Halcones y otras aves de cetería; falcons i altres aus de cetreria
Spp.
1177 Fuero de Teruel
Aragón
651. De aves. Mando encara que, si alguno aves de caça agenas matare o linençiare e provado'l fuere, peche las por la jura de lur sennor; si non, jure solo el blasmado e sea credido.
661. Del que venado moviere. Mando encara que qual quiere que venado con sus carnes primera mientre moviere, o puerco o çiervo o cabrón o liebre o conejo o perdiz o ad éstas semejantes, sea suya, maguera que [aunque] otro omne o canes agenos o auf agena el venado matare, o caya en ageno engenio, sacada casa [trampa?]. Qual, si alguno fiziere casa pora [para] prender ençebros o otro venado et otro en aquella casa prisiere venado, dé al sennor de aquella casa la meytat de aquel venado e pora sus huebos [necesidades] prenga la otra meytat que finca [queda], segunt del fuero.
663. Del que can matare sobre caça. Otrosí, qual quiere que can de caçador o af agena sobre caça matare o linençiare e provado'l fuere, peche la dupplada por la jura de su sennor; si non, jure solo el blasmado e sea credido.
664. Del que ad af caça tolliere. Decabo, si alguno a can o ad af caça tolliere e provado'l fuere, peche X sueldos e rienda la caça dupplada; si non, jure solo. Et si por aventura aquel can o aquella af por aquello se perdiere e provado'l fuere, peche lo por la jura de su sennor; si non, jure solo el blasmado e sea credido.
668. Del que fuere tras venado. Decabo, si alguno tras venado fuere o con canes caçare o con aves e aquel venado en lazo o en ageno engenio cayere, los caçadores prengan el venado e decabo paren el engenio, segunt del fuero. Que si non lo fizieren e provado les fuere, pechen V sueldos, assí como de engenio desparado en las siguientes cosas será dicho; si non, jure solo que el engenio non desparó.
[GOROSCH, Max (2007): Tiempo de Derecho foral en el sur aragonés: los fueros de Teruel y Albarracín. Tomo II. Zaragoza. Amb el facsímil: El Fuero de Teruel, de Max Gorosch. Stockholm, 1950.] derechoaragones.es
1257 Fuero de Requena
País Valencià
Libro 1, Titullo III, 10 Del que fiziere carrera por el senbrado ageno. Qual quiere que por senbrada agena fiziere carrera, peche diez sueldos, et el que por senbrada agena caçare con gavilan, peche diez maravedis, et quien en mies ajena cogere granos con la unna quanto en la mano pudiere çerrar, non peche nada si non una vegada lo fiziere, ca si dos vezes lo fiziere en la mies, peche çinco sueldos, et quien con foz o con cuchillo o en otra mannera granos cogiere sacado con la unna, peche un maravedi.
Libro 1, Titullo VIIII, 39 De los que quieren mantener bifdedad [viudedad]. Si el bifdo o la bifda quisiere mantener bifdedad, estas cosas les sean dexadas sin partiçion: al bifdo su cavallo et las armas asi de fierro como de palo et el lecho en que yaziere primeramente con su muger et las aves asi como gavilanes et açores, et a la bifda non le partan el lecho que solie tener con su marido et denle otrosi canpo de un cafiz senbradura et un yugon de bueyes et una arançada de vinna, mas non de parral, et esto ayan los bifdos de derecho por bifdedad et non mas, et estas bifdedades les sean dadas de aquellas cosas que en uno ovieren ganado et non de otras cosas, et si por ventura, el dia de la partiçion alguna cosa destas non tovieren, las que tovieren tomen e non otras ningunas.
Libro 4, Titullo IIII, 1 De los venados et otrosi de los caçadores. Qual quiere que venado moviere del comienço con canes asi commo puerco montes o çiervo o osso o liebre o conejo o perdiz o otra cosa qual quiere, sea suya, maguer que otro omne o can ageno o ave ajena lo matare, o cayere en engenno ajeno, salvo la casa [caça?, trampa?], et quien casa fiziere para tomar venado et otro tomare venado en esa casa, de la meytad al sennor de la casa et la otra meytad sea del caçador.
Libro 4, Titullo IIII, 3. Del que matare can. Quien can buscador ageno o ave sobre la caça matare, pechelo por jura de su sennor, et quien el can o el ave lisiare otrosi, pechelo por juri de su sennor.
Libro 4, Titullo IIII, 4. Del que tirare la presa al can. Qual quier que al can o al ave la presa tirare, peche un maravedi et la presa doblada, (et si el can o el ave por aquella ocasion fuere perdida, pechela) por juri de su sennor, et quien en hueste o en otro logar al venado tiriere primeramente aya la cabeça con quanto la oreja alcançare si (puerco fuere), si fuere çiervo aya el cuero, et si fuere osso aya la terdega lomil et de la carne su parte, et quien le defendiere esto, pechelo doblado. [Pechar: pagar. Terdega: túrdiga, tira de pellejo.]
[DOMINGO IRANZO, Eugenio (2008): El fuero de Requena (14 de agosto de 1257, por Alfonso X de Castilla). Ed. Ayuntamiento de Requena, Archivo Municipal de Requena y Centro de Estudios Requenenses. Colección Fuentes documentales de Requena y su Tierra, 2. Requena, Valencia.] requena.es
1460 Maestre Racional
Reino de Aragón
(Documento) 2.- 1460, enero 25, Barcelona. Veinte halcones sicilianos para el Príncipe de Viana. Arch. Reino Valencia. Maestre Racional, núm. 9.803, fol.80.
Item doni a'n Marti d'Almoroix, caçador del senyor princep, fill del senyor rey, CLXXVI solids X denaris barchinonenses, los quals lo dit senyor li mana donar ab albara de scriva de racio, scrit en Barchinona a XXV dies del present mes de giner del any M CCCC LX, per a obs de pagar al patro de la nau de micer Miquel Pere lo nilit de XX falcons maltesos, los quals mossen Pere de Ledesma trametia al dit senyor, de Sicilia, ab la dita nau. E per pagar dret de general, e al barquer per traure los dits falcons de la dita nau, segons que en lo dit albara se conte, que cobre.
(Documento) 8.- 1460, septiembre 30, Zaragoza. Fernando de Trujillo abona 150 florines de oro a Juan de Mallorques, halconero del Príncipe de Viana, por su salario de octubre, noviembre y diciembre, más la manutenciòn de cuatro hombres de caballo, uno de pie, cinco halcones "sacres" y uno "pelegrí". Arch. Reino Valencia. Maestre Racional, núm. 9.815, fol.342 v.
Item doni a mossen Joan Mallorques, falconer del illustrisim princep don Carles, fill del senyor rey, CL florins d'or VI sous barcelonesos, los quals lo dit senyor ab albara de scriva de racio, scrit en Çaragoça lo derrer dia del mes de septembre, li mana donar per raho de sa quitacio dels dits mesos, a raho de X florins d'or per cascun mes, e per la quitacio de IIII homens de cavall, e per la provisio de un home de peu, e per la provisio de V falcons sacres e de un falco pelegri que ha tengut, segons en lo dit albara se conte, que cobre.
(Documento) 25.- 1460, diciembre, 31, Zaragoza. Juan II manda abonar el salario de Luis Sorrenco, halconero del Príncipe de Viana, más los gastos ocasionados por un halcón "sacre" y un mozo de caballo. Arch. Reino Valencia. Maestre Racional, núm. 9.815, fol.341.
Item doni a Luys de Sorrenco, falconer del illustrisim princep, fill del senyor rey, XXXXII florins d'or, los quals lo dit senyor ab albara de scriva de racio, scrit en Çaragoça lo dia present, li mana donar per quitacio sua del primer dia del mes de octubre del any M CCCC LX fins per tot lo derrer dia del present mes, a raho de VIII florins d'or per cascun mes, e per la provisio de dos falcons sacres, e per la provisio de un moço de cavall que ha tengut per tot lo dit temps, segons en lo dit albara se conte, que cobre.
(Documento) 26.- 1460, diciembre, 31, Zaragoza. Pago de 34 florines de oro a Martín de Barasuán, halconero del Príncipe de Viana, por su salario de octubre, noviembre y diciembre, además de la manutención de un mozo de pie y de dos halcones. Arch. Reino Valencia. Maestre Racional, núm. 9.815, fol.341 v.
Item doni a Marti de Barasuan, falconer del illustrisim princep do Carlos, fill del senyor rey, XXXIIII florins d'or X sous barcelonesos, los quals lo dit senyor ab albara de scriva de racio, scrit en Çaragoça lo dia present, los mana donar per sa quitacio dels mesos de octubre, noembre propasats e deembre present, a raho de VIII florins d'or per cascun mes, e per la provisio de un moço de peu, e per la provisio de dos falcons que ha tengut, segons en lo dit albara se conte, que cobre. [Más halconeros en los documentos 50 y 51.]
[GUAL CAMARENA, Miguel (1961): Notas y documentos sobre el Príncipe de Viana. Hispania, revista española de historia, Número 82. pp.189-231. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Jerónimo Zurita.] books.google.es (vista de fragments) - academia.edu
1580 Onofre Pou
Catalunya
Caça de perdius ab esparver:
[...]
La caça.
Lo caçador.
Cosa de caça.
Perdiu.
Lo esparver.
Les lonjes.
Posar les lonjes al esparver.
Posar lo esparver en la perxa.
Posar lo capirot al esparver.
Lo capirot.
Llevar lo capirot al esparver.
Aportar lo esparver en la ma.
Llançar lo esparver ab gran furia.
Lo esparver dona en les perdius.
Animar lo esparver.
Lo esparver ha gafat la perdiu.
Seguir lo esparver ab crits y siñuelos.
Cobrar lo esparver. [...] (fulla 46)
*No transcribim la traducció en llatí
[POU, Onofre (1580): Iesus: Thesaurus Puerilis. Authore Onophrio Povio Gerundensi Artium Doctore. Apud Ioannem Paulum Menescal. Barcinone.] books.google.es
1644 Alonso Martínez de Espinar
Reino de Castilla
LIBRO SEGUNDO - CAPÍTULO XLII. De la liebre y su calidad. [...] Mátanlas también con lazos y asimismo las vuelan con los halcones. [...] (pp.173-176)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO I. Del águila y sus propiedades y de otras aves de presa. [...] Hay otra especie de águilas más pequeñas de cuerpo que las reales; son del tamaño de un gerifalte; llamámoslos meliones [esmerejones]; tienen el pecho apedreado de plumas blancas y pardas; el plumaje es más redondo que las águilas; es esta ave muy ligera y fuerte y grandísima cazadora: mata todo género de caza, como el águila. [...] (pp.183-185)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO II. Del halcón gerifalte. (Aunque no es mi profesión, pondré aquí los nombres de los halcones que yo conozco, porque son aves de rapiña.) El mayor de los halcones es el gerifalte; es del tamaño de un melión [esmerejón], que es menor algo que el águila; críanse en las montañas de Noruega y en las de Irlanda y Suecia; los mejores son de Noruega, aunque son mayores de cuerpo los de Irlanda, y tienen el plumaje más blanco; en sus principios son pintados de plumas pardas y blancas, y por el lomo más oscuros que por el vientre y pechos; después de mudados, lo que era pardo por el lomo, queda de color azul, y las pintadas blancas mucho más claras; tienen los gerifaltes los pies y piernas de color entre azulado verdemar, y con el tiempo se les van poniendo más blancos y algunas veces amarillos; susténtanse de las aves que rinden en el aire; matan ánsares, garzas, labancos [tarros?], zarcetos, trullos [especie de pato?], palomas, perdices; y apretados del hambre, matan cualquier ave que topan, por fuerte y ágil que sea, porque es mucha su ligereza y ánimo; son de su naturaleza muy cálidos, y no se crían sino en tierras muy frías, ni se conservan bien en las calientes si no es teniéndolos en lugares frescos y cazando con ellos en invierno, porque con el calor no tienen suficiente aliento para volar; cazan con ellos solos y acompañados, siendo su compañero de su misma especie, y habiendo de ser de otra, es necesario que los cazadores con su industria los hayan hecho que se conozcan; su sustento es siempre carne fresca y caliente de las aves que matan; lo primero que comen de ellas, después de haberlas degollado, es el corazón y lo que está más cerca de él. El vuelo que generalmente matan con ellos es el milano rubio, y es caza de que gusta mucho ver pelear dos aves de rapiña casi tan grande la una como la otra. Son los gerifaltes aves pacíficas entre sí y muy hermosos a la vista, aunque son dificultosos de amansar. (pp.185-186)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO III. Del halcón sacre. Es el sacre poco mayor que el gerifalte; críanse éstos en Armenia y de allí pasan a diferentes regiones; yendo de paso toman muchos en las islas de Candía [Creta], Grecia, Malta y Sicilia; son sus plumas pardas, y por los pechos mezcladas de pintas blancas; tienen la cabeza grande, el pico fuerte y corvo, como las demás aves de rapiña; los ojos encendidos, las piernas blanquecinas, gruesas y nudosas; las uñas recias y agudas; témenlos todas las aves porque son de grandísimo ánimo, y en acometiendo a cualquiera, por dificultoso que sea, la mata, si no busca su defensa en los árboles o en la tierra; porque en llegando el sacre a cubrirlos y ponérseles encima, ninguna se atreve a porfiar con él, que son sus uñas de mayor presa que las de los demás halcones; porque en cerrando la mano, por maravilla suelta, es su vuelo tan prolijo y constante, que sin volverse a sentar vuela todo un día; son de calidad más templada que los gerifaltes, y por esta causa les dura más el aliento; vuelan tan alto, que es remontan del otro cabo de las nubes, y allí suelen asir las aves. Es su condición áspera y enojosa, y es tanta su crueldad, que viéndose apretado de la hambre, acomete a otros halcones, aunque sea de su misma especie; particularmente si andan dos o tres en compañía, van tras el forastero, y el primero que come es el más valiente, y el de menor valor, a la postre. Estos y los gerifaltes hacen lo que no se ve en otros halcones, que es matar a un milano, con ser ave tan grande, corvo pico y rasgadas uñas. Después de todas las acedías de esta ave, estando bien enseñada, vuelven a la mano del cazador. El vuelo del sacre es más prolijo que el del gerifalte, mas no es tan presto y ligero como él. (p.186)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO IV. Del halcón neblí. Los neblíes se crían en las montañas de Persia y Moscovia [Rusia] y en muchas de las regiones de Escitia que caen debajo del Norte y en las alturas de los Alpes, aunque en toda Francia, Flandes e Italia los tienen por pasajeros y no saben de dónde vienen, y los suelen llamar peregrinos, y danles con propiedad este nombre por las muchas tierras que andan. En España los llamamos neblíes por la condición que tienen de amansarse. Reconocen el regalo de su cazador, sin que en ellos se conozca muestra de enojo; de éstos se cogen muchos en las campiñas de Flandes y en las de Chipre y Rodas; pero los que se toman en Creta son de grandísima estimación. En España los toman en tiempo de invierno, cuando las palomas torcaces vienen a invernar en ella, que como es lo más de que se sustentan, se vienen tras de ellas y es tan grande su conocimiento, que si el verano se van a criar a su tierra, vuelven el invierno al monte donde tienen querencia. Esto se comprueba habiendo asido algunos y amansándolos y después perdídoso y estando el verano en su libertad, y en el invierno siguiente haberle vuelto a coger en el mismo monte; esto es cosa muy común que ha sucedido muchas veces. Es el plumaje del neblí en su principio, y en mudando, azul oscuro, de color de flor de endrina; son blancos por los pechos, los cuales tienen llenos de pintas azuladas; su cuerpo es menor que el del sacre, pero de más velocidad y ligereza y de mayor aliento, y por esto se atreven a pasar anchos mares, y algunas veces se ha visto sentarse en las entenas y árboles de los navíos para descansar; tienen los pies del color del gerifalte, y cuando se ceban mucho en palomas, se les ponen más amarillos; hacen sus cazas en las campiñas rasas; sus presas son palomas, ánades, zarapitos, sisones, alcaravanes, cuervas y otras aves del tamaño de éstas, aunque en poder de los cazadores matan la garza. (p.187)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO V. Del halcón baharí [halcón peregrino]. Los baharíes se crían muchos en nuestra España, en peñas muy altas; cuando pollos son pardos, y mudados, vuelven su color, algo semejante al del neblí. [...] (p.188)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO VI. Del halcón montano [también halcón peregrino?]. Los halcones montanos fueron llamados así porque se crían en las montañas; es su color ceniciento, variado de pintas oscuras; son casi del tamaño de los neblíes, más cortos de cuerpo y pluma, pero muy fuertes; es su condición áspera y airada; son tan animosos, que acometen a cualquier ave, por fuerte y grande que sea; no se deben echar a la que no pueden matar, porque se desesperan y pierden; y si alguna vez vuelven al cazador, se vuelve contra él o contra el halcón que les ayuda; que son de muy mal natural. (p.188)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO VII. Del halcón borní. Algo semejante a los pasados son los que llamamos en España borníes, los cuales son de su mismo tamaño y se crían en las montañas de León y en otras provincias. En un principio son pardos claros, y en mudando quedan como azulados; en su condición áspera; en su natural matan palomas y aves pequeñas; en poder del cazador, perdiz y liebre, y en compañía, matan la cuerva. (pp.188-189)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO VIII. Del halcón alfaneque. Los alfaneques se crían en Berbería y se venden muchos en Orán [Argelia]; su color, en el principio es blanquecino, con unas pintas pardillas, y después de haber mudado se vuelven más blancos, y las pintas se hacen como azules claras, blanquecinas deslavadas; éstos son más flojos que los demás halcones y menores que los baharíes, y así, no matan sino avecillas pequeñas cuando están en libertad, y con la industria de los cazadores matan la perdiz y picaza y vuelan la liebre. (p.189)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO IX. Del halcón tagarote. Los tagarotes también se crían en África; son del color de los neblíes, aunque lo blanco de sus plumas es algo encendido, como color de Brasil [colorante del palo brasil]; son más pequeños de cuerpo, pero de grandísimo ánimo, tanto que suelen acometer grandes aves, aunque, como pequeños, no tienen fuerza, y se ha visto asir un cisne y no soltarle hasta que se zambulló debajo del agua. Cazan en su natural todas las aves que los otros halcones de mayor cuerpo, y así, con razón, son muy estimados; es su condición noble, que por ella y por su forma han entendido algunos ser generación de neblíes, pero diferéncianse de ellos en batir más aprisa las alas. (p.189)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO X. Del halcón azor. Es el cuerpo del azor más corto que el del neblí; es más alto de piernas que él; su color, oscuro que tira a negro; por el vientre, pecho y lados tienen ondas de blanco y pardo oscuro, que le hermosean; son sus ojos dorados y muy lustrosos; cazan estas aves palomas, perdices y liebres; es más astuto que los demás halcones; vuela muy junto a la tierra, por no ser visto de caza, hasta estar sobre ella. [...] (p.189)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XI. Del halcón aleto. El aleto es una especie de halcón que se cría en las Indias, pequeño de cuerpo, pero de generoso ánimo; es su brío y aliento tanto para volar todas las aves que se ofrecen, que dicen acomete a los ánsares y grullas, y no teme ninguna, aunque sea el águila, y en compañía la acometerá; es casi del color del neblí; tiene la cabeza grande en proporción de su cuerpo, los ojos encendidos y lustrosos, el pico corto y ancho, las alas largas y levantadas, las plumas de la cola cortas, los muslos fuertes y las piernas escamosas, los dedos de los pies nudosos; crían en peñas altísimas, donde no pueden llegar pies humanos; son de muy buenas costumbres y se amansan fácilmente, y así se estiman mucho; vuelan con ellos las perdices, porque son los que mejor y más matan; para su agilidad no le embarazan las espesuras, que por las matas entra tras ellas, como si no hubiera monte; cosa que no lo hacen los otros halcones. Es necesario darles de comer siempre carne fresca, y de manera que esté sin haber perdido el calor natural, porque con ella se sustentan con sanidad, y dándole fría y corrompida, enferman. (p.190)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XII. Del halcón gavilán. Es el gavilán especie de azor; es mucho menor de cuerpo que él. [...] (p.191)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XIII. Del halcón esmerejón. El esmerejón es muy pequeño, menor que el gavilán. [...] (p.191)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XIV. Del halcón alcotán. Hay otro halcón, que llamamos alcotán, menor que el gavilán y mayor que el esmerejón. [...] (p.191)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XV. Del halcón cernícalo. El cernícalo tiene la cabeza grande y ancha, en proporción de su cuerpo; el pico corto y casi negro, los pies amarillos y las uñas negras; el color de su plumaje, por la capa, es canelado, y la cola con unas pintas negras; sobre lo canelado es el más innoble de los halcones en su natural; suele matar algunos pájaros, y los que son de buena casta en poder del cazador matan las aves frías y tal vez la paloma. Hay otras muchas generaciones de halcones adulterados que, por no cansar, no los refiero: el que quiera saber el modo de criarlos, y enseñarles para la caza, y el regalo con que se han de tratar, y la curación de sus enfermedades, lea a Belisario Alberto, a Pedro Crescientense y a Demetrio; y en lengua francesa, a Guillermo Tardedo, y en alemán, a Everando Tapio, que todos escriben largamente de los halcones, y algunos otros, cuyas obras son más comunes. Asimismo hay otras generaciones de aves que llamamos de rapiña, que no se amansan ni se caza con ellas, que todas se sustentan de carne que hallan muerta y de sabandijas que matan. Hay buaros redondos [busardos?], buarillos [búhos?], dardabasíes [elanios?], arpellas [aguiluchos] y milanos negrillos y milanos rubios, y de todos estos, éste es el más útil; cébanse en carne muerta y en lagartos y ratones, y alguna vez es atrevido para robar los pollos. He hecho estos apuntamientos para cumplir con la definición de la cetrería, que puse en el principio de este arte, y por no ser de mi profesión, doy aquí los autores que lo escriben, para quien lo quisiere saber más en particular. (p.191)
*No dice nada de las águilas calzadas, culebreras y perdiceras?
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XXXII. De la garza. [...] Son comúnmente enemigas de estas aves las águilas, halcones y demás aves de rapiña, y cuando se ven perseguidas de ellas, si han comido mucho, dicen vomitan los peces, ofreciéndoles a los que las persiguen. Yo digo que para aligerarse y poder huir, que el mayor remedio de su vida en aquel tiempo son sus alas. Es tanto alto y prolijo el vuelo de las garzas, que suben más altas que las nubes. cuando ven el neblí o gerifalte y se ven de ellos alcanzadas, no habiéndoles aprovechado sus alas, vienen huyendo a la tierra, y encajando el agudo y fuerte pico en ellas, vuelto para su defensa hacia arriba, se deja caer de lo alto, y bajado el enemigo a ella, halla en la presa su daño, porque hincándose por los pechos el pico de la astuta garza, suele venir muerto del aire a la tierra. Cuando barruntan tempestad, vuelan, dando muchas voces, a las marinas o riberas de los ríos. Cazan estas aves con los halcones por grandeza, porque ellas y su carne son de muy poco provecho; sólo su unto le estiman para algunos medicamentos. [...] Todas son de la calidad de la garza, y las vuelan los halcones. (pp.214-215)
LIBRO TERCERO - CAPÍTULO XXXVI. De los modos que hay de cazar las perdices. [...] Mátanse con los halcones; particularmente las vuelan con azores, borníes y aletos, y aún los perdigones nuevos los matan los gavilanes; y cuando son nuevos, a carera de caballo y con perros los matan. [...] (pp.218-223)
[MARTÍNEZ DE ESPINAR, Alonso (1644): Arte de Ballestería y Montería, escrita con méthodo, para escusar la fatiga que occasiona la ignorancia. Alonso Martínez de Espinar, que da el Arcabuz a su Magestad y Aiuda de Cámara del Príncipe Nuestro Señor. En la Emprenta Real. Año de 1644. Madrid.] books.google.es
1839 Diccionario de Borao
Aragón
ALFERRAZ. n. Una de las variedades del alcon [halcón] [n.= nueva del autor]
[BORAO, Gerónimo (1839): Diccionario de Voces Aragonesas. Imprenta y librería de D. Calisto Ariño. Zaragoza.] books.google.es
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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà