Hierba de ballestero, eléboro fétido; marxívol, manxiulo

Helleborus foetidus [y otra]


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1527 Jara y Sedal

Reino de Castilla

[...] El veneno fue prohibido en todas las épocas para la práctica de caza, pero no para el exterminio de las alimañas. Ya en 1527, Carlos I prohibía cazar con la venenosa 'yerba del ballestero' (Helleborus foetidus') -con ella se impregnaban la flechas- y la caza con tiro de pólvora -escopeta y arcabuz-, pero en cambio estos métodos eran válidos para dar muerte al lobo.

[HERNÁNDEZ TABERNERO, Israel (2020): ¿Por qué es erróneo culpar a los cazadores españoles de la situación de los animales en peligro de extinción? Revista Jara y Sedal. Por Israel Hernández Tabernero / 6 de junio de 2020] revistajaraysedal.es


1644 Alonso Martínez de Espinar

España

CAPÍTULO VII. De la ballesta por instrumento de caza. [...] Los lances que tira la ballesta para matar la caza mayor y menor: venados, gamos, jabalíes y otros animales pequeños. [...] Hay jaras, que es el lance más fútil, y llámanlas jaras porque de aquel palo se hacen las mejores, tira con ellas a ciento cincuenta y más pasos; untan éstas con un veneno que llaman hierba de ballestero, mojan en la jara desde el degüello del casquillo abajo cinco o seis dedos, y con un poco de lino tendido la van envolviendo a la redonda de la jara, y allí se conserva, sin que sea necesario otra ligadura; es el casquillo que tiene la jara de hierro; la cabeza, cuadrada y puntiaguda y muy degollado de cuello. [...] (p.26)

CAPÍTULO VIII. Como se hace la hierba de ballestero como instrumento de caza. Esta hierba se hace de las raíces de la vedegambre; cógense en la menguante de agosto, por estar entonces en su mejor sazón y fortaleza; para hacer este veneno son mejores las raíces más pequeñas y las que son más morenas, que tiran a amarillo; las blancas no son tan fuertes; cógense en las sierras de Guadarrama y en las de Béjar; son como nabillos menudos, y los más barbadillos y delgados son los mejores; la diligencia que se hace es quitarles toda la tierra y otra cualquiera bascosidad, y lavarlas muy bien; después de esto se machacan y ponen en una prensa para sacarles el zumo, el cual, muy bien colado, lo ponen a que hierva, y le quitan la espuma y bascosidad que le ha quedado; y hecho esto, le vuelven a colar y le ponen al sol desde las diez del día hasta que va cayendo la tarde; y lo mismo se ha de hacer tres o cuatro días o más, y cada día, antes de ponerlo al sol, se ha de colar, como queda dicho, y cuando está en su punto, queda como arrope, de aquella misma color, pero más espeso, de manera que si le meten una paja o palillo dentro, se pegue a él; la que hace más largo hilo, y cuando se quiebra, se encoge más aprisa, y oliéndola, provoca con violencia a estornudar, es la más fuerte. Otors hacen esta hierba dándola, en lugar de sol, hervores; mas no es tan fuerte como la que cura el sol. Pruébase este veneno en un pollo o palomino: toman una aguja con una hebra de hilo, el cual mojan en la hierba; pasanle al pollo por la planta del pie entre cuero y carne, cuando haya sangre, y luego, al instante, antes de un Credo, tulle y da algunas cabezadas, y en muy breve espacio, muere. Lo mismo hace en un gato u otro animal, si la hierba es buena. Yo he visto algunas tales que dándole una saetada a un venado o gamo, en huyendo cien pasos, poco más o menos, suelen estos animales volver la cabeza a donde recibieron el golep, y en un muy breve espacio que está parado, cuanto puedan hacer lo dicho, cuando se quieren volver a menear para huir, ya la hierba ha llegado al corazón y le va asiendo. Conócese esto en que el animal empieza a toser y da algunas cabezadas y gorma [vomita], y en un instante está muerto. [...] A los animales a quien más aprisa mata, es a los más coléricos, y así el jabalí, el lobo y el gato mueren más brevemente. (pp.27-28)

LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XXVIII. De la codorniz. [...] Susténtanse de semillas, trigo, cebada y mijo, de que son muy amigas, y asimismo del ave del gambre [vedegambre o verdegambre], que es veneno mortal y para ellas agradable manjar; y aunque en general es regalada comida, por esta causa muchos la estiman poco. [...] (pp.210-211)

[MARTÍNEZ DE ESPINAR, Alonso (1644): Arte de Ballestería y Montería, escrita con méthodo, para escusar la fatiga que occasiona la ignorancia. Alonso Martínez de Espinar, que da el Arcabuz a su Magestad y Aiuda de Cámara del Príncipe Nuestro Señor. En la Emprenta Real. Año de 1644. Madrid.] books.google.es (Edición original: books.google.es)


1726-1739 Diccionario de Autoridades

Corona de Castilla

BALLESTERO DE MAZA. Soldádo de la guárdia, que antiguamente tenían los Reyes de Castilla, nombrada de Ballestéros de maza, porque usaban de estas armas. Lat. Stipatores milites ballistarii. CHRON. DEL REY DON PEDRO, cap. 81. Y mandó à los ballestéros de maza de su guárdia le acabassen.
Hierba de ballestéro. Espécie de venéno, que se hace de las raíces de la Vedegambre, que limpias de toda suciedád y tierra se machacan y ponen en una prensa, para sacarles el xugo, el qual se cuece, y vuelto à colar, para que quede purificado de nuevo, se pone al fuego hasta que tome colór de arrópe y se espesse. Llámase assi, porque usan de él los Ballestéros para untar las puntas de los passadores y demás instrumentos puntiagúdos, à fin de envenenar las heridas y matar los animáles. Hácese tambien de otras hierbas; pero no tienen la eficácia que la de las raíces de la Vedegambre. Lat. Elleborum nigrum. Veratrum nigrum. ESPINAR. Art. Ballest. lib. 1. cap. 8. en el titulo. Como se hace la hierba de ballestéro como instrumento de caza.

CEBADILLA. s. f. La raíz, cepa, o cebolleta del Veratro, Eleboro, o Vedegambre, reducida a polvos: los quales entre otros efectos causan el de hacer estornudar excessivamente a quien los toma por las naríces: y como el que quiere dar a otro el chasco de verle estornudar repetidíssimas veces, se vale, para que tome estos polvos, del cebo de mezclarlos con tabaco, de aquí puede venirles el nombre de cebadilla, pues el derivarse de la Cepa, o Cebolleta de que se forman, incluye demasiada violéncia. Latín. Pulvis elleborinus. ESTEB. pl. 5. Compraba polvos de romero, y revolvíalos con cebadilla: y haciendo unos pequéños papeles los vendía a real.

ELEBORO. s. m. Hierba de que hai dos espécies, una llamada Eléboro blanco, y otra negro. El blanco, que es el más perfecto y más conocido, tiene las hojas semejantes a las del Llantén, o a las de las acelgas sylvestres; pero más cortas, más negras, y algún tanto roxas: el tallo cóncavo y alto de un palmo, el qual en comenzando a secarse suele desnudarse de su corteza. Fundase en muchas raíces delgadas, las quales proceden de una cabecilla larga y pequeña, como de una cebolla. El negro tiene las hojas semejantes a las del Plátano; pero menores, en parte hendidas, algo negras y ásperas: el tallo es áspero, las flores blanquecínas, que tiran algo a roxo, y juntas como en racímo, y la simiente como la del Alazor. Sus raíces son negras, sutiles y pendientes de una como cabezuela cebollúda. Esta hierba se llama tambien Veratro albo y negro, y Vedegambre blanco y negro: y el negro, segun otros, se llama tambien Hierba de ballesteros. Latín. Elleborus. Veratrum album et nibrum. LAG. Diosc. lib. 4. cap. 152. Parecese infinito en las hojas al eléboro blanco, aquella planta vulgar, que llaman Ophri los herbolários. MEND. Guerr. de Gran. lib. 1. num. 16. Cociendo el zumo de Vedegambre, a que en Lengua Romana y Griega llaman Eléboro negro, hasta que hace correa.

VEDEGAMBRE. s. m. Lo mismo que Eleboro. Llámase mas regularmente assi el blanco. Lat. Veratrum, i. FRAG. Cirug. lib. 4. cap. 16. En tal caso tomamos raices del Eleboro blanco, que por otro nombre se dice vedegambre. MEND. Guerr. de Gran. lib. 1. f. 28. Hai dos maneras (de yema) una que se hace en Castilla..... cociendo el zumo de vedegambre, que en Lengua Romana y Griega dicen Eleboro negro.

[REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (1726-1739). Diccionario de la Lengua Castellana en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua. Tomo I (A-B), Tomo II (C), Tomo III (D-F), Tomo IV (G-N), Tomo V (O-R), Tomo VI (S-Z).] Buscador online (Diccionario de Autoridades): apps2.rae.es


1765 Nicolás Fernández de Moratín

España

II - XLIX.

Salvia, retama, ruda, y el romero,

y el vinagre los cura enfermedades,

y el zumaque da alivio al pie ligero

del despeado en las fragosidades,

y el vitriolo, azufre y bedegambre*

de la sarna molesta quitó el hambre.

*Bedebambre: vedegambre, "Una onza de eléboro negro y de euforvio, que es bedegumbre en polvos." Arredondo. Albeif., ed. 1658, f.138 (RAE, tesoro)

[Hablando de los perros]

[FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Nicolás (1765): La Diana, o Arte de la Caza: Poema dedicado al Serenísimo Señor D. Luis Antonio Jayme de Borbón, Infante de las Españas, etc. Por Don Nicolás Fernández de Moratín, Criado de la Reyna Madre Nuestra Señora. Oficina de Miguel Escribano, Año de 1765. Madrid.] books.google.es


1817 Agronomía o Diccionario Manual del Labrador

General

ELÉBORO. Planta de que hay dos especies: una que tiene las flores blancas y la otra de un encarnado oscuro; se cría en los países montañosos y cálidos y solo se hace uso en la medicina de las raíces del que tiene las flores encarnadas; deben ser gruesas, bien criadas y de color negruzco. Purgan el humor melancólico, pero con tal violencia que es preciso robustez en las presonas a quienes haya de darse, y son menos dañosas en decocción. Son convenientes en la hipocondría, locura, vértigo, epilepsia, apoplegía, y es la dosis, en infusión, de un dracma a media onza.

[AGRONOMÍA O DICCIONARIO MANUAL DEL LABRADOR. Contiene todos los conocimientos necesarios para gobernar las haciendas de campo, harcerlas producir y conservar la salud, con otras muchas instrucciones útiles y curiosas. Traducida del francés por D. P. C. DE L. En la Imprenta de la parte. Madrid.] 1817: Tomo I (A-B), Tomo II (C-F) [faltan tomos]


22-26.6.1857 Lorenzo Grafulla

Matarranya (Teruel) / Tinença de Benifassà (Baix Maestrat, Castelló)

(De Valderrobles, pasado el puente sobre el Matarraña en dirección a los puertos de Beceite) seguimos marchando, tendiendo nuestra vista por la llanura que a nuestra izquierda se presentaba (la plana) donde los días 2, 3 y 4 de Septiembre tiene lugar una feria de ganados lanar, cabrío y cerda en respetable número; habiéndose creado otra para iguales días del mes de Mayor que nunca iguala de mucho a la primera o sea la de Septiembre. Pasado este terreno de abundante grava, se ven a uno y otro lado frondosos olivares, árboles frutales y campos de hortaliza y legumbres; luego va angostándose gradualmente el terreno, quedando reducido el camino a la ladera del barranco-río Pena. Las casas de campo se van presentando, y por ambas laderas aparecen pinares en lozana vegetación, así como boges [bojes] y eléboros, plantas que viven y florecen, mirando con indiferencia los fríos y nieves del invierno. [...] [La Asociación, nº 123 de 15 de mayo de 1888]

[GRAFULLA, Lorenzo (1888): "Un paseo por los Puertos de Beceite", en "La Asociación: revista profesional y científica de medicina y cirugía, farmacia y veterinaria de la provincia de Teruel" (1883-1891), por entregas, desde el nº 123, de 15 de mayo de 1888, al nº 150, de 15 de junio de 1889.] bibliotecavirtual.aragon.es


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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà

En continua actualización.