Abedul; bedoll

Betula spp.


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1839-1840 Labernia

Catalunya

ABEDULL. Arbre que creix fins la altura de trenta peus, es semblant al xop, la escorxa va mudant de color conforme al temps que tè, pux en las ramas novas es bermellenca, en las majors blanquinosa, en las vellas tota acrivellada, y serveix per tenyir de un groch pujat; las fullas alternadas y semblants a las del xòp, encara que mes petitas, y de un vert obscur, de gust amarch y un poch olorosas; las flors semblants á las de la noguera, lo fruyt sobre la mateixa rama, y arriba á ser de mes de una polsada de llarch y de cinch lineas de gros; es vert, cilíndrich, compost de moltas pellofetas separadas com en tres grills, agafats á una arrel comuna, que ocupa lo centro del fruyt; entre cada pellofa hi ha una llavor ab dos aletas membranosas. Est arbre dona per medi de la incisió feta en la primavera una aygua dosa y agradable, que se aplica per remey al mal de orina, al poagre y a la tisis; y serveix per a traurer las piga, hermosejar la cara. La seva fusta, que es molt estiraganyosa, serveix per a lligarne altras, per a fer paners, canastras, etc. Una especie de bolet que fa en aquest arbre es admirable per las morenas. 'Abedul y bidueiro, y semida' p. Gal. Betula.

[LABERNIA, Pere [de Traiguera] (1839-40). Diccionari de la Llengua Catalana ab la correspondència Castellana i Llatina. Estampa dels Hereus de la V. Pla. Carrer dels Cotoners. Barcelona.] 1839: Volum I (A); 1840: Volum II (H)


1845-1850 Madoz

Cantabria

ALDEA DE EBRO [localidad de Valdepradodel Río, comarca de Campoo-Los Valles]: El terreno es áspero y de mediana calidad, cubierto de montes poblados de corpulentos robles, hayas, abedules, alisos, tejos y avellanos.

[MADOZ, Pascual (1845-50). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Imprenta de D. Pascual Madoz. Calle de Jesús y María, núm.28 & Est. Tipográfico-Literario Universal, Calle de la Madera baja, núm.4. Madrid.] 1845: Tomo I (ABA-ALI), Tomo II (ALI-ARZ); 1846: Tomo III (ARR-BAR), Tomo IV (BAR-BUZ), Tomo V (CAA-CAR); 1847: Tomo VI (CAS-COR), Tomo VII (COR-EZT), Tomo VIII (FAB-GUA), Tomo IX (GUA-JUZ), Tomo X (LAB-MAD); 1848: Tomo XI (MAD-MOS); 1849: Tomo XII (NAB-PEZ), Tomo XIII (PIA-SAZ), Tomo XIV (SEA-TOL), Tomo XV (TOL-VET); 1850: Tomo XVI (VIA-ZUZ). Consultas online: diccionariomadoz.com


1851-1857 J. Oriol Ronquillo

Diccionario

ABEDUL, BETULA. Género de plantas. [...] Aunque se divide en diez y seis especies, en España solo se conocen dos o tres, y la más importante es la siguiente:

Abedul blanco (Betula alba, L.). Este árbol, que crece en los lugares estériles, pizarrosos, arenosos, es notable por su corteza de epidermis blanca nacarada, sobre la cual se puede escribir, y que se separa en hojuelas distintas; crece hasta en las altas montañas y casi en los límites de la vegetación del Norte, en donde se achaparra de una manera notable, teniendo entonces el leño más duro. Los habitantes de estos lugares desolados por la intensidad del frío, en donde casi apenas se pueden descubrir algunos vegetales, saben aprovechar las ventajas preciosas que les ofrece el abedul, que se les presenta formando bosques inmensos, llegando a adquirir la talla de las encinas, cuando en los climas cálidos no se eleva sino a dos o cuatro pies. Sus ramas son colgantes y delgadas, y sus hojas algo vistosas y aserradas. Entre nosotros, sus hojas amargas, detersivas, resolutivas, son usadas en la hidropesia, la sarna, y empleadas en el tinte amarillo; con sus ramos se hacen escobas, cestos y sogas flexibles; su madera es empleada para diversas obras económicas, como pinas [entre la llanta y los rayos de la rueda], aros, zuecos, etc., y con ella se hace excelente carbón de forja.

Desde mediados de marzo hasta mediados de mayo, y más tarde en Noruega, etc., el abedul deja rezumar por sus ramos cuya extremidad se ha cortado, un líquido o savia abundante bastante agradable, azucarada, que las gentes del campo, sobre todo los leñadores, beben, y que se dice ser útil en el cálculo de los riñones y de la vejiga; también se puede extraer de ella un poco de azúcar, preparar una especie de alcohol dejándola fermentar, o vinagre haciéndola acedar.

La epidermis de labedul, que es muy gruesa, se separa por capas plateadas, delgadas, sobrepuestas; estas láminas, sobre todo la más interior, están cubiertas de un polvo que también se encuentra en su espesor, lo qu elas hace ásperas al tacto; se le observan los caracteres de una resina, y su olor particular se asemeja al de la resina de guayaco. [...] La destilación de la corteza de abedul da origen a un aceite pirogenado, de un olor particular, que se llama olor de cuero de Rusia, porque en Rusia se preparan los cueros finos con este aceite, que, se dice, les da una flexibilidad, una finura y una duración más señaladas, además de preservarlos de los insectos. [...]

La corteza del abedul es propia para el tinte amarillo, sirve en el Norte para cubrir las casas; los aldeanos rusos la emplean como febrífuga y en el histérico. Los Lapones hacen un ungüento con las hojuelas de su corteza mezcladas con la resina de los abetos, del que se sirven como resolutivo; también hacen moxas [para cauterizar la piel] con el biso amarillento (especie de hongo) que se encuentra en las rajas de la corteza. Por último, en Kamschatka [Kamchatka] se corta la corteza verde del abedul, y se come con el cabiar [sic, caviar].

Antiguamente, este árbol era llamado Arbor sapientiae, porque de él se formaban los azotes en los colegios; en seguida, Vaillant le dio el nombre de Cetro de los maestros de escuela. Tragus cree que antes del uso del papel, se escribía sobre la corteza blanca del abedul.

[RONQUILLO, José Oriol (1851-1857). Diccionario de materia Mercantil, Industrial y Agrícola, que contiene la indicación, la descripción y los usos de todas las mercancías. Imprenta de D. José Gaspar, calle de Cervantes, 3. Barcelona.] 1851: Tomo I (AAB-CAU); 1853: Tomo II (CAV-FUL); 1855: Tomo III (FUL-ORT); 1857: Tomo IV (OSF-ZUM, e índice de todas las entradas)


1861 Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio

España

CAPÍTULO III. MONTES. II. DE LA DESAMORTIZACIÓN DE LOS MONTES. Nueva situación creada al ramo de los montes por las leyes de Desamortización. Conveniencia y necesidad de que los montes no desaparezcan. Clasificación por especies propuestas por la Junta facultativa para el cumplimiento de la ley. [...]

El Real decreto de 26 de Octubre de 1855, dividió los montes públicos para los efectos de la ley de desamortización, en las tres siguientes clases:

Primera. Montes que deben conservarse sujetos a las Ordenanzas del ramo y que se exceptúan, por tanto, de la enajenación. Se compuso esta con los de abetos, pinabetes, pinsapos, pinos, enebros, sabinas, tejos, hayas, castaños, avellanos, abedules, alisos, acebos, robles, rebollos, quejigos y piornos.

Segunda. Montes de enajenación dudosa, respecto de los cuales se había de decidir por el examen especial de cada caso particular. Correspondían a esta los alcornocales, encinares, mestizales y coscojales.

Y tercera. Montes que se declaraban desde luego en estado de venta. Las fresnedas, olmedas, lentiscales, cornicabrales, tarayales, alamedas, saucedas, retamares, acebuchales, almezales, bojedas, jarales, tomillares, brezales, palmitares, y demás no comprendidos en las anteriores.

[Texto completo en la página 117]

[Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio (1861): Memoria elevada al Excmo. Sr. Ministro de Fomento por la Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio sobre el estado de los ramos dependientes de la misma en Octubre de 1861. Imprenta Nacional. Madrid.] books.google.es


1877 Galo de Benito

Madrid

UTILIDAD DE QUE LOS AGRICULTORES APROVECHEN LOS TERRENOS DE INFERIOR CALIDAD EN EL CULTIVO Y PRODUCCIÓN DE PLANTAS LEÑOSAS. Conferencia agrícola pronunciada en la Universidad central por el ingeniero agrónomo D. Galo de Benito y López el 22 de Abril de 1877. [...]

De las especies forestales ya hemos dicho que la mayoría pueden utilizarse para el objeto que nos proponemos, utilizando unas u otras según el caso en que nos encontremos, pues no necesitamos advertir que si los terrenos son secos y algo templados, deberán preferirse las encinas, enebros y varios arbustos; si disponen de alguna más frescura y fertilidad, de los robles, alcornoques y castaños; si se hallan elevados y constituidos principalmente por la sílice, de los pinos y hayas, y si se encuentran en riberas o sitios pantanosos, los avellanos, fresnos, chopos, alisos, abedules y sauces serán los más propósito (pàg.377)

[VVAA (1878). Conferencias agrícolas de la provincia de Madrid. Recopiladas e impresas en virtud de orden de 1º de Mayo de 1878 de la Dirección General de Instrucción Pública, Agricultura e Industria. Imprenta del Colegio Nacional de Sordo-mudos y Ciegos. Calle de San Mateo, 5. Madrid.] books.google.es


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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà

En continua actualización.