calonia que se'n sigue, zo es assaber, por puerco montés XX sueldos, por çiervo X sueldos e por cabrón montés V sueldos; e por otros menores venados o aves torne el venado dupplado con XXXª sueldos de la dicha calonia; si non, jure solo el sospechoso e sea credido, segunt del fuero.

665. Del que en huest moviere venado. Decabo, si alguno en huest o en cavalgada o en otro lugar de empeçamiento moviere venado et otro primeramientre lo firiere, aya del puerco la cabeça con quanto ta(n)ne la oreja, e del çiervo aya el cuero, e del ençebro aya la tuértega [piel] de los lomos e de las carnes su part, e lo que romaneçiere aya aquel que el venado moviere del empeçamiento, assí como es dicho. Mas aquel que al feridor esto avant dicho le vedare peche lo dupplado.

666. De venado que sin canes viniere a poblado. Decabo, si el venado sin canes viniere a poblado et allí fuere muerto, quantos que allí sobre vinieren ayan ne su part. E si muger prennada hi fuere, aya'nde dos partes. Mas aquel que primera mientre firiere el venado su fuero aya, como es dicho.

667. (De venado que canes aduxieren a poblado). Decabo, si canes de alguno aduxieren venado a poblado et el caçador non hi fuere, aquellos que al venado primera mientre sobrevinieren farten ne los canes et el venado curien fasta tercer día, segunt del fuero. Mas después del tercer día, si el caçador non viniere, ellos partan las carnes et al caçador alçen el cuero, e los canes sean curiados pora lur sennor.

668. Del que fuere tras venado. Decabo, si alguno tras venado fuere o con canes caçare o con aves e aquel venado en lazo o en ageno engenio cayere, los caçadores prengan el venado e decabo paren el engenio, segunt del fuero. Que si non lo fizieren e provado les fuere, pechen V sueldos, assí como de engenio desparado en las siguientes cosas será dicho; si non, jure solo que el engenio non desparó.

669. (De venado cansado). Otrosí, qual quiere que venado trobare cansado sin canes e provar lo pudiere, por aquel venado non responda a ninguno, segunt del fuero. E si por aventura alguno el venado trobare muerto e dixere que sus canes lo mataron o él enex con sayeta o por otra manera, jure aquel caçador que él o sus canes lo mataron e sea credido et aya su venado por su derecho. Si por aventura jurar non quisiere o non pudiere, non aya el venado por ninguna manera. Mas lo que es dicho de la sayeta, exo mismo sea judgado del venavlo [venablo, lanza corta] o de qual quiere otro fierro de las armas.

Ciervo. Escena de caza en una copia del siglo XIV del Fuero de Teruel.

B fol. 72 r

[GOROSCH, Max (2007): Tiempo de Derecho foral en el sur aragonés: los fueros de Teruel y Albarracín. Tomo II. Zaragoza. Amb el facsímil: El Fuero de Teruel, de Max Gorosch. Stockholm, 1950.] derechoaragones.es


1257 Fuero de Requena

País Valencià

Libro 4, Titullo IIII, 1. De los venados et otrosi de los caçadores. Qual quiere que venado moviere del comienço con canes asi commo puerco montes o çiervo o osso o liebre o conejo o perdiz o otra cosa qual quiere, sea suya, maguer que otro omne o can ageno o ave ajena lo matare, o cayere en engenno ajeno, salvo la casa [caça?, trampa?], et quien casa fiziere para tomar venado et otro tomare venado en esa casa, de la meytad al sennor de la casa et la otra meytad sea del caçador.

Libro 4, Titullo IIII, 2. Del que fiziere fuerça al caçador. Qual quier que fuerça fiziere al caçador que de comienço moviere el venado, commo dicho es, pechelo, por el osso diez mencales, et por el çiervo, çinco, et por el puerco, seys mencales et sobre esto peche diez maravedis por la fuerça que fizo, si el caçador lo pudiere provar, sinon, el sospechoso salvese con un vezino et sea creydo, et aquel que fuerça fiziere al caçador sobre liebre o conejo o perdiz o otro venado qual quier, peche el venado doblado et el dicho coto de los diez maravedis, si el querelloso lo pudiere provar, sinon, salvese el sospechoso con un vezino et sea creydo.

Libro 4, Titullo IIII, 4. Del que tirare la presa al can. Qual quier que al can o al ave la presa tirare, peche un maravedi et la presa doblada, (et si el can o el ave por aquella ocasion fuere perdida, pechela) por juri de su sennor, et quien en hueste o en otro logar al venado tiriere primeramente aya la cabeça con quanto la oreja alcançare si (puerco fuere), si fuere çiervo aya el cuero, et si fuere osso aya la terdega lomil et de la carne su parte, et quien le defendiere esto, pechelo doblado. [Pechar: pagar. Terdega: túrdiga, tira de pellejo.]

Libro 4, Titullo IIII, 5. Del venado que viniere al poblado sin ningunos canes. Si algun venado viniere al poblado sin canes et alli muriere, todos quantos y vinieren ayan su parte et la muger prennada aya dos partes, et el que primero lo firiere aya, segun el fuero dize de suso.

Libro 4, Titullo IIII, 6. De los canes que troxeren el venado al poblado. Si los cannes troxeren el venado al poblado non seyendo y el caçador, aquellos que sobrevinieren a el çeven los canes et guarden el venado fasta al terçero dia, et despues del terçero dia partan la carne et guarden el cuero para su duenno.

Libro 4, Titullo IIII, 7. Del venado que cayere en lazo. Si alguno en siguiendo al venado o la prenda con canes cayere en lazo o en engenno ageno, prendalo el seguidor et sobre esto pare el engenno, et si lo non liziere, peche el coto que dicho es del engenno despirado.

Libro 4, Titullo IIII, 8. Del venado cansado. Qual quier que venado fallare cansado sin canes non rresponda por el, et si muerto lo fallare et otro caçador dixere que sus canes lo mataron o el mesmo con la saeta, jure el caçador con un vezino por el çiervo et por el osso et por la corça et por otros venados, jure solo et sea creydo et aya el venado, et si jurar non quisiere o non pudiere, non le sea dado.

Libro 4, Titullo IIII, 9. Del venado caydo en çepo. Qual quier que a venado fallare en çepo o escapado del çepo el pie quebrado o llagado o tajado, delo al sennor del çepo, et si non lo liziere, peche, commo dicho es.

Libro 4, Titullo IIII, 11. Del que desparare çepo o losa. Si alguno çepo o lazo o losa ajena desparare, peche çinco sueldos et el danno doblado a jura del querelloso, si lo pudiere provar, sinon, jure el sospechoso et sea creydo, esta mesma pena sea et damos contra aquel que venado tomare de engennos agenos, si lo non diere a su sennor.

[DOMINGO IRANZO, Eugenio (2008): El fuero de Requena (14 de agosto de 1257, por Alfonso X de Castilla). Ed. Ayuntamiento de Requena, Archivo Municipal de Requena y Centro de Estudios Requenenses. Colección Fuentes documentales de Requena y su Tierra, 2. Requena, Valencia.] requena.es


1312-1350 Reinado de Alfonso XI

Murcia

De la abundante caza, mayor y menor, en el reino de Murcia tenemos numerosos testimonios de los siglos XIII, XIV y XV. Especialmente el libro de la montería, de Alfonso XI, que en lo que se refiere al término municipal de Murcia, menciona en sus cercanías la rambla de los Aguzadores "que es buen monte de puerco en invierno"; lo mismo dice de la sierra de Carrascoy, o de la de Espuña "que es buen monte de osos et de puerco en invierno"; en la isla Grosa "hay en ella muchos venados", y en las tierras bajas son muchas las ocasiones en que se cita la caza de venados, encebra*, corzos, gamos y jabalíes.

* Nota a pie de página:

"En la sierra de Chinchilla havia venados, corzos, cabras monteses y algún jabalí, y una especie de salvagina, que no la ha habido en toda España, a manera de yeguas cenizosas, de color de pelo de rata un poco mohinas, que relinchaban como yeguas y corrían más que el mejor caballo, y los nombraban encebras".

De la "Relación de Chinchilla", hecha en 1576 a Felipe II. (Merino Álvarez, Geografía histórica de la actual provincia de Murcia, pág.217).

También en la raya fronteriza con Orihuela abundaba la caza mayor, especialmente el venado. Tal era la cantidad, que la venta de "salvagina" en la ciudad de Murcia era uno de los artículos más frecuentes en sus mercados. En las Actas Capitulares puede apreciarse, con una continuidad muy significativa, cómo el Concejo controlaba y establecía los precios de venta al público junto a otros artículos de primera necesidad, lo que nos demuestra su abundancia.

Así, por ejemplo, en 1310 los carniceros pagaban los correspondientes derechos para el común de la ciudad de las carnes que vendían, y de ellas recogemos las siguientes:

"Por cada cabeça de çiervo, dos maravedís e cuatro dineros."

"Por cada cabeça de puerco montés, dos maravedís e dos dineros."

"Por cada cabeça de puerca montés, un maravedís e dos dineros."

"Por cada cabeça de cabrón montés, ocho dineros."

"Por cada cabeça de cabra montés, cuatro dineros."

"Las enzebras que paguen según los çiervos."

También era abundante la caza menor, y los precios de venta señalados por el Concejo para conejos, liebres y perdices, aparecen de vez en cuando en los acuerdos municipales. La perdiz debía de considerarse como alimento más selecto, porque cuando llegaba algún huésped distinguido a la ciudad, se le obsequiaba con gallinas, perdices, carneros, pan, vino y fruta. Así se hizo con doña María Hurtado, esposa de don Alonso Fajardo, hijo del adelantado Alonso Yáñez Fajardo, o durante la estancia en Murcia de Boabdil, el último monarca granadino, para quien tuvieron toda clase de atenciones.

La afición a la caza era tal, que una de las primeras peticiones del concejo murciano a Alfonso el Sabio, once años después de su reconquista, y que el monarca iba a conceder por su carta fechada en Vitoria a 22 de enero de 1277, fue la de poder "fazer dehesa de conejos en el su término que ellos han en el campo de Cartajena". Con ello restringía la libertad que anteriormente les había concedido en 18 de mayo de 1267, al decir "les otorgamos e mandamos que caçen francamientre en todo el regno por o quisieren". Ya la caza no era para todos, surgía el primer coto en el reino de Murcia y una situación privilegiada para algunos.

A ella iba a seguir otra restricción posterior, la de Alfonso XI. Atendiendo una petición de los regidores murcianos, prohibió que en el término de la ciudad "no fuesen osados de matar puerco, ni oso, ni gamo, con ballesta ni con cepo ni con otro armadijo, so ciertas penas, porque en el término de dicha ciudad había pocos montes donde los dichos puercos y osos se pudiesen criar, y que en los lugares del dicho reino, a ella comarcanos, hay mucho término donde se crían".

La prohibición por entonces no es sólo para la caza mayor, pues la veda y los inconvenientes puestos para la menor van creando muchas dificultades. Las medidas legislativas del Concejo murciano en el siglo XIV van aumentando las prohibiciones. Algunas de ellas son así: "Ningún caçador non sea osado de caçar conejos en verano, es a saber, de la Pascua Florida fasta la fiesta de Sant Miguel de setienbre, por razón que se pierde la caça e las pieles e torna a gran daño. Et si algunos lo fizieren, pierdan la caça e pechen por caloñia por cada vez cinco maravedís". A ello se añadió "otrosí, que ninguno non sea osado de conprar caça para revenderla, mas los caçadores que la caçaren la vendan o la fagan vender a las mugeres o a sus conpañas, e que la vendan e la tengan todavía para vender en la plaça de Sant Bartolomé e non en otro lugar". Igualmente se prohibía a los cazadores el que "non caçen con perro nocharniego".

Por otra parte "ninguno omes estrangeros que non fueren vezinos desta cibdad non sean osados de caçar en nuestros términos de Murcia sin licencia e actoridat de los jurados... so pena de veinte maravedís e que perdiesen la caça e los furones e los canes". Lo mismo sucedía al "pastor estraño que llevare podenco o furón. Otrosí, que qualquier que acabdare madriguera alguna, que peche de pena sesenta maravedís". Otras muchas medidas y acuerdos concejiles fueron regulando la caza en el transcurso de los siglos XIV y XV.

En octubre de 1484, ocho de los principales vecinos de Murcia, de los más acaudalados de la ciudad, en representación, según decían de otros muchos, elevaron por escrito una queja ante el Consejo contra los moros que vivían en Alcantarilla y Puebla de Soto. Manifestaban que estos mudéjares, formando compañías y con numerosos galgos, cazaban liebres en el campo de Sangonera, de tal modo, que todos juntos "talan la caça", y cuando los cristianos querían "aver algun deporte" saliendo a cazar, no encontraban ninguna liebre por mucho que anduvieran, porque "la tienen segada los moros". La protesta estaba basada en que consideraban que el ejercicio de la caza no era propio para los moros, sino para los caballeros, como ellos, para "personas honrradas", y suplicaban el que se dieran órdenes prohibitivas, el que no se permitiera a los moros el practicar el "exercicio" de la caza. Malos tiempos corrían ya para los mudéjares, más aún cuando la guerra de Granada, la definitiva, había ya comenzado. Naturalmente, el acuerdo concejil de 30 de octubre de dicho año fue el vedar a los moros la caza de liebres con galgos y redes, bajo pena de seiscientos maravedís, a distribuir por mitad entre los acusadores y los ejecutores. Y por si esta medida no era suficiente, para darle mayor efectividad a la prohibición y a la vez satisfacer a los poderosos peticionarios, se nombraban como ejecutores a Rodrigo Escortell y Francisco Pedriñán, precisamente dos de los ocho firmantes de la denuncia. [A continuación, incluye el texto de la denuncia.]

No era sólo el concejo de Murcia el que se preocupa de mantener cotos de caza para su uso exclusivo, pues puesto de acuerdo con el de Cartagena, prohibieron la caza de conejos, perdices y liebres con podencos, galgos o cualquier otro modo en una dehesa común de ambos municipios, en la rambla del Albujón, en que se señalaban como límites el "torrejón del Alhorra hasta el camino de Cartagena".

Existía también otra caza privilegiada, la de los francolines "por quanto es caça que pertenece a sus altezas". Pese a ello, eran muchos los que cazaban estas gallináceas y las vendían a los vecinos de la ciudad. Enterados los regidores de como eran muchos los ciudadanos que tenían francolines en sus casas y se negaban a decir quiénes se los habían vendido, acordaron por una ordenanza, aprobada en 18 de noviembre de 1494, reiterar la prohibición de cazarlos o tenerlos, añadiendo que la persona que tuviera o hubiera tenido francolines y se negara a decir quién se los vendió, fueran castigados con diversas penas. Aparte de ellos "que sean sueltos los dichos francolines e los echen a la huerta para que tornen a criar y si fallaren [hallaren] las alas peladas, que caya en la pena de la hordenança quien ge las peló".

Por otra parte, conforme a la ley aprobada en Salamanca, recordada por carta de los Reyes Católicos, el Concejo en 7 de febrero de 1495 dictó una disposición prohibiendo tirar a las palomas en los palomares "nin las armen nin tomen con redes ni otras paranças" bajo ciertas penas.

Ya en el reinado de Carlos I aumentarían las restricciones en la caza mayor para los no caballeros. Como la prohibición de Alfonso XI había sido para el término concejil de Murcia, la caza continuó en el resto del reino sin coto alguno. Los osos, jabalíes y ciervos eran cazados con ballestas, cepos y escopetas, por toda clase de persona, impidiendo las monterías de los caballeros. Nueva petición, esta vez al emperador Carlos V. Y carta de éste, en Toledo a 5 de agosto de 1525, en la que tras hacer un resumen de las disposiciones anteriores, especialmente la de Alfonso XI, prohibía que en todo el reino de Murcia se cazaran osos, ciervos y puercos con "ballestas ni con escopetas, ni cepo ni otro armadijo", bajo pena de seiscientos maravedís y de perder las armas. Así encontraban satisfacción los "caballeros y monteros de dicha cibdad" que no hallaban donde "ejercitarse". Ello no impediría la rápida desaparición de la caza mayor en el reino de Murcia.

[TORRES FONTES, Juan (1984): La caza, deporte y privilegio, pp.35-39. En Estampas de la vida en Murcia en el reinado de los Reyes Católicos. Nº 012, artículo 004. Murcia.] regmurcia.com


1341 Establiment del Bosc [i altres notes]

Catalunya: Tortosa (Baix Ebre, Tarragona)

5. Regulació de l'explotació forestal. [...]

Com a exemple de la preocupació per mantenir els recursos naturals del Port per part del municipi descriurem ràpidament l'establiment del 1341, amb el títol d'Establiment del Bosc articulat en trenta punts. AHCTE, fons Ajuntament de Tortosa, secció històrica: establiments 4 (1341-47), fol. 68r-75r. [...]

25.- Es prohibeix als forasters de pescar en cap toll d'aigua dels Ports, "ni caçar alguna caça, aus, ni bésties salvates, grosses ho menudes, dins les muntanyes dels dits Ports". Qui sigui ciutadà o veí de Tortosa pot caçar i pescar, però ho ha de dur (a excepció del que consumeix o "dona convenientment") i vendre a la ciutat, sota pena de 60 sous.

[...]

8.6. Caça

Una prohibició tardana, del 1519, de la reina Joana i l'emperador Carles I, clou una divergència secular respecte al dret de caça. Sentencia el document taxativament:

"Por quanto nuestra voluntat és de mandar guardar los montes reales de nuestra ciudat de Tortosa, Amposta y Ulldecona...", on no es pot caçar sense expressa llicència" puercos, ni ciervos, ni corços ni gamos. (AHCTE, fons Ajuntament de Tortosa, secc. històrica: núm. 377 (Comú II, 36).

En 'Historia de Tortosa y su comarca', volumen 3, p. 365, trobem aquesta dada ampliada:

Según afirma erudito tan conocedor de nuestro Archivo municipal, como Pastor y Lluis (en EIR, del año 1914 y LaZ, n.º de Febrero-marzo de 1922, pág. 39, art. 'Los bosques de Tortosa y la caza de montería': "Frondosos bosques y espesos matorrales poblaban los cercanos montes de Montsià, Caro y Fullola, en los pasados siglos, dando albergue a una variada fauna que atraía la codicia de los dedicados a excursiones cinegéticas. En ellos vivieron bandadas de jabalíes, corzos, gamos y venados, motivando continuas batidas por parte de los naturales del país, y de vez en cuando muestros monarcas acudieron a solazarse en los ejercicios de montería al son del ronco cuernoque incitaba al ojeo por entre los encinares y malezas de las vecinas montañas".

El dret de caça reconegut per als ciutadans de Tortosa sovint el limitaven les prohibicions periòdiques dels monarques per a qui es comptava com a reserva particular.

Joan II hi havia prohibit i revocat alternativament la caça de porcs senglars i altra mena de caça major. (Nota: És ben coneguda l'afició per la caça als Ports d'aquest i d'altres monarques. Ja en parla Pastor Lluís, Federico: "Los bosques de Tortosa y la caza de montería" - La Zuda (1922), fasc. 104, p. 39 i 40; o bé GALINDO, Mariano: Visitas de reyes y príncipes a la ciudad de Tortosa (en los siglos XIV y XV). Tortosa, 1915.

A títol d'exemple de les prerogatives reials, transcrivim una carta del rei Ferran del 1495:

"Lo Rey. Amats e fels nostres. Per que les caçes de aqueixa ciutat sien guardades per a quant, plaent a nostre senyor Deu, siam allà, vos encarregam e manam façau vedar e prohibir totes les caces, axí de salvatjes com de venats e altres caçes de mont, ab imposició de penes perque sia millor observat e guardat, e no feseu lo contrari en alguna manera per quant axí cumpleix a nostre servey. De Taracona, a XVI dies del mes de octubre del any Mil CCCC LXXXXV".

[CURTO HOMEDES, Albert (2001): La gestió dels Ports durant la baixa Edat Mitjana. Recerca, Núm. 5 (gener de 2001), pp.21-52.] raco.cat


1429 Llibres de Claveria (Tortosa)

Catalunya: Baix Ebre i entorn

ANNEX DOCUMENTAL (pp.166-175): Quadre sobre les recompenses per la caça de llops. Dades recollides dels llibres de claveria (data, caçallop, quantitat, ajut, població i lloc):

Febrer:

Joan Gil (cervater), 1 lloba, 5 sous. [...]

[CURTO HOMEDES, Albert i MARTÍNEZ SILVESTRE, Albert (1999): La presència del llop a l'antic terme de Tortosa durant la Baixa Edat Mitjana. Acta Històrica et Archaeologica Medievalia, AHCTE (homenatge al Dr. Manuel Riu), Núms. 20-21 (1999-2000), pp.455-476. Barcelona.] dialnet.unirioja.es


1576 Relación de Chinchilla, a Felipe II

Murcia

De la abundante caza, mayor y menor, en el reino de Murcia tenemos numerosos testimonios de los siglos XIII, XIV y XV. Especialmente el libro de la montería, de Alfonso XI, que en lo que se refiere al término municipal de Murcia, menciona en sus cercanías la rambla de los Aguzadores "que es buen monte de puerco en invierno"; lo mismo dice de la sierra de Carrascoy, o de la de Espuña "que es buen monte de osos et de puerco en invierno"; en la isla Grosa "hay en ella muchos venados", y en las tierras bajas son muchas las ocasiones en que se cita la caza de venados, encebra*, corzos, gamos y jabalíes. [...]

* Nota a pie de página:

"En la sierra de Chinchilla havia venados, corzos, cabras monteses y algún jabalí, y una especie de salvagina, que no la ha habido en toda España, a manera de yeguas cenizosas, de color de pelo de rata un poco mohinas, que relinchaban como yeguas y corrían más que el mejor caballo, y los nombraban encebras".

De la "Relación de Chinchilla", hecha en 1576 a Felipe II. (Merino Álvarez, Geografía histórica de la actual provincia de Murcia, pág.217). [buscar]

[TORRES FONTES, Juan (1984): La caza, deporte y privilegio, pp.35-39. En Estampas de la vida en Murcia en el reinado de los Reyes Católicos. Nº 012, artículo 004. Murcia.] regmurcia.com


1580 Onofre Pou

Catalunya

De algunes besties salvatges:

[...] Cervo. Cervus, cervi. [...] (fulles 44-45)

[POU, Onofre (1580): Iesus: Thesaurus Puerilis. Authore Onophrio Povio Gerundensi Artium Doctore. Apud Ioannem Paulum Menescal. Barcinone.] books.google.es


1628 Tassas

Reino de Castilla

Boticas:

[...] Cuerno de ciervo preparado, quatro maravedís. [hoja 47]

TASSA DE LOS PRECIOS A QUE SE HAN DE VENDER LAS MERCADERÍAS Y OTRAS COSAS DE QUE NO SE HIZO MENCIÓN EN LA PRIMERA TASSA, Y REFORMACIÓN QUE AORA SE HA HECHO POR LOS SEÑORES DEL CONSEJO, EN ALGUNOS PRECIOS QUE SE PUSIERON EN ELLA. Con las declaraciones de algunas dudas que se han ofrecido sobre la observancia de la Premática que se publicó en treze de Setiembre de mil y seiscientos y veinte y siete años, con la primera Tassa. Madrid. 1628.] google.es/books

NOTA: cueno de ciervo es también una planta horaliza de la que se hace ensalada (Diccionario manual del labrador, 1817)


1644 Alonso Martínez de Espinar

Reino de Castilla

CAPÍTULO V. De lo que deben saber el Ballestero, y Montero y Cazador de los cuatro elementos para su ejercicio. [...] El elemento del agua es el que fertiliza la tierra de todas plantas, aves y animales, y de él necesita todo viviente para su conservación; es más apetecida de todo género de caza en unos tiempos que en otros; de este conocimiento se ha de valer el ballestero para buscarla cerca o lejos de ellas, con inteligencia de las calidades de la que sigue, y del tiempo caliente o frío, húmedo o seco; y esto en particular siguiendo los jabalíes, que son muy fogosos y lo más del tiempo se sustentan de lo que sacan debajo de la tierra; y así, su mayor habitación es en las partes húmedas y abundantes de este elemento. Las demás reses, venados, gamos y corzos, con mucha habilidad, buscan el agua, aunque sea lejos de sus querencias; esto es necesario observarlo en el verano más que en el invierno, que es cuando más necesitan las reses de ella. Cómo se ha de aguardar la caza en las aguas se dirá en el capítulo que le tocare. (p.18)

CAPÍTULO VI. En que se ponen algunas advertencias para conocer la mudanza de los tiempos. [...] Cuando el Sol tiene cerco, y asimismo la Luna, y éste toca en amarillo, es señal de vientos recios. Cuando la caza mayor, venados y gamos, retozan, señal es de aire; y si huyen de la gente más que otras veces, mudanza de tiempo frío. Cuando las vacas y toros retozan y braman, es señal de vientos y tiempo fríos. (p.20)

CAPÍTULO VIII. Como se hace la hierba de ballestero como instrumento de caza. Esta hierba se hace de las raíces de la vedegambre; cógense en la menguante de agosto, por estar entonces en su mejor sazón y fortaleza; para hacer este veneno son mejores las raíces más pequeñas y las que son más morenas, que tiran a amarillo; las blancas no son tan fuertes; cógense en las sierras de Guadarrama y en las de Béjar; son como nabillos menudos, y los más barbadillos y delgados son los mejores; la diligencia que se hace es quitarles toda la tierra y otra cualquiera bascosidad, y lavarlas muy bien; después de esto se machacan y ponen en una prensa para sacarles el zumo, el cual, muy bien colado, lo ponen a que hierva, y le quitan la espuma y bascosidad que le ha quedado; y hecho esto, le vuelven a colar y le ponen al sol desde las diez del día hasta que va cayendo la tarde; y lo mismo se ha de hacer tres o cuatro días o más, y cada día, antes de ponerlo al sol, se ha de colar, como queda dicho, y cuando está en su punto, queda como arrope, de aquella misma color, pero más espeso, de manera que si le meten una paja o palillo dentro, se pegue a él; la que hace más largo hilo, y cuando se quiebra, se encoge más aprisa, y oliéndola, provoca con violencia a estornudar, es la más fuerte. Otors hacen esta hierba dándola, en lugar de sol, hervores; mas no es tan fuerte como la que cura el sol. Pruébase este veneno en un pollo o palomino: toman una aguja con una hebra de hilo, el cual mojan en la hierba; pasanle al pollo por la planta del pie entre cuero y carne, cuando haya sangre, y luego, al instante, antes de un Credo, tulle y da algunas cabezadas, y en muy breve espacio, muere. Lo mismo hace en un gato u otro animal, si la hierba es buena. Yo he visto algunas tales que dándole una saetada a un venado o gamo, en huyendo cien pasos, poco más o menos, suelen estos animales volver la cabeza a donde recibieron el golep, y en un muy breve espacio que está parado, cuanto puedan hacer lo dicho, cuando se quieren volver a menear para huir, ya la hierba ha llegado al corazón y le va asiendo. Conócese esto en que el animal empieza a toser y da algunas cabezadas y gorma [vomita], y en un instante está muerto. [...] A los animales a quien más aprisa mata, es a los más coléricos, y así el jabalí, el lobo y el gato mueren más brevemente. (pp.27-28)

CAPÍTULO XIX. De los instrumentos de telas y redes que tiene su majestad en su Real Montería, y otras redes con que se cogen aves y caza menor. Entre otros instrumentos que hay de caza, tiene su Majestad unas telas con que se cercan los montes, y la caza que se coge dentro no puede salir, por ser ellas de más de estado y medio de alto, de manera que ningún animal las puede saltar y con dificultad romper, porque son de muy fuerte cáñamo torcido; cercárase con ella una legua en redondo; cogen dentro todo género de caza: jabalíes, venados, gamos, lobos, zorras y otros animales. Este instrumento no le puede tener en España, sino el Rey nuestro señor, por ser de mucha costa y trabajo para cazar con él. Trujo estas telas a España de Alemania el Emperador Carlos V, de gloriosa memoria, porque allí las han usado algunos príncipes soberanos. [...] Cuando su Majestad quiere hacer alguna montería con ellas, lo dice al montero mayor, que hoy lo es el señor Marqués del Carpio, y él da la orden a su sotamontero, el cual manda al alguacil de las telas avise a los monteros, que en todos son treinta y seis: cuatro de a caballo, cuatro de traílla y veintiocho de ventores y lebreles. El alguacil que tiene estas telas a su cargo le tiene de macrir [sic] carros en que se lleven, que son menester veintiuno. Asimismo cuida de alojar a los monteros y tenerles provisión para su sustento. Tiene asimismo la montería un capellán, que les dice misa, y fuera de las telas tiene redes en que se cogen jabalíes, lobos y zorras; son de un cordel muy fuerte, como es necesario para que sujeten animales que tanta fuerza tienen; úsanse otras redes para venados y gamos. (p.57)

CAPÍTULO XXI. Del amor y fidelidad que el perro tiene con el hombre por instrumento de caza. [...] En cada provincia hacen los perros a diferentes costumbres en los modos de caza, conforme el cuerpo y calidad que ellos tienen. Los mayores perros son los lebreles; cébanlos en venados, jabalíes y osos; la hechura del cuerpo del lebrel ha de ser muy delgado, grandes ojos, la cabeza larga, cenceño y de mucha ligereza. [...] Hay otros perros no tan grandes ni tan membrudos; llámanse galgos; matan éstos las liebres en la carrera, que son tan ligeros, que las alcanzan; y cebados en gamos y venados, hacen lo mismo; los que se crían en España son aventajados en ligereza a cuantos hoy se conocen. [...] (p.60)

CAPÍTULO XXV. Cómo el sabueso hace que sepa el hombre los montes, como sabe la caza. Es de tanta importancia al ballestero el sabueso, que sin él no pudiera ejercer la montería ni alcanzara a saber dónde había de hallar la caza ni dónde aguardarla para matarla, y el sabueso se lo facilita y le hace que sepa los montes por menudo, como ella los sabe, que siguiéndola por la traílla conoce los caminos que toma, halla donde se encama y los pasos que tiene en las espesuras para ir de una querencia a otra, ya cuando se recoge a ellas, ya cuando las deja y va a buscar su sustento; halla asimismo los bañaderos y aguas que toman los jabalíes y demás caza mayor, que todo esto suele estar en las mayores espesuras, y conoce por lo referido la querencia de los animales, que no tienen todos una misma habitación, que el jabalí se encama en diferente parte que el venado, y éste en diferente que el gamo. [...] (pp.66-67)

CAPÍTULO XXVI. Del olfato del perro y cómo se prueba que las reses son de diferente olor unas de otras, siendo de una misma especie. [...] El sabueso no halla dificultad en conocer y apartar una res de otra por el olfato, como con la vista conociera, y apartara un hombre una cosa blanca entre otras negras. Donde más conocen esta verdad y tienen confianza de la que hallan en el sabueso, es en Alemania, Francia e Inglaterra, donde se mata la caza a fuerza del seguimiento de ellos. Allí conciertan el ciervo y le sueltan los perros, y el de traílla le va siguiendo por ella; lo cual hace desde la mañana a la noche, sin perderle, aunque vea otros muchos y se meta el que sigue entre ellos, no hace caso de otro rastro ni de las mismas reses, como está dicho, hasta que le matan el que lleva. (pp.67-69)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO III. Cómo se ha de entrar a tirar a la caza. [...] Luego se sigue que ha de entrar muy derecho a ella (la caza), sin atravesar la tierra a los lados, porque si lo hace, será visto; que una res que está queda, particularmente venado, gamo, corzo, cabra y lobo, que tienen la vista aguda, aunque tengan la cabeza baja y estén comiendo, nada se les escapa, que de la misma manera ven por los lados que por delante. [...] (pp.82-85)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO IV. Cómo debe el ballestero o montero conocer los rastros de la caza. Es muy necesario sepa el ballestero o montero y diferenciar las reses unas de otras: cuál es jabalí, cuál venado y cuál gamo o corzo; y en el rastro saber la res que sigue, si es pequeña o grande, que muchos no alcanzan estos, y en algunos tiempos del año tiene dificultad; porque el tiempo desemeja las huellas de la caza y hace que parazca lo que no son: el grande, pequeño, y al contrario, el pequeño, mayor. [...] Para conocer y diferenciar el rastro del puerco, del venado o gamo se ha de advertir que los puercos tienen los pesuños de las manos cuadrados. [...] Los venados son mayores que las hembras: es mayor su huella, tienen los pesuños redondos y en derecho del brazo. Esto es en lo que se han de conocer; y lo mismo se ha de entender en el gamo y corzo, cada uno conforme el cuerpo del animal. (pp.85-88)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO VII. Cómo se ha de partir el monte para estrechar el concierto, y si se levantan las reses, volverlas a concertar. [...] Y si son reses cervunas o gamos, este día lo toman más temprano que otras veces. [...] (pp.92-94)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO VIII. De la segunda manera de concertar, desde la atalaya. [...] Desde el atalaya ve el ballestero cuanto entra y sale en el monte, a qué hora se recoge el jabalí y dónde se encama; lo mismo alcanza de la demás caza. Si está en ella asistente hasta mediodía, ve cuándo se levantan las reses a mudar cama, en particular los venados y gamos, que son animales más inquietos; que el jabalí más la guarda; y aunque es verdad que todas las reses se levantan a mediodía a sus necesidades, a éste es maravilla verle, porque como no sale de la mata en que está ni se descubre a monte claro, no se puede ver; los venados y gamos sí, porque son de diferente color del monte y porque alrededor de donde han estado encamados se desencogen y esparcian, y comen algún bocadillo, y se vuelven a encamar. [...] Hanse de tomar las atalayas conforme el tiempo: en el verano, en las sombrías, en la tierra más descubierta y pueda gozar del viento; esto en particular atalayando reses cervunas o gamos, que esta caza no se encierra comúnmente en la espesura, como el jabalí, y para él se ha de ver la tierra más espesa y honda, y si es posible, cerca del agua o humedad, que aquélla es la comodidad que buscan, como ya hemos advertido. En el invierno se ha de tomar atalaya en las solanas. Para puerco, en monte bajo y espeso, en lo abrigado del viento, conforme el que al presente corre, y para las reses cervunas y gamos, en los mismos abrigos, mas en monte hueco, que le pase el sol y le pueda gozar la caza y estar escondida. [...] (pp.95-96)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO X. Cómo se han de conocer las heridas de las reses. [...] Hay otra herida en las tripas menudas, sin llegar al vientre de la res; conócese en que luego se paran y encogen y tienden la cola. Esto sucede particularmente a los venados y gamos, que huyen muy poco, porque el mucho dolor no los deja menear. [...] El venado o gamo son muy descargados de adelante; tienen mucha fuerza y ligereza; con un brazo menos quebrado por fuera del cuerpo huyen como si no les faltase. [...] Hay otras heridas en las piernas y caderas de la res; en los venados y gamos no es dificultosa su cobranza, porque, como tengo advertido, la ligereza que estos animales tienen adelante es peso de medio cuerpo atrás, y en faltándoles una pierna se cansan muy presto, y cualquier perro los alcanza y mata. [...] Todo lo que está dicho de estos venados y gamos para su cobranza, en cuanto a brazos y piernas, es al contrario en el jabalí, porque corren al revés en él estas cosas, y así, con este conocimiento se ha de haber el ballestero con ellos, para que consiga lo que se pretende. [...] (pp.97-99)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XII. De la naturaleza del venado. De los animales silvestres es el venado el más ligero; en su carrera parece el mismo viento; junto con esto es de gran cuerpo, tiene mucha fortaleza, particularmente en la cabeza, donde lleva aquellos dos grandes penachos que parecen un monte, y es tanta su agilidad y maña, que por las espesuras pasa con ellos tan sin embarazo como si no los llevara. Es por su naturaleza muy bravo y recatado, de mucha vista y olfato, amigo de la soledad, de tierras altas y fuertes y aguas claras; descúbrense comúnmente por los prados altos y cimas de los montes, donde puedan gozar del viento, que es animal muy fogoso. Es asimismo limpísimo en los que come y bebe, y por eso se sube a las cumbres, donde halla la hierba más limpia, porque no la huella del ganado; esto procura, aunque la vaya a buscar lejos de us querencia, porque campea mucho de noche, que todo lo hace fácil su mucha ligereza. [...] Entre los animales que tienen cuernos, a solo tres géneros se les caen cada año: al venado, gamo y corzo; éstos los mudan por el principio de la primavera, en el mes de marzo, y del tamaño que los muda los vuelve a tener pur julio. Algunos han dicho que cada año multiplican una punta; es engaño, que la cuerna cría conforme es la tierra en que ellos habitan: cuando es viciosa, será algo mayor, y en la estéril la criarán delgada y con menos puntas. En Alemania son estos animales grandísimos de cuerpo, mayores que los de España y de sesenta puntas, que persona fidedigna que los ha visto me lo ha dicho, y lo causa la fertilidad de aquella tierra. El que yo he visto en España de más puntas tuvo treinta: matóle su Majestad el señor Rey Felipe III, que está en gloria, en una dehesa que se llama Monasterio, que es de los reales bosques de San Lorenzo. [...] Es el venado antídoto contra los animales ponzoñosos; con su aliento saca las serpientes de debajo de la tierra cuando tiene necesidad de purgarse con ellas; a su piel no llega cosa venenosa; el cuajo del cervatillo sacado del vientre de la madre es admirable remedio para las mordeduras venenosas. El cuerno del venado, hecho polvo y quemado, tiene esta y otras virtudes. [...] En el verano es ordinario no estar retiradas en grandes espesuras, digo los venados y gamos, porque estos animales son amigos de la tierra clara, que en ella corre el viento y le gozan; asimismo de la vista, que son las dos cosas con que ellas se gobiernan el tiempo que no se esconden. En el invierno se han de buscar en tierra más espesa. (pp.100-103)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XII. De las cosas y particularidades que se han de observar en la ballestería del lazo. [...] Los caballos a que mejor aguarda la caza son castaños, alazanes y bayos, como está dicho. No es este precepto que se ha de guardar con todo rigor, ni entender que no se puede matar esta caza con caballos blancos y rucios [pardo claro, blanquecino o canoso]. Pero para quitar inconvenientes, los otros son más a propósito, porque cuando andan las reses recatadas, conocen de mucho más lejos los blancos y se ponen en huida. [...] Úsanla mucho los señores Reyes de España y otros algunos señores, respecto de que siendo esta tierra tan áspera e intratable para poder correr, por esta causa no se matan los venados a fuerza, como se hacen en Flandes, Francia y Alemania, que es tierra llana y a propósito para este género de caza. El Rey nuestro Señor (Dios le guarde) la ejerce en sus Reales bosques de Aranjuez, Pardo, San Lorenzo el Real y Balsaín, que todos tienen tierra muy a propósito y con mucha caza de venados y gamos, y con arcabuz y ballesta han muerto gran cantidad de ellos. (pp.103-104)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XIV. De la ballestería del lazo y sus circunstancias. [...] IV Los cuatro meses en que se retiran y encubren más los venados y gamos. En las cuatro meses del invierno, noviembre, diciembre, enero y febrero, se esconden y encubren más los venados y gamos que en lo restante del año. Dos cosas le obligan a ello, fuera de su natural braveza. La una, que por mediado noviembre o antes, conforme el tiempo frío o caliente, se les acaba el celo a los gamos antes, porque entran más temprano en él, particularmente en Castilla, y en este tiempo están ellos muy flacos. La otra, que entra lo riguroso del invierno, y para repararse del frío y malos temporales, buscan las mayores espesuras, que en ellas hallan más comodidad para el abrigo que han menester, y para estar defendidos de sus enemigos, porque dejan ver menos, y mientras cobran y reparan el brío perdido, no desamparan estas querencias ni salen de ellas, sino es en el tiempo caliente y blando, que viene a ser por la primavera, que empieza a nacer hierba y tener hoja el monte, entonces se mudan a montes huecos, donde puedan estar encubiertos y gozar del buen tiempo, que ya no tratan de estar en las espesuras como en los meses dichos, que son el retiro de esta caza. [...] VII En qué ocasión se ha de dejar la ballestería en lo más claro del monte, aunque sea sin viento ni querencia. Algunas veces sucede que, andando a buscar venados o gamos, se viene a hallar en alguna espesura o barranco, donde habiendo ellos sentido el ruido de los caballos, se quisieron esconder de ellos, no determinándose a huir, por no dejar la querencia donde está o porque tienen lejos otra huída y se quedaron allí hasta que pasasen, que no perdona su cuidado ninguna diligencia que les pueda valer para escaparse, y ya una vez allí no quieren huir hasta que los echan fuera. [...] XII Del lazo ciego. El lazo ciego tiene este nombre, porque lo que en él se hace es sin haber visto las reses ni saber fijamente dónde están, y habiéndolas de seguir, a necesidad se usa de esta ballestería. Sábase que está en algún pedazo de monte o porque se ha concentrado con el sabueso o visto entrar desde alguna atalaya; lo que se ha de hacer es, antes de inquietarla, dar con los caballos una vuelta redonda a aquella espesura, empezando rabo a viento, para echarle el de los caballos a la caza, y que ella los reconozca y se asegure; y luego que esto se haya ejecutado, conforme la hora del día, poner la ballesta o con el viento o a la querencia, advirtiendo que siendo ya baja la tarde, también es querencia para los venados y gamos las orillas y salida del monte, y particularmente si se echa el lazo con el viento, las más veces se acierta. [...] (pp.104-118)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XV. Cómo se han de aguardar las reses cervunas o los gamos, teniéndolos concertados al levantarse a la tarde. [...] (pp.118-121)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XVI. Cómo se han de batir estas reses concertadas. Puesto que el ballestero ha concertado venados o gamos y no quiere aguardar a que se levanten, y los ha de batir y ponerse delante en su huída, para acertar este puesto, siendo por la mañana, ha de mirar la querencia más cercana a que podrán huir, levantándolas de donde están el monte más continuado para ellas, y los pozos que tienen cuando de su voluntad van de esta a la otra, en qué parte los tienen más juntos, porque a ello obligan la tierra y los hilos y continuación de los montes. Todo lo dicho debe mirar con mucho cuidado, y advertir que es diferente el paso de los venados que el de los jabalíes, que ellos toman lo más espeso y oscuro; y el venado quiere monte cubierto, pero hueco, que él pueda salir aprisa, y esto en monte bajo y cerrado no lo puede conseguir. [...] Si fueren gamos los concertados, se advierte que estos animales son menos montaraces que los venados; por la mayor parte se crían en dehesas y montes llanos; su huída es por lo menos agrio, siendo las espesuras de unas querencias a otras, buscando también lo menos embarazoso, rehusando tomar las cumbres, que en esto se diferencian mucho de los venados; [...] (pp.121-122)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XVII. Cómo se matan los venados contrahaciendo su voz. En el tiempo que los venados tienen su celo, que entre ballesteros llamamos brama, andan siguiendo las hembras, que en lo restante del año no andan en su compañía; llegada esta sazón, son celosísimos, y así, el más valiente las junta en una manada y no consiente que otros lleguen a ellas, corriendo a los que se le acercan y peleando con los que se le oponen; tienen sobre esto grandes batallas, que no es igual la ferocidad de un toro, y con su mucha fortaleza, agilidad y ligereza hace mayor su valentía. Es muy de ver su pelea; ándanse haciendo fieros, paseándose lado a lado, y de improviso arremete el uno al otro juntando las cabezas, haciendo fuerza para vencerse en los cuernos, queriéndose llevar hacia delante, y de esta manera están porfiando, hasta que el de menos fuerza afloja y el otro le obliga a que huya; suelen en estas pendenciasdarse grandísimas heridas y matarse. Para prueba de esto diré dos cosas, que pueden causar admiración. En Castilla la Vieja, en un monte del Duque de Lerma que se llama Ventosilla [localidad de Gumiel de Mercado, Burgos], riñeron dos venados muy grandes (que lo son mucho en aquella tierra), y fue tal el choque que se dieron, que al juntarse las cabezas, a lo que pareció, se cimbraron los cuernos de manera que se enclavijaron unos en otros, que jamás les fue posible desasirse; en esta tan reñida batalla se metió el uno al otro una púa de las primeras arrimadas a la cabeza, que llamamos garcetas, por estar junto a un ojo, de que murió. Estuvieron algunos días en el monte sin que los topasen, el uno muerto y el otro vivo, pero tan flaco, que no se podía tener en pie, ya que no tenía más que el pellejo; así lo halló Diego Ponce, que hoy es ballestero de su Majestad; y yo vi después las cabezas asidas como se hallaron, en casa de Ventosilla. El otro caso, es que estando el Señor Rey Don Felipe Tercero, que haya gloria, en Aranjuez, en un soto de aquella ribera del Jarama que se llama Soto Gordo, aguardando unos lobos en un raso que tiene dicho soto, salió una manada de gamos, empezando a reñir dos de ellos, y se enclavijaron los cuernos de manera que no se pudieron apartar; espantado su Majestad de tan porfiada batalla, acabándose la tarde, fue a ellos y los hallamos como he dicho, y, con harta admiración de lo sucedido, los cogimos. [...] De todos los animales bravos, los machos son más recatados que la hembras, mientras más perseguidos, guardan más esta costumbre, y muchas veces vemos, al recogerse la caza por las mañanas, dejar los machos las hembras e irse ellas a encamar a una parte y ellos a otra; esto es muy común en jabalíes y venados. [...] Los gamos tienen también su celo; no braman, como el venado; a su voz llamamos ronca; son celosísimos y juntan sus gamas, como el venado las ciervas, y las está celando el más valiente, peleando con los que se las quieren quitar hasta quedar vencedor o vencido. Los que no tienen gamas, las andan buscando, y con el mucho celo, en las partes que tienen querencia, acuden algunas horas del día y noche, y allí están roncando y aguzando los cuernos en la matas, y escarbando con las manos hacen unos hoyos que llamamos picaderos. En estos sitios, cuando el ballestero los halla muy tomados, los aguarda al amanecer y anochecer, y si hay buena luna, toda la noche; en ellos se matan muchos gamos. Es el gamo muy recatado, de mucha vista y oído; es necesario mucha maña con ellos y no hollar la tierra donde los han de aguardar, y reconocer las entradas que allí tienen; y si el viento no fuere muy a propósito, todo esto no aprovechará, porque en recelándose, jamás volverán a aquel puesto. (pp.123-126)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XVIII. De la naturaleza del corzo. [...] Son ligerísimos, dando grandes saltos, que no saben correr unidos, como el venado y gamo; su color es cervuno, que tira a ceniciento; [...] es su carne delgada y fría, más que la del venado y gamo, y comida en cantidad, descompone el vientre. (pp.126-127)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXII. De la montería de telas, que tiene su majestead, y de la manera que se ponen éstas para coger los jabalíes y otra cualquier caza. [...] Tienen los monteros ese día (demás de su ordinaria ración) seis carneros, cien panecillos, un pellejo de vino y doce ducados de dinero; y lo mismo se les da siempre, que con las telas cercan alguna de estas cazas, jabalíes, venados, gamos y lobos, aunque su Majestad no quiera ver después esta fiesta. (pp.145-148)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXIII. Cómo se montean los jabalíes a caballo con la lanza. [...] Con la bala, (su Majestad) ha muerto más de seiscientos venados y mayor cantidades de gamos, y más de ciento cincuenta jabalíes; lobos, más de cuatrocientos. [...] (pp.148-152)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXIV. De la naturaleza y calidades del lobo. [...] Los lobos no lo son, si no es en cuadrilla, cuando se juntan para hacer sus robos, y entonces cualquiera empresa acometen, y así matan todo género de ganado mayor y menor, vacas, yeguas, carneros, cabras, venados, gamos y puercos, y, finalmente, donde ellos andan, no hay seguridad en los ganados en el campo. [...] (pp.152-159)

LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XXXVII. De la montería del hoyo. En algunas partes de España, particularmente en tierra mísera, poco poblada y de muchos montes, suele hacer mucho daño la caza mayor y los lobos, y tanto, que obliga a los naturales que se junten las comarcas para matar estos animales o desterrarlos de ellas, para lo cual hacen un hoyo en la parte que mejor les parece y ojean la caza de aquellos montes para que caiga en él. [...] Ha de ser por bajo de él, vaciado el estado y medio más ancho que por arriba, porque los animales que cayeren dentro no puedan volver a salir, que siendo las paredes derechas, trepan por ellas con mucha facilidad, particularmente lobos y zorras, y están vaciadas por donde han de empezar a subir, no lo pueden conseguir. [...] El venado, mirando hacia arriba, para satisfacer si su agilidad le sacaría de aquel peligro y conociendo la dificulatad, no se atreve a saltar. Y lo mismo hacen el gamo y demás animales; quien más inquieto se muestra entre los otros es el jabalí, que, viéndose encerrado, acomete a todos. [...] (pp.164-166)

LIBRO TERCERO - CAPÍTULO I. Del águila y sus propiedades y de otras aves de presa. La reina de las aves es el águila; tiene propiedades nobles; la mayor es no ser envidiosa; no les quita a otra ninguna su sustento, porque ella tiene valor y agilidad para buscarlo. Tiene el águila los huesos con poca médula; los ojos muy encendidos, el pico grueso y corvo, y las manos grandes, las uñas negras y muy fuertes y agudas; es calzada de pluma hasta donde se empiezan a dividir los dedos; en esto se diferencia de las demás aves y casta de águilas que a sola ésta la llamamos real o caudal. [...] Pues cada día vemos que matan los cervatillos y gameznos nuevos. [...] (pp.183-185)

LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XXXVI. De los modos que hay de cazar las perdices. [...] Son amigas de andar donde hay ganado vacuno, cabras y venados, que estos animales las amansan. De este conocimiento se vale el cazador para engañarlas, y así las caza con el buey de cabestrillo; y cuando no tiene este animal, le hace fingido de angeo [anjeo, lienzo basto], y también finge la cabra. [...](pp.218-223)

LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XXXVIII. Del buey: su modo de cazar con el de cabestrillo. Ya hemos dicho algo de lo mucho que hay en la ballestaría y montería, y de la caza del perro de muestra, diremos ahora cómo se mata la caza mayor y menor con el buey, pues se ejecuta con arcabuz o ballesta. Aguarda mucho la caza a este animal, en particular la que habita, y se cría en tierra donde anda este ganado vacuno, que lo general es en dehesas, sotos y riberas en que hay venados, gamos, corzos, conejos, liebres, perdices, palomas, águilas, buitres, labancos, sisones, gangas, ortegas y otras aves, que todas conocen muy bien al buey y su mansedumbre, y la continuación de verle siempre en las partes que ellos habitan les tiene quitado el miedo y sospecha, que por aquella parte les puede venir daño. [...] La demás caza, venados, gamos, corzos y aves, tiene veloz vista, y a cualquier animal que ven, aunque sea de muy lejos, le conocen, y particulamente a éste. [...] Si son reses mayores, venados o gamos, y están bravos, en viendo el buey levantan la cabeza y no le quitan los ojos, estando siempre el cuello levantado y sin hacer otro movimiento, se están hasta que arrancan a huir o se determinan a aguardar. A toda caza que hace esto es necesario huir de ella, sacando el buey afuera. [...] Entre otros animales que aguardan bien al buey, los que más se aseguran de él son los gamos y los conejos, respecto que éstos no campean de noche tanto como el venado y la liebre y jabalí, que todos ellos desamparan sus querencias y van fuera de ellas a buscar su sustento. [...]

Ciervos: caza con buey de cabestrillo; grabado de 1644.

(pp.229-233)

[MARTÍNEZ DE ESPINAR, Alonso (1644): Arte de Ballestería y Montería, escrita con méthodo, para escusar la fatiga que occasiona la ignorancia. Alonso Martínez de Espinar, que da el Arcabuz a su Magestad y Aiuda de Cámara del Príncipe Nuestro Señor. En la Emprenta Real. Año de 1644. Madrid.] books.google.es


1680 Andrés Ferrer de Valdecebro

General

LIBRO DEZIMOTERCIO. PROPIEDADES DE EL CIERVO. Gamos, Ciervos y Venados, son una especie misma, con accidentales diferencias vestidos. La estatura. La estatura, cuerpo, piel, color y punta, que a su bien formada cabeça les sirven de aliño y peso, en unos redondas, en otros anchas, las que se lebantan y cuentan al número de sus años, miden con igualdad a los Ciervos y Gamos. Los Venados de más desmadrada estatura se compone; tan conocidos todos, como ordinarios, en todos los montes y valles de la tierra, de donde escuso (por ser de más) su pintura. [...] [Acaba a media frase, por lo que, seguramente, le faltan hojas al libro.](pp.265-266)

[FERRER DE VALDECEBRO, Andrés (1680): Govierno general, moral y político, hallado en las fieras y animales sylvestres: sacado de sus naturales propiedades y virtudes... Madrid, por Antonio de Zafra.] bdh-rd.bne.es


1726-1739 Diccionario de Autoridades

Corona de Castilla

CIERVO. s. m. Animal quadrúpedo. Tiene de alto vara y quarta, poco mäs ò menos: el cuerpo medianamente gruesso, las piernas delgadas, hendidas las uñas, las orejas largas, los cuernos crecidos, con gajos ò ganchos. Vive mucho tiempo: es alegre, sagáz, y sumamente ligéro, y quando huye vá volviendo la cabéza, para vér si le siguen. Viene del Latino Cervus, i. que significa lo mismo. VALER. Chron. part. 1. cap. 6. Son otras serpientes en las montañas de las Indias, de tan maravillosa grandeza, que tragan un ciervo, ò un cabrón montés entéro. LAG. Diosc. lib. 2. cap. 52. Tiene el ciervo un cierto humór verde en la cola, el qual si se come es veneno mortífero. ZABALET. Err. celebr. Err. 25. Quando la naturaleza cria de un ciervo otro ciervo, cuida mucho de su ligeréza.

[REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (1726-1739). Diccionario de la Lengua Castellana en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua. Tomo I (A-B), Tomo II (C), Tomo III (D-F), Tomo IV (G-N), Tomo V (O-R), Tomo VI (S-Z).] Buscador online (Diccionario de Autoridades): apps2.rae.es


1730 Varios autores

Ciudad de Valencia

Noticias tomadas de las Historias de los Prioratos de los PP. Fr. Jaime Meseguer y Fr. Francisco Vidal (1734-1738).

Frontal de plata regalado por Rocaberti al Convento. p.418: Miércoles vigilia del Corpus a 8 de Junio (1734). [...] Lo limpieron el Hermano Ropero Fr. Pablo Andria y un oficial de platero 1º con la tierra de los crisoles de barro con que funden la plata y el oro (cuidando de no manchar el terciopelo), después con vidrio picado muy menudo y últimamente le dieron lustre con polvos de cuerno de ciervo. La plata lisa ha quedado brillante y es poca, pues casi toda es picada, y esta quedó bien limpia.

[Manuscritos varios de Valencia. Tomo 3. Mss/587.] bivaldi.gva.es

NOTA: cueno de ciervo es también una planta horaliza de la que se hace ensalada (Diccionario manual del labrador, 1817)


1754 Agustín Calvo Pinto

España

De los pertrechos de caza. [...] Redes de mallas grandes para Liebres, con estacas de punta de hierro; Capillos para Conejos, Perchas para Perdices; Lazos de alambre para Liebres y Conejos; Señuelos para Palomas, Reclamos para Perdices; Reclamos de Codornices de fuelle y de bolsa; Corneta o Reclamo para Venados; Chillos para los Conejos; Perros, Collares y Cordeles para trahillarlos; Cuchillos de Monte, Bayonetas, Azadones, Redes de cáñamo, Quendas, Estacones de palo y hierro, para que entren los de palo en terreno fuerte; Palos largos de pino para apuntalar las Redes; Telas de lienzo, Varales con la punta de hierro, para clavarlos; Urones [Hurones] (a estos, para que sean valientes, se les dé de comer queso rallado con agua caliente, porque la leche y los huevos les afloxa). Frenillos de hilo para ponerlos; Talega o Corcho para llevarlos (cazan a los ochenta días). El Urón ha de ser mozo, porque los viejos son tardos para salir. (p.26)

De los vientos y sus nombres. [...] La Caza en el Invierno, si son Venados u otra de su clase, se ha de buscar en las tierras altras y abrigadas. Los Jabalíes en los baxos y abrigados, pero no tanto como el Verano. Los Venados en el Verano en los altos y frescos. Los Gamos y Corzos en tierras frescas y llanas. (p.40)

De la batida y elección del puesto enterrado, o descubierto. [...] Hecho el puesto, quasi en forma de media luna, se harán los lados abiertos, y con alguna ropa, a medio cuerpo, y la espalda más recogida, para que no estorbe correr la mano al que tira; en el frontis de él se harán dos troneras para ver la Utas de los Monteros, que han de hacer la seña de la caza que viene: del Lobo es la seña un lienzo blanco; del Venao, un ramo; del Gamo, con la mano abierta; del Javalí, la montera. Después se hará la Uta primera, dexándola fuera del tiro sesenta passos apartada del puesto, y se proseguirá haciendo las Utas, hasta veinte o treinta, poco más o menos, según el parage. Llámanse Utas por la voz que usan en ellas los Monteros; pues sí les va la caza, sacan las manos, dan una palmada y dicen: 'U', y de este modo remeten la caza y da en el puesto. [...] Nota. No siempre es conveniente remeter las espaldas de el puesto, porque si va la caza que está allí, avispada a el cuerpo de la Batida, la caza que encuentra se recela y suele huir. Sucede en las Bacadas, que quando se recoge alguna Baca de las que están separadas, a el incorporarse con las demás, se inquietan todas y echan a correr. [...] Hecho esto, los quatro Monteros de a cavallo y su Gefe dexarán los Monteros a pie, que hayan de cuidar las Redes, encargándoles no hagan ruido, que se oyga en el puesto y embarace para que la caza no llegue; se irán al puesto hasta que venga su Magestad y el Ballestero, a quien tocare, irá poniendo los Monteros en las Utas, y la demás gente de la Batida, poniendo de trecho en trecho un Cavallo, y a los primeross se les encargará que si quisiere romper algún Venao, Gamo, o Jabalí, habiendo probabilidad de que viene el Lobo, le remeten sin tirar porque no huyan los Lobos (que son el principal objeto de las Batidas; que la demás caza todos los días se mata); iráse poniendo la gente en la Manga seguida. [...] (pp.159-171)

De la naturaleza del Ciervo o Venao. Es el Ciervo, llamado assí de los Españoles; de los Italianos, Ciervo; de los Franceses, Cerf; es muy corpulento, de bellísima presencia, sus ojos grandes, el cuello delgado, el lomo gruesso, la cola pequeña, las piernas delgadas, las uñas endidas, la nariz grande, y el corazón, pero magnánimo, es tan delgada su sangre que no se quaxa, por tener mucho humor aquátil, y nada de fibrosa; los más dicen no tienen hiel, y que por esto viven mucho; pero Aristóteles dice la tienen estendida por los intestinos; tienen mucha vista y olfato; mudan los cuernos por la Primavera en todo Marzo; y por Julio los tienen ya como los mudaron; no los tienen asidos a el casco; y como en aquel tiempo acude allí mucho humor excrementoso, forma otros y empuja y hace caer los que tiene; no se les cae en el Invierno y Verano por estar entonces aquella parte sólida y dura; es la causa también caérseles por la Primavera, por estar las hastas viejas y duras y por no poder recibir en sí el humor vivificativo. En cayéndoseles, andan retirados hasta que les salen otros; limpian el hasta y escorrean en todo el mes de Agosto; y al empezar a nacerles, echan un pitón, luego una punta; se llama Usero; de dos años Aspón, de tres rompe una punta y hasta que echan más puntas, es comida regalada; están tan tierno que estregándose en la yedras, reciben en sí el yugo de ellas y suelen echar ramas de yedra, como lo refiere Plinio. A los Cervatillos les nacen de doce meses, son de muy larga vida; Alexandro Magno crió dos, que vivieron más de ciento y cinquenta años; y quando murió los echaron al Campo con collares de plata, y quando los cazaron estaban cubiertos los collares con arrugas del pellejo; son Animales tan placenteros que se admiran de todo; suelen, quando corren, pararse a mirar quien les sigue; se ha visto pararse silvándolos, y al sonido de instrumentos dulces. Dice Plinio que les duele mucho la tripa quando corren; y el pararse, es en fuerza del dolor, y temiendo no se las rompan, por tenerlas muy delgadas; quando tienen las orejas caídas, están sordos; para passar Ríos caudalosos, va el más fuerte delante y le siguen los demás, llevando las cabezas encima de las ancas de los otros; y si es largo el trecho, mudan la guía por no fatigarse; quando son viejos, no tienen dientes, y echan ramos en las hastas a la parte de abaxo (las que se llaman garzotas), los que están castrados, no mudan las hastas, ni las echan si les castran antes de nacerles. El Invierno sacan con el aliento las Culebras de las cavernas, y se las comen, por la parte que tienen de salitrosas; no les da calentura y assí para preservarse de ella, es célebre febrífugo comer por las mañanas su carne fresca (ha de ser muerto de un sola herida). Las hembras están preñadas ocho meses; quando quieren parir, huyen menos de la gente; estando cercanas a el parto, para facilitarle se purgan con la yerva Seselis, y antes de dar de mamar a los Cervatillos la comen, y también la yerba Haros. Aristóteles dice, tienen más fuerza en el cuerno derecho; el huesso de el corazón es contra el veneno y peste, y para el mal de corazón. El cuerno quemado conserva y aprieta la dentadura. En teniendo accesso este Animal, se avergüenza y se aparta de los otros, hasta que se lava y purifica, y por esto los Egypcios le tenían por symbolo de la Penitencia; es Animal muy fogoso y no se recela de los Cavallos, y en particular de los de su color, por lo que los castaños son mejores para lancearlos; para templar su calor, habitan las tierras altas; pacen sus prados y buscan la yerva limpia, aunque dexen su habitación y careo; no beben agua, sino que esté muy clara. Dicen algunos, se cuentan sus años por las puntas que tienen; esto no me parece cierto, porque el echar más o menos, consiste en la tierra que pastan, pues en la tierra fértil echan más. En otros Reynos son mayores y con más puntas. Yo solo los he visto de veinte en Balsaín [Valsaín, Segovia]; el Verano se salen de sus querencias; y si el Otoño viene temprano y se limpia la tierra, se vuelven a ellas. Puntas se llaman las que están enmedio de las hastas, y candiles las que coronan la cuerna. Escodaderos se llaman donde el Ganado Cervuno da con las hastas para quitarse el pellejo que crían. El Doctor Recaneti refiere que para saber si es la enfermedad de peligro, se coja la orina por la mañana, y se echará en ella dos gotas del sebo del Venao, y si se hunden, es de peligro la enfermedad; porque la orina desfibrada indica mucho mal. La hembra, para juntarse con el macho, se echa, porque en pie no puede sufrir su ímpetu; quando quiere oír más, levanta todo lo que puede la cabeza. (pp.172-180)

Del modo de lazear los Venaos. Es el lazear el 'Quisvel qui', por no decir la Puente de los Asnos, donde se encalla todo hombre de Campo. Es caza donde es necessario valerse de todo el Arte de la Ballestería (lo cierto es, suele depender más de la fortuna que de industria) [...] (pp.185-193)

De la caza de Venaos y Gamos a estrivo. Tirarse los Venaos y demás Reses a estrivo, yendo arrimado el que tira a el que va a cavallo cubierto con él; búscanse estas Reses para esta cacería en las espesuras, y en hallándolas, se arrima a ellas por los claros de el Monte, por dos razones: la una, por no hacer ruido; y la otra, porque viendo la Res a el Cavallo, se recela menos; [...] En estando un Venao herido, busca la yerva que se llama Sanicula, y paciéndola, si no es herida mortal, sana en breve; de esta hay mucha en Balsaín [Valsaín, Segovia] [...] Picaderos se llaman los hoyos que hacen los Gamos en tiempo de ronca junto a las Encinas. [...] (pp.195-197)

De las Atalayas. Atalayas son aquellas Torres que los Moros dexaron puestas en las cumbres, de donde registraban los movimientos de sus enemigos; pero en esta materia, Atalaya es un Montero o Ballestero puesto en los altos de los Montes para ver la caza y observar sus movimientos hasta que se encama. La hora de ponerse es una hora antes que amanezca, hasta dos horas salido el Sol, que entonces se encaman, y se enterará el Montero de este tiempo de su querencia, entrada y salida; los días nublos se recogen más tarde. [...] La cama del Lobo está a la larga, y el Venado hace escarbaderos en ella. El Javalí guarda mucho la cama, pero el Ganado Cervuno se levanta a estirar y repastar a el medio día; y en esta, es necessario volverlas a talayar a dicha hora. El Invierno se ha de poner la Atalaya frente de la solana, reparada del viento, y en el Verano para las Reses Cervunas, donde registre los parages, que en los altos tienen más sombra; para el Javalí, en lo más espeso donde haya agua cerca, porque se suele levantar a bañar; si fuesse día que corra mucho viento, no se encaman en lo más espeso, por ver lo que passa, ya que no se pueden governar con el olfato, y entonces se ponen rabo a viento. (pp.198-200)

Donde se pone el que ha de tirar por la tarde las Reses atalayadas. Débense poner los que han de tirar las Reses atalayadas y concertadas, lo más cerca que pueda de ellas, azia donde salen a comer o en las orillas del Monte, que es su salida por la tarde. Si tuviere viento contrario, tome medio viento, azia donde le parezca; no se ponga hasta la hora que se levantan; conócese quando lo es, quando está el Perro pico a viento [con el viento en la cara] y se inquieta, pue conoce que está la Res levantada. Si el Venao rompió por otra parte, buscará el Ballestero la cama y hará que el Perro tome el rastro, y si la Res fuere pico a viento, la seguirá con poco ruido hasta que salga de su querencia; pues si va sin recelo, es regular ponerse a passar, y si conoce que ha sentido al Cazador, o Perro, tarda en pararse y es ocioso el seguirla; y si la quiere hacer, váyala concertando por un lado, y por otro, sin ponerse delante, porque si la da el viento, no la atalayará, y de esta forma irá buscando los aportaderos hasta verla, y luego se irá arrimando por un costado; si se hubiessen de tirar las Reses antes de levantarse, batiéndolas, ha de ser poniéndose delante de la salida que tienen azia otros parages; advirtiendo que los Venaos huyen azia la tierra de Montes huecos altos; los Gamos azia las tierras rasas y claras; y los Javalíes a las espesuras y azia allí es donde debe ponerse el que ha de tirar; y si batiesse por la tarde, se procurará echar la Res pico a viento, que es su salida más cierta que tienen a esta hora, pues van descuidadas de volverse a encamar, y no sucede esto al medio día. (pp.201-204)

De la caza de Venaos con Reclamo. El mejor tiempo de esta cacería es, desde el principio de la Brama hasta la mitad del tiempo que suele durar; la hora más cómmoda es puesto el Sol, que entonces braman más, por estar más zelosos y ciegos de la Venus, y assí vienen con más facilidad al Reclamo; ha de buscar el Cazador las salidas de estas Reses a los Montes claros, pues allí acuden sin recelo; toque el Reclamo o Cuerna hasta que le respondan, y en respondiéndole haga con el Reclamo muchos rebramos para que se encienda más y venga con más rapidez a buscarle; en viendo que se acerca, reclámele más baxo para que no conozca el engaño, al modo que se reclaman las Perdices, estando ya cerca del puesto, y si vienen dos o más, será más cierta la cacería, porque vienen más ciegos; tanto, que se suelen poner a reñir sobre qual ha de llegar primero, y están entonces tan bravos que se embisten con tan fuerte saña, que suelen quedar asidos de la shastas sin poder despartirse. Procure estar siempre puesto con el viento en la cara; y si hiciere mucho, le esperará en lo más claro del Monte, guardándose no le vean. Es esta cacería muy segura, quando se han visto encamar estas Reses, que por este tiempo regularmente se encaman en una parte los machos y en otra las hembras, poniéndose el Reclamo por donde entraron las hembras a recogerse. [...] En toda la Brama e su carne más regalada y tierna. [...] (pp.204-208)

De la caza de Venaos a la Sacadilla. Diferéncianse las Sacadillas muy poco de las Batidas; se ha de poner la gente en la forma dicha, assí en las Utas como en las Redes; y si fuesse Sacadilla sin ellas, se pondrán Perros a cien passos del puesto, o más cerca, donde estén ocultos, y otras paradas a mayor distancia, donde parezca ser aportaderos de las Reses; es necessario más cuidado en esta cacería, porque los Gamos y Venaos no dan en el puesto a fuerza de brazo; por lo qual es necessario observar con cuidado las salidas que sin violencia suelen tener, y allí se hará el puesto, suponiendo que sea a la orilla de el Monte; si no diessen en él, se hará doscientos passos antes; y si con todo esto no llegasse la caza a el puesto, se batirá de callada con gente de a pie y de a caballo, y si no dan, se moverá la caza con gente de a caballo; y si se resisten, lazearlos o tirarlos a estrivo. [...] (pp.209-211)

De la caza de Venaos en las Sierras sin la formalidad de las Batidas Reales. Dos o tres días antes de esta cacería, se encargará a los Pastores de aquel parage atalayen donde ande la caza; y sabido, se pondrán los Tiradores por la mañana en los Aportaderos de la Cuerda de la Sierra, y los Ojeadores entrarán por lo baxo sin estrecharse, de modo que esté puesta la Manga que coja los puestos; y las paradas se pondrán a el otro lado en las entradas de los Montes claros, que es donde se tiran los Venaos; y para los Lobos y Javalíes, se pondrán a las entradas de los Montes más espesos y obscuros, que es donde se tiran estas Reses. (pp.212-213)

De la caza de Javalíes. [...] cázanse en las Sierras a el contrario de lo que queda dicho en la caza de Venaos, se han de poner los Tiradores en las juntas de los Arroyos y Valles, que allí se vienen a ocultar. [...] (pp.214-219)

[CALVO PINTO, Agustín (1754): Silva Venatoria. Modo de cazar todo género de Aves y Animales, su naturaleza, virtudes y noticias de los temporales. Su autor, D. Agustín Calvo Pinto y Velarde, Montero de a cavallo de su Magestad. Imprenta de los Herederos de Don Agustín de Gordejuela y Sierra. Año de 1754. Madrid.] books.google.es


1765 Nicolás Fernández de Moratín

España

I - XLII.

Los Gamos apetecen las llanadas,

huye el Lobo a los rudos peñascales,

se acoge a las malezas intrincadas

el Puerco, y los frondosos huecadales,

seguidos de Sabuesos y Ventores*,

procuran los Venados voladores.

*Perro ventor: perro de caza que sigue a esta por el olfato y el viento (RAE)

II - III.

No ha de seguirse con aquel anhelo,

que Nicias, que siguiendo los Venados

cayó en un horno, ardiente Mongibelo:

rindió el Alma en sus cuernos enramados

Basilio Emperador, y el Cidno rico

Ahogó después de Caza a Federico.

II - XXVII.

Ni olvides el martillo con boqueta,

trahillas, y collares pespuntados,

y para hacer llamada la corneta,

o para agamitar* a los Venados;

reclamos de las Delias Codornices,

señuelos de Palomas y Perdices.

*Agamitar: contrahacer o imitar la voz del gamo pequeño (RAE).

*Delia: perteneciente o relativo a Delos, isla de Grecia. (RAE)

II - XLV-XLVI.

Ni ha de costarse el último cuidado

la cría de los Perros; ante todos

elige el blanco, y porque eviten de mil modos

la rabia, harás de verlos nacer pueda

el signo Aquario, y Géminis de Leda.

Y con su inclinación, y la enseñanza

los harás diestros; uno al Ciervo sigue,

otro a la Zorra, o Puerco se abalanza,

otro a la Liebre, al Lobo otro persigue,

uno los anchos ríos atraviesa,

otros de sangre son, y otros de presa.

III - IV-VI [Sobre el caballo]

Y a el Potro inquieto, mucho antes criado

que huviese Albeytar, le ha destituído

de instinto, y a su error le ha abandonado?

y el hombre de otros brutos ha aprendido

la ciencia de curarse; de manera,

que ella sola es la fixa, y verdadera.

La amable libertad, que el Gozque* tiene,

Ciervo, Grulla, León y Hypopotamo

le dió despacio, con que a buscar viene

la Pilosela*, Quina*, y el Dictamo*,

la Sangría, y Clister*, y Progne lista*,

con celidonia da al Polluelo vista.

Si tú al Caballo libertad le dieses,

si le hay, halló remedio a su dolencia;

pazca sin frenos ásperos las mieses,

espárzase en el campo a la inclemencia,

hasta que así cobrando nuevos bríos,

se atreva a vadear los anchos ríos.

*Perro gozque: perro pequeño muy sentido y ladrador. [RAE]

*Pilosela: Vellosilla, Hieracium pilosella (Asteraceae o Compositae). [Wikipedia]

*Quina: corteza del quino, árbol americano, Cinchona calisaya (Rubiaceae). Quinina. [RAE/Wikipedia]

*Dictamo: Tarraguillo, gitam o hierba gitanera, Dictamnus hispanicus (Rutaceae). [Wikipedia]

*Clíster: enema. [RAE]

*Progne lista: La Golondrina.

V - XXXIII-XXXIV.

Mas si los cuerpos grandes, diligente

del más galan Venado procurares,

que apetece la aguas de las fuentes;

aprende en los frondosos gamallares

a concentrarle, y si se oculta luego

le obligue a la ballesta el lazo ciego.

Y nunca de él tus tornos conocidos

dexes que sean, quando está paciendo

camina tú con pasos no sentidos,

o al mismo instante que él se esté moviendo,

y el que lacear un Ciervo bien desea,

ni le heche el viento, ni su sombra vea.

V - XL.

Pero si el Ciervo se entra en las Bacadas,

sobre una res se pone cauteloso,

las pesuñas del suelo levantadas;

o da mil gyros por el bosque umbroso,

o de alguna manada que ha encontrado,

levanta de refresco otro Venado.

V - XLII-XLIII.

Amor que con durísimos arpones

las fieras doma, y las pintadas aves,

en el Ciervo encendió vivas pasiones;

si en tiempo de la brama imitar sabes

su voz, agamitarle* con reclamos

debes, y a tiempo esfuerza los rebramos.

Ciego corre a las hembras, y la muerte

suele hallar, que este premio Amor ha dado,

yo lo sé, Ay Cielos! con infausta suerte;

con la yerva Sanicula ha curado

su herida el Ciervo, y en el Parque hervoso

pace el Haros y el Seselis sabroso.

*Agamitar: contrahacer o imitar la voz del gamo pequeño (RAE).

V - LXVI.

Dio a luz la Infanta en parto clandestino

al montaraz Abidis*, y una Cierva

lo crió al pecho, a ser Cazador vino,

y en correr diestro por la verde yerva;

él nos dio leyes; dividió con maña

en Conventos jurídicos la España.

*Abidis: Habis, Habido o Abido, mítico rey de Tartessos, hijo de Gárgoris y de una de sus hijas. [Wikipedia]

V - LXX.

En la ribera del Meandro cana

está el Ciervo veloz amedrentado

del latir de los Perros de Diana;

el Lobo en Siete-picos se ha albergado,

y a vista a veces del Pastor atento

lleva la res, ganado el sotavento.

VI - XL.

La Corneta sonó, y indica el Gamo,

que por la ronca el hondo picadero

cava, la mano abierta; un verde ramo

da muestras del Venado muy ligero,

y la montera, que el Javalí embista

de blandas pieles, y de corta vista.

VI - XLV.

La Cierva del Menalo cayó al tiro,

Cañón de Ortiz alarga el Ballestero

en quien como en espejo yo me miro;

de Erimanto el horror con su Escudero

mataste de otro con destreza tanta,

como Meleagro, que ofreció a Atalanta.

Castilla y León: Valsaín (Real Sitio de San Ildefonso, Segovia)

V - LXIII.

Así en el Parque, y alto Bosquecillo

del fresco Valsaín queda espantado

del Cazador que sigue al Cervatillo;

aún no sus ojos tistes ha enjugado,

y en su semblante muestra que aún ahora

por el antiguo bien perdido llora.

[FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Nicolás (1765): La Diana, o Arte de la Caza: Poema dedicado al Serenísimo Señor D. Luis Antonio Jayme de Borbón, Infante de las Españas, etc. Por Don Nicolás Fernández de Moratín, Criado de la Reyna Madre Nuestra Señora. Oficina de Miguel Escribano, Año de 1765. Madrid.] books.google.es


1782 Francisco Dieste

Reino de Aragón

Son muy repetidas las órdenes del Rey Ntro. Sr. (que Dios guarde) para que las Justicias y Ayuntamientos de los Pueblos dispongan cacerías, de modo que sus respectivos vecinos salgan a caza, a fin de perseguir y matar, en especial los Osos y Lobos, que son las fieras más perjudiciales al Público. El medio principal para que resulte la extinción de esta mala casta es la gratificación de un decente premio al perseguidor que los mata. Buen ejemplo para ello nos da nuestro Monarca, pues tiene señalados varios premios a los Guardas y Monteros de los vedados y bosques Reales, a fin de conseguir la eficaz persecución de aquellas fieras, pues manda satisfacer por su Real Erario el caudal señalado, que aquí se expresa:

(Por las Fieras) (Reales de Vellón)

Por el Gato llamado Cerval, que devora al ganado menudo, y la caza: 8 reales.

Por el Gato montés, que persigue a los Corderillos, caza y aves caseras: 8 reales.

Por la Zorra, que hace igual y mayor daño: 8 reales.

Por la Garduña, en otras partes llamada Fuina, que persigue la caza, y en especial las Gallinas: 8 reales.

Por la Jinita [Gineta], que es un animalillo pintado, del tamaño de un Gato, que hace igual daño: 8 reales.

Por el Tejón, en otras partes llamado Tajugo, que se come los Conejos, Liebres, y huevos de Perdiz, los Gamernos [sic, gameznos, crías del gamo] y Cochastros [jabalíes lechales], que es la cría de los Venados y Jabalíes: 8 reales.

Por el Turón, o Uron de monte [sic, Hurón de monte], que se come los Conejos, Gazapos, Lebratos, que es la cría de Liebres, y los huevos de Perdiz: 8 reales.

Por la Comadrexa, llamada en Aragón Paniquesa, que hace igual daño: 8 reales.

Por el Patialbillo, que es algo más que un Uron aunque no tan largo, y hace el mismo destrozo: 8 reales.

Por la Culebra, que se come los Gazapos, y los huevos de Perdiz, y los de pájaros que halla en los nidos: 2 reales.

Por el Lagarto, que se come los Gazapos, y huevos de Perdiz: 1 real.

[DIESTE Y BUIL, Francisco (1782): Tratado económico dividido en tres discursos. I. Crianza de gallinas, y considerables utilidades, que producen a su dueño. II. Compra de primales para venderlos al año siguiente por Carneros. III. Modo de procurar la extinción de Fieras perjudiciales al Ganado, y aves domésticas, y que las de rapiña lo sean menos. [pp.190-230] Su autor, D. Francisco Dieste y Buil, Vecino de la Villa de Lanaja, Diputado y Apoderado General de el Cuerpo de Ganaderos de las Montañas y Tierra llana del Reyno de Aragón. Socio de su Real Sociedad de Amigos del País, a quien lo dedica. En Zaragoza, por Blas Miedes, Impresor de la Real Sociedad.] bdh-rd.bne.es


1802 Real Academia de la Historia

País Vasco/Euskadi

ALBENIZ [Albéniz/Albeiz, concejo de Aspárrena/Asparrena, cuadrilla de Salvatierra, Álava/Araba]: Hay en las paredes de la misma ermita (de San Miguel) otros cinco fragmentos de inscripciones (romanas) con buenos adornos de parras con sus hojas y uvas, ciervos y bueyes, pero ninguna se puede leer por estar muy maltratadas.

GORBEA ó GORBEYA [Monte Gorbea/Gorbeia, entre Álava/Araba y Vizcaya/Bizkaia]: Sus cerrados son espesísimos, y se encuentran en ellos corzos y venados, muchos jabalíes y demasiados lobos; se han visto también de quando en quando algunos pequeños tigres [linces?] y otras fieras no comunes en el país.

[REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA (1802). Diccionario geográfico-histórico de España. Imprenta de la Viuda de D. Joaquín Ibarra. Madrid.] 1802: Navarra y País Vasco, Sec.I-Vol.I (ABA), Sec.I-Vol.II (MAC)


1817 Agronomía o Diccionario Manual del Labrador

General

CAZA. Ejercicio en que se persigue, así a la caza de pelo como a la de pluma; he aquí la que se encuentra en cada estación del año: [...] (En el otoño) también se cazan los animales flavos o rojos [Fauve: animales flavos, como los gamos, ciervos, cabras montesas, etc.] que salen al ponerse el sol, pero es preciso situarse al opuesto del aire para que no sientan al cazador. [...] Los aficionados a la caza no deben omitir circunstancia alguna; por último, será bueno que lleven sobretodos verdes o pardos, que son los dos colores que extraña menos la caza, y así no la espantarán con facilidad.

CAZA. Llámase así todo animal cuadrúpedo o volátil que hace el principal objeto de la caza, y son etimados en las mesas. La caza mayor son los flavos y negros, como ciervos, venados, jabalíes etc. La menor se distingue en caza de pelo y pluma. Modo de conservar la caza fresca desde el principio de cuaresma hasta la pascua. [...] No debieran ignorar (los señores) que los ciervos destruyen los bosques; que es imposible tener en los llanos muchas liebres sin que hagan un daño muy considerable en los sembrados, pues mil liebres comen tanto como cien vacas. Los conejos hacen también un estrago aún más sensible porque asolan todas las inmediaciones de los sotos cuando no tienen pasto y pasan a los montes replantados, donde ocasionan grandes perjuicios.

CIERVO. Animal silvestre, muy veloz en la carrera, que tiene la cabeza chata, los cuernos grandes y en figura de rama, pata hendida, cuello largo, orejas pequeñas y cola corta; es de la estatura de un caballo chico y tiene le pelo pardo o rojo. La carne del ciervo, siendo chico y gordo, es muy nutritiva, y el cuerno, como se hace todos los años en la primavera, tiene propiedades útiles para la salud: los polvos detienen el esputo de sangre y los cursos; y la grasa del ciervo es buena para los reumáticos y para fortificar los nervios.

[AGRONOMÍA O DICCIONARIO MANUAL DEL LABRADOR. Contiene todos los conocimientos necesarios para gobernar las haciendas de campo, harcerlas producir y conservar la salud, con otras muchas instrucciones útiles y curiosas. Traducida del francés por D. P. C. DE L. En la Imprenta de la parte. Madrid.] 1817: Tomo I (A-B), Tomo II (C-F) [faltan tomos]


1823 Bory de Saint-Vincent

Murcia: río Segura

LA SEGURA (rivière). On peut considérer l'ancien royaume de Murcie comme le bassin de cette rivière totueuse dont les premiers affluens coulent dans la partie la plus sauvage et la moins connue de la Péninsule. [...] La vigne réussit sur ceux des coteaux qu'on n'abandonne pas aux Lentisques, aux Philarias, aux Sauges, aux Astragales, aux Cistes et aux Romarins, et, sur les cîmes dépouillées par l'imprévoyance espagnole, mais où quelques pains d'Alep échappés à la destruction indiquent qu'il exista des bois, le Lynx guette [acecha] le Bouquetin [cabra montesa] rapide et l'épais Mouflon; ce dernier animal, devenu si rare qu'on n'en signalait plus l'existence qu'en Corse, est assez commun ici, et l'on ne traverse pas l'un des villages disséminés de la contrée qu'on n' y reconnaisse les maisons nobles du lieu à quelque tête de Mouflon, qui en orne les façades misérables, à peu près comme dans la plupart des provinces de France, les gentilshommes de campagne décoraient jadis exclusivement leur portail de quelque oiseau de proie crucifié, ou de bois de cerfs, attribut d'un antique lignage. [...] (p.163)

Andalucía: Guadalquivir

8. L'ANDALOUSIE. [...] La plus part des poissons d'eau douce du reste de l'Europa se retrouvent dans les rivières de l'Andalousie où les Esturgeons [esturiones] du Guadalquivir y atteignent une taille démesurée. La chasse, extrêmement productive, alimente la table du riche de Cerfs, de Chevreuils [corzos], de Lièvres, de Lapins renommés, de Perdrix rouges et d'Outardes. [...] (p.308)

Extremadura: Guadalupe (Cáceres)

23. PROVINCE DE CACÉRÈS. [...] Guadalupe qu'un couvent d'Hiéronimites rend fort célèbre. Ce lieu donne son nom aux montagnes dont il est environné; ces montagnes, sans être très-élevées, n'en sont pas moins âpres, et rendent par leur escarpement, les communications très-difficiles entre leurs vallées qui sont presque désertes, remplies d'abondans pâturages, et couronnées, dans quelques parties, de forêts de châtaigniers, qui servent d'asile aux Cerfs, aux Chevreuils, aux Sangliers et aux Lynx dont le canton est rempli; nous n'avons pas ouï dire qu'on y trouvât des Ours; ces animaux ne paraissent se plaire en Espagne que dans les montagnes du système Pyrénaïque. [...] (p.508)

[BORY DE SAINT-VINCENT, Jean-Baptiste (1823): Guide du Voyageur en Espagne, par M. Bory de Saint-Vincent, correspondant de l'académie de sciences, l'un des officiers supérieurs anciennement attachés au dépôt de la guerre, et aide-de-camp de son excellence le duc de Dalmatie, durant la dernière guerre d'Espagne (1808 a 1813). Louis Janet, librairie, rue Saint-Jaques, n.º 5. Paris. 1823.] books.google.es


1826-1829 Miñano

Catalunya, Aragón, País Vasco/Euskadi y Navarra/Nafarroa

PIRINEOS (IMUM PIRIN) [Los Pirineos, Euskadi, Navarra, Aragón, Cataluña, Andorra y Francia]: Se crían, pues, osos, javalíes, lobos comunes, lobos cervales o linces, zorros, gatos monteses, venados, corzos, gamos, cabras monteses o rupicabras, rebezos [sic, rebecos], liebres, conejos, ardillas, martas y nutrias.

Asturias

SOMIEDO [concejo de la comarca Camín Real de la Mesta]: Se crían en sus montes osos, lobos, javalíes, tejones, robezos [sic, rebecos], ardillas, algún venado, liebres y lobos cervales, que parece ser los que Bufon llama linces.

Extremadura

GUADALUPE (SIERRAS DE) [sierra de Guadalupe, en el centro de Extremadura]: Tienen en algunas partes bosques de castaños que sirven de asilo a los ciervos, a los corzos, a los javalíes y a los linces.

Islas Canarias

AGULO [municipio de La Gomera, Santa Cruz de Tenerife]: Tiene bastante caza de aves, ciervos y gatos silvestres.

[MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián (1826-1829). Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal. Imp. Pierart-Peralta. Plazuela del Cordón. Madrid. 1826: Volum I (A-BAR), Volum II (BAR-CAS), Volum III (CAS-ESP), Volum IV (ESP-HOC), Volum V (HOC-MEM); 1827: Volum VI (MEN-PES), Volum VII (PES-SAN), Volum VIII (SAN-TOR); 1828: Volum IX (TOR-VIL), Volum X (VIL-Z); 1829: Volum XI (Suplemento)]


1845-1850 Madoz

Aragón

AGUERO [Agüero, Hoya de Huesca, Huesca]: (Produce) caza de perdices, conejos, liebres, bastantes jabalíes y corzos, pocos ciervos, lobos y zorras.

La Rioja

ALFARO [Comarca de Alfaro, antiguo partido judicial]: En los montes hay caza de liebres, conejos y perdices en abundancia, y no faltan bastantes ciervos, lobos y zorros.

ALFARO [municipio de la comarca de Alfaro o Rioja Baja]: Hay caza de liebres, conejos y perdices en abundancia, algunos ciervos, lobos, corzos y zorras.

Castilla y León

AILLON (COMUNIDAD DE) [Comunidad de villa y tierra de Ayllón, Segovia, Soria y Guadalajara]: Se crían en estos montes muchos lobos, zorras, javalíes, corzos, perdices, liebres, conejos y algunos venados.

ALBERCA (LA) [La Alberca, municipio de la comarca de la Sierra de Francia, Salamanca]: Poca caza menor, pero muy abundante; la mayor, de jabalíes, venados y corzos.

ALENTISQUE [municipio de la comarca de Almazán, Soria]: Abunda en perdices, conejos y liebres; se ve algún venado, y no faltan lobos ni zorras.

Castilla-La Mancha

ABLANQUE [municipio de la comarca Molina-Alto Tajo, Guadalajara]: Y en los montes se crían perdices, liebres, conejos, venados, lobos, zorras y jabalíes.

AGUDO [comarca del Valle de Alcudia, Ciudad Real]: (Tiene) caza de perdices, conejos, liebres, javalíes, venados, corzos, lobos, zorras, gatos cervales y tejones.

ALBALADEJO [municipio del Campo de Montiel, Ciudad Real]: (Hay) bastante caza de liebres, conejos y perdices, y en la parte del Guadarmena, algún venado, corzos, jabalíes y lobos.

ALCANTUD [municipio de la Alcarria Conquense - Cuenca del Guadiela, Cuenca]: Caza de ciervos, corzos, liebres, conejos, perdices, palomas zoritas o jujas [sic] y torcaces.

ALCOL [Alcohol o Alcohor, lugar de Barchín del Hoyo, Serranía Media, Cuenca]: El terreno cría caza menor, corzos, venados y algún jabalí.

ALGORA [municipio de la Sierra Norte de Gudalajara]: Caza de perdices, conejos y liebres en abundancia, lobos, zorras y ciervos.

Extremadura

ACEBO [municipio de Cáceres, en la Sierra de Gata]: Y no faltan perdices, conejos, liebres, ciervos, jabalíes, lobos y zorras.

Andalucía

AROCHE [municipio de la comarca Sierra de Huelva, Huelva]: (Abunda en) caza de jabalíes, ciervos, conejos, nutrias, lobos, zorros, gatos cervales, linces, perdices y palomas, estas últimas también en mucha abundancia.

Canarias

AGULO [municipio de la isla de La Gomera, Santa Cruz de Tenerife]: (Tiene) caza de aves, ciervos y gatos monteses". Al parecer, se multiplicaron a partir de dos pares que mandó traer de España el conde D. Alfonso de Ayala para su recreo.

[MADOZ, Pascual (1845-50). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Imprenta de D. Pascual Madoz. Calle de Jesús y María, núm.28 & Est. Tipográfico-Literario Universal, Calle de la Madera baja, núm.4. Madrid. 1845: Volum I (ABA), Volum II (ALI); 1846: Volum III (ARR), Volum IV (BAR), Volum V (CAA); 1847: Volum VI (CAS), Volum VII (COR), Volum VIII (FAB), Volum IX (GUA), Volum X (LAB); 1848: Volum XI (MAD); 1849: Volum XII (NAB), Volum XIII (PIA), Volum XIV (SEA), Volum XV (TOL); 1850: Volum XVI (VIA)]


1856 Luis María Ramírez de las Casas

Andalucía: Córdoba

Entre los cuadrúpedos que habitan el territorio cordobés merecen atención el lince o gato cerval (felis pardina) y el que los naturales llaman melón (herpestes Widrintonii) [meloncillo] (Nota 1: Nadie había determinado antes de ahora a este animal, y se creía por algunos naturalistas que no existía en Europa), los gatos monteses, tejones, ginetas, comadrejas, nutrias que habitan así en el Guadalquivir como en los arroyos, las raposas, lobos, jabalíes, ciervos y corzos, todas las cuales especies son muy abundantes, como igualmente los conejos y liebres. Las especies de aves, entre sedentarias y viajeras, llega al número de 242, debiendo notarse entre las rapaces los buitres leonado y pardo [el negro] que anidan en los escarpados picos de las cabreras del Guadiato; varias especies de alcones [sic] entre ellos el azul [será el halcón peregrino]; las águilas imperial, real y calzada, el grifo (gipastos barbatus) [quebrantahuesos] ave de gran fuerza y tamaño, pues la envergadura de sus alas llega a 15 pies; no es abundante, pero se le ve alguna vez en la parte alta de la sierra. Entre las aves trepadoras se encuentran los picos verde y variado, el tuerce-cuello y los cucos cantador y glandario [críalo]. Entre las gallináceas, las gangas, las perdices, las ortegas, las codornices, que son muy abundantes. Entre las aves de ribera se cuentan las abutardas mayor y menor [sisón], el chorlito y el corredor [chorlitejo?]; hermosas garzas, como la real, garzota y dorada, alcaraván y nocturna [martinete], el ibis verde [morito?] y el flamenco. Entre las nadadoras se hallan algunas golondrinas de mar y gaviotas, el cormorán y varias especies de patos; y finalmente entre los pájaros mencionaremos el papamoscas gris, el desollador [alcaudón], el tordo músico [tordo común?], la oropéndola, varias currucas, el pitirojo, la motacila de garganta azul [pechiazul] y las pizpitas [en Córdoba, lavandera boyera].

Omitiendo tratar de otros géneros de animales por menos importantes y por evitar prolijidad, concluiremos con decir que en el Guadalquivir se crían barbos, tencas, sabogas, anguilas, albures y en las grandes avenidas suben del mar el sábalo y el sollo (accipenser sturio). En las lagunas y riachuelos se encuentra la locha de charca, y a millares varias especies pequeñas conocidas con los nombres de molineros, peces blancos, etc. (p.436)

[RAMÍREZ Y DE LAS CASAS-DEZA, Luis María (1856): Indicador cordobés, o sea, Manual histórico-topográfico de la ciudad de Córdoba. Tercera edición. Imprenta y Litográfica de D. Fausto García Tena. Córdoba.] bdh-rd.bne.es


1857 Catálogo Exposición

Andalucía: Córdoba

Colección de Productos Forestales y Caza de la provincia de Córdoba, formada por el catedrático de Historia Natural D. Fernando Amor y Mayor. 130. Expositor el Instituto provincial de segunda enseñanza, siendo Director D. Juan Antonio de la Corte. (Nº, Nombre vulgar, Nombre científico, Localidad, Observaciones):

[...] CAZA

CUADRÚPEDOS

Cabezas

211 de Venado. Cervus elaphus, LINN. Sierra de Córdoba. Común.

212 Corzo. Cervus capreolus, LINN. Sierra de Córdoba. Común.

213 Cabra montés. Capra hispanion. Pedroches. Muy rara.

Pieles montadas

214 de Meloncillo. Herpestes. Córdoba. Va escaseando.

215 Gato cerval. Felix pardina, OKEN. Córdoba. Bastante común.

216 Jabalí. Sus scropha, LINN. Córdoba. Común.

Pieles en zurrón

217 de Meloncillo.

218 Gato cerval.

219 Gato montés. Felix catus, LINN. Córdoba. Común.

Pieles estendidas

220 de Tejón. Ursus meles, LINN. Córdoba. Común.

221 Nutria. Mustela lutra, LINN. Córdoba. Común.

222 Meloncillo.

223 Gato cerval.

224 Gato montés.

225 Gineta. Viverra genetta LiNN. Córdoba. Común.

226 Liebre. Lepus timidus, LINN. Córdoba. Muy común.

227 Conejo. Lepus cuniculus, LINN. Córdoba. Muy común.

AVES preparadas

228 Tórtola. Columba turtur, LINN. Córdoba. Muy común.

229 Paloma torcaz. Columba palumbus, LINN. Córdoba. Muy común.

230 Charra. Pterocles arenarius, TEMM. Córdoba. Común.

231 Perdiz roja. Perdrix rubra, BRISS, Córdoba. Muy común.

232 Perdiz (¿especie nueva?). Perdrix. Adamuz. Solo se han recogido 3 individuos. [En otra ocasión se encontró una blanca]

233 Sisón. Otis tetrax, LINN. Córdoba. Común. [... y continúa] (p.120)

[Catálogo de los productos agrícolas presentados en la exposición de 1857 [fue la primera y se celebró en Madrid los días 24 de septiembre y 4 de octubre]. Imp. Nacional. Madrid.] bdh-rd.bne.es


22-26.6.1857 Lorenzo Grafulla

Matarranya (Teruel) / Tinença de Benifassà (Baix Maestrat, Castelló)

(La Pobla de Benifasar) los montes producen pinos, romeros, sabinas, enebros y espliegos, con algunas canteras de cal. Sus producciones son trigo, maíz, patatas, frutas y algo de miel; se cría ganado lanar y cabrío, hay abundante caza de conejos, perdices, con algunos corzos y venados, y se pescan barbos y truchas. [De Madoz, V. PUEBLA DE BENIFAZA.] [nº 131, de 15 de septiembre]

Nota: Grafulla habla de "ciervos" en el Boixar, pero por la descripción, parece que se refiera a corzos.

[GRAFULLA, Lorenzo (1888): "Un paseo por los Puertos de Beceite", en "La Asociación: revista profesional y científica de medicina y cirugía, farmacia y veterinaria de la provincia de Teruel" (1883-1891), por entregas, desde el nº 123, de 15 de mayo de 1888, al nº 150, de 15 de junio de 1889.] bibliotecavirtual.aragon.es


1858 Diario de Córdoba

Andalucía

CÓRDOBA: UN PASEO POR LA SIERRA DE CÓRDOBA. Fernando Amor. [...] Entre estos espesos montarrales se ocultan el fiero 'javalí' y ligeras cuadrillas de 'corzos' y 'venados'.

[Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos. Martes 24 de Agosto de 1858: link. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica (BVPH): buscador]


1890 Juan Montserrat

Catalunya

TORTOSA [pueblo del Baix Ebre, Tarragona]: Cervus elaphus L.- Cervo. (p.100)

[MONTSERRAT Y ARCHS, Juan (1890): Memoria descriptiva de las aguas minero-medicinales del Balneario de Tortosa. Resumen de Historia y de Geología de dicha ciudad y de la Flora y Fauna de sus alrededores, con indicaciones especiales sobre la Climatología, la Hidroterapia y la Higiene Terapéutica de los tres manantiales de aquel balneario (Nuestra Señora de la Esperanza, Salud y San Juan). pp.33-160. En el libro Balneario de Tortosa.] books.google.es


1960 El Noticiero Universal

España

CAZA. COMENTARIOS A LA LEY DE CAZA. QUIÉN, CUÁNDO, CÓMO, DÓNDE Y QUÉ SE PUEDE CAZAR. VIII. POR RAZÓN DE LA ESPECIE PERSEGUIDA.- En las páginas de "El Noticiero Universal" han ido apareciendo una serie de comentarios en los días 26 de marzo, 8 de abril, 17 de mayo, 30 de junio, 20 de julio, 9 de agosto y 16 de septiembre, de los cuales el presente trabajo es continuación.

¿Cómo se clasifican los animales a los efectos de la Legislación de Caza? Tanto el artículo 1.º de la Ley de Caza vigente de 1902, como el 1.º del Reglamento, los clasifica en tres grupos o clases, a saber: 1.ª, los fieros o salvajes; 2.ª; los amansados o domesticados; 3.ª los mansos o domésticos (para simplificar: salvajes, amansados y domésticos). [...]

¿Qué animales quedan comprendidos en el Reglamento dentro de la clasificación de fieros o salvajes? Lo especifica el artículo 2º del Reglamento de 1903, diferenciando los que reúnen la doble condición de fieros y salvajes, señalando solamente dos: el oso común y el lobo, y los salvajes simplemente, los cuales son objeto de caza en España.

¿Cuáles son los animales enumerados como salvajes? El ciervo, el gamo, el corzo, la gamuza, la cabra montés, el jabalí, el zorro, el lince, el gato claro clavo o lobo cerval, el gato montés, el tejón, la gineta, el turón, la garduña, la marta, la comadreja, la nutria, la ardilla, el conejo, la liebre, entre los mamíferos; y entre las aves, el búho, la lechuza, el mochuelo, la corneja, el halcón común, el cernícalo, el alfaneque, el esmerejón, el gerifalte, el águila real, el águila imperial, el gavilán, el milano, el quebrantahuesos, el buietre buitre leonado, el buitre pardo, el alimoche, el tordo, la charla, el zorzal, el malvís, el estornino, el tordo serrano, la paloma torcaz, la paloma zurita, la paloma montés, la tórtola, el faisán, la ganga, la ortega, la perdiz roja, la perdiz pardilla, la codorniz, la abutarda, el sisón, el ave fría, la grulla, la garza, la chocha, la gallina de agua, el flamenco, el ganso común, el pato común "y sus diferentes variedades", la zarceta mayor, la menor "y análogos".

¿Está completa esta relación? Ni mucho menos, pues hay muchas especies de aves emigrantes que se presentan solamente algunos años y en determinadas épocas, como el cisne salvaje, en el norte de España, y otras muchas de menor talla.

¿Qué podemos decir respecto a la ocupación de los animales salvajes? De ello nos habla el artículo 465 del Código Civil de 1889, con la curiosidad de que solamente cita a los "fieros" que, según el artículo 2.º del Reglamento sólo son el oso y el lobo, pero se refiere desde luego a los salvajes diciendo que sólo se poseen mientras se hallen en nuestro poder, por ostentar la condición de "res nullius", es decir, que no tienen dueño, y según el artículo 610 del citado texto, "se adquieren por la ocupación, los bienes apropiables por su naturaleza que carecen de dueño, como los animales que son objeto de caza". Se trata de animales que vagan libremente por la tierra, por los aires o por las aguas y son "de quien quiera que los prenda" -que decía el Rey Sabio en la Partida 3.ª de su famoso Código-. Al cazarlos, o sea, al "ocuparlos" jurídicamente, se adquiere su propiedad en el mismo momento en que se logra su posesión; igualmente, en el mismo momento en que se pierde su posesión por recobrar el animal la libertad perdida, se pierde también su propiedad. [...]

[El Noticiero Universal. Núm.23172. Barcelona. Martes, 25 de Octubre de 1960. p.20.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)


1965 El Noticiero Universal

Extremadura: la Sierra de Gata (Sierra de Gata, Cáceres)

LOS VALLES. LAS HURDES. EL NORTE. LA SORPRESA.- La región de Extremadura tiene, perfectamente delimitadas, tres regiones que el legislador de 1833 no quiso ver, en su caprichosa división administrativa. Entre el lugar donde la sierra de Gredos saca su espalda al sol del mediodía y el curso doloroso del Tajo, queda una zona de acusada diferencia con el resto de la provincia de Cáceres, en costumbres, economía, paisaje, y aspiraciones. Esta región puede a su vez dividirse, pero yo no quiero meterme a geógrafo. Tres ríos -el Tiétar, el Jerte y el Alagón- y tres pantanos -Rosarito, Gabriel y Galán y Borbollón- ponen en algunos puntos de esta zona una cierta memoria de Galicia, tan lejana de Extremadura, en la opinión vulgar. Uno piensa si algunos paisajes sirvieron de modelo a Sisley o Haes. Si vamos desde Plasencia a Jarandilla -la Vera- o paseamos por el valle del Jerte, la tierra se nos ofrece verde, y en ellas se encuentra a gusto un árbol tan gallego como es el castaño.

Todos estos ríos y gargantas son riquísimos en truchas. Y, en las charcas, que son pequeños embalses, se da un pez que solo vive aquí: la tenca. Lo mismo si hablamos de caza menor en Alcántara, en la misma orilla del Tajo, y mayor, incluso el lince y el gato montés, en la Sierra de Gata, y ciervos y jabalíes en la ribera del Rajo Tajo y Miravete. [...]

[El Noticiero Universal. Núm.24696. Barcelona. Sábado, 25 de Septiembre de 1965. p.8.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)


1971 El Noticiero Universal

España

CALENDARIO LEGISLATIVO DE CAZA PARA AGOSTO (por el coronel España Cantos).- Legislación vigente. Estrenamos la nueva Ley de Caza de 4 de abril de 1970 (BOE n.º 82, del 6 de abril) y su Reglamento para su aplicación de 25 de marzo de 1971 (BOE de 30 y 31 de marzo de 1971) y, por si fuera poco, la O.M. de Agricultura de 24 de junio de 1971 (BOE n.º 153, de 28 de junio), que fija las vedas para las distintas especies para la temporada próxima de 1971-72.

CAZA MAYOR: Ciervo, gamo y jabalí.- Desde el 2.º domingo de octubre, día 10, hasta el tercer domingo de febrero, día 20, es época legal de caza. Cabra montés, rebeco y corzo.- Desde el 2.º domingo de septiembre, día 12, hasta el primer domingo de noviembre, día 7.

Recuerda la O.M. la prohibición de matar en todo tiempo a las hembras de las especies de ciervo, gamo, corzo y cabra montés, así como a las de rebeco y jabalí seguidas de cría. Recordará asimismo la O.M. que queda prohibida la caza de ciervos, corzos, machos monteses y rebecos en sus dos primeras edades de cervato y vareto, en la primera, y sus similares en las otras. En la especie ciervo, queda también prohibida la caza de horquillones. Se prohibe, igualmente, el empleo de postas para la caza mayor en todo el territorio nacional. En los cotos legalmente establecidos, se puede cazar a rececho el ciervo, gamo y corzo en época de celo, pero han de proveerse de un permiso expedido por las Jefaturas provinciales, nominales y para una sola pieza. [...]

[El Noticiero Universal. Núm.26484. Barcelona. Martes, 27 de Julio de 1971. p.31.] El 30 de agosto, 11 de noviembre, 11 de diciembre, 21 de diciembre, 10 de febrero de 1972, 3 de marzo, 27 de marzo, 30 de junio, 15 de septiembre, 12 de diciembre, 27 de diciembre, 26 de enero de 1973, 4 de abril, 3 de mayo, 11 de octubre, 7 de noviembre, 10 de mayo de 1974, 14 de junio, 6 de septiembre, 9 de abril de 1975 y otros, se publican noticias similares.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)


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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà

En continua actualización.