Belladona; belladona

Atropa belladona


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1875 Joaquín Salvador

Aragón y País Valencià: Caspe (Bajo Aragón-Caspe), Villarluengo (Maestrazgo) y Vilafranca (els Ports)

SOBRE LA BELLADONA.- En los números anteriores nos hemos ocupado de un vegetal de muchísimo uso en el día, y de los medios de reconocer sus sofisticaciones comerciales (la árnica). En el presente, vamos a tratar de otro que constituye un poderoso agente terapéutico cuando puro, y que muchísimas veces, por desgracia, no poduce resultado alguno, sobre todo en sus preparados, por el fraude escandaloso que del mismo están haciendo diariamente los explotadores. Tal es la planta denominada Belladona y, por algunos, con mucha impropiedad, Belladame.

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[SALVADOR Y BENEDICTO, Joaquín (1876): Sobre la Belladona. Boletín del Instituto Médico Valenciano, Nº 14, 1876. pp.176-177 y 210-212.] bibliotecadigital.imeval.org


1895 José Pardo

Aragón: Teruel

BELLADONA (Nota 3.º al Núm. 559).

La Belladona ha adquirido grandes prestigios en nuestra terapéutica. El uso de sus diferentes preparaciones es constante y cotidiano. Esta planta no es vulgar. En Aragón se cita solamente en terrenos muy elevados como Camarena, Cantavieja, Pirineos; y las más de las veces nos vemos obligados a valernos de la planta cultivada por no tener otra. Verdad es que la Belladona se da con tanta facilidad en nuestros huertos que se hace como espontánea, y criándose casi sin cultivo alguno, viene a poderse equiparar con la montana. La única dificultad para dicho cultivo es la del nacimiento. Si la semilla germina y nace bien, todo lo demás resulta fácil y por eso conviene mucho tener la semilla en agua por unos días antes de sembrarla, y mullir y preparar cuidadosamente el terreno destinado a la siembra.

Es, pues, hasta vergonzoso que los españoles tengamos que recurrir a la Belladona extranjera, como suele suceder, según nos cuentan los comerciantes peritos en la materia. Gracias aun si no nos dan muchas veces gato por liebre, como es mucho de temer tratándose de unas hojas que no son fáciles de reconocer. [...] Raro capricho ha sido llamar bella a una planta que de bella tiene tan poco.

[PARDO SASTRÓN, José (1895): Belladona. Nota 3.ª al Núm. 559. En Catálogo o enumeración de las plantas de Torrecilla de Alcañiz, así espontáneas como cultivadas. pp.145-146. Zaragoza: Tip. de E. Casañal y Com.ª, Cuatro de Agosto, 5.] bibdigital.rjb.csic.es


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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà

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