Camaleón; camaleó
Chamaeleo chamaeleon
1823 Bory de Saint-Vincent
Andalucía: bahía de Cádiz
Le Rio Guadaira. [...] (La baie de Cadix, entre les salins de Puerto-Réal) Dans quelques parties un peu moins basses de la Marisma, où se voient des buissons de Lentisques et de Tamaris mêlés au Genevrier de Phénicie, et entrelacés de Smilaces divers, se rencontrent plusieurs espèces d'insectes qu'on avait crus jusqu'ici propres aux côtes barbaresques, et plusieurs petis animaux africains, entre lesquels nous avons souvent surpris le Caméléon. Le même fait s'observe depues l'embouchure du Guadalquivir jusqu'aux environs de Tariffa où la nature semble être africaine. [...] (p.144)
V. La Péninsule fut jointé à l'Afrique. [...] Des animaux qu'on ne retrouve dans aucune partie de l'Europe sous les mêmes parallèles, étrangers à Chypre, à la Morée [Peloponeso], aux Calabres ou à la Sicile, et qu'on a de tout temps regardés comme exclusivement africains, vivent ici communément. Qui eût répandu sur les buissons de Lentisques et sur les arbres du versant Bétique, ces Caméléons tardigrades que nous y avons si souvent observés? De tels êtres ne sauraient voyager; ce n'est que bien lentement qu'ils passent d'un rameau à quelque rameau voisin; comment eussent-ils fait un trajet tel que celui que nous voyons aujourd'hui entre les deux points opposés de l'Espagne et du royaume de Maroc? (p.230)
[BORY DE SAINT-VINCENT, Jean-Baptiste (1823): Guide du Voyageur en Espagne, par M. Bory de Saint-Vincent, correspondant de l'académie de sciences, l'un des officiers supérieurs anciennement attachés au dépôt de la guerre, et aide-de-camp de son excellence le duc de Dalmatie, durant la dernière guerre d'Espagne (1808 a 1813). Louis Janet, librairie, rue Saint-Jaques, n.º 5. Paris. 1823.] books.google.es
1889 Alejandro Pontes
General
CAMALEÓN. Para perpetuar y transmitir el pueblo sus errores, no necesita en verdad más que posesionarse de ellos, y sin letras ni signos que se los recuerden correrán, y tal vez con creces, de generación en generación y de pueblo en pueblo; mas, si la idea se expresa en una copla, entonces adquiere una extremada popularidad. Dícese que los camaleones se mantienen de aire, y más de una vez y en distintos pueblos hemos oído cantares en que se hace constar semejante absurdo; así que no hay grande ni pequeño que ignore la supuesta cualidad, si bien muchos se sirven de ella como de una imagen para significar análogos deseos o exagerada opinión de sí propio o de otra persona, por más que no ignoren lo que hay de cierto en este punto.
Tamibén se ha dicho que el camaleón no tiene color propio, y que toma el de los cuerpos que le son más inmediatos, y han comparado esta condición a la de ciertos palaciegos y algunos hombres bajos y serviles, que obrando siempre sin opinión ni voluntad propia se acomodan a cualquier ajeno capricho, y sólo piensan, o al menos hablan, conforme a las ideas de la persona a quien adulan. Es verdad que el camaleón está dotado de la maravillosa facultad de cambiar de color; que según refieren algunos observadores, durante la noche, en la oscuridad, o durante su letargo, campea un tono general amarillo pálido; al despertar, y cuando es halla ligeramente excitado, se destacan en su superficie manchas o líneas pálidas o grises, o de un negro más o menos intenso o parduzco; otras de un amarillo rojizo u obscuro, distribuídas a veces con regularidad en forma de gotas, afectando distintas figuras. La misma superficie que suele presentarse con color uniforme, adquiere lenta e imperceptiblemente diversos matices de amarillo bajo, de gris más o menos obscuro, azulado, pizarreño o plomizo, y algunas otras combinaciones de colores, siendo la coloración más común la de manchas negras o amarillas sobre diversos fondos, y su color ordinario parecido al de la corteza de las ramas y de los troncos de los árboles en que vive, o el de las hojas, entre las cuales trata de ocultarse; mientras que jamás adquiere el color completamente blanco ni el rojo puro, según antiguas y repetidas observaciones. Todos estos cambios se verifican siempre con lentitud, y las distintas explicaciones que se han dado de ellos, ninguna satisface; así que el hecho existe, pero falta aún explicarle de un modo satisfactorio.
Este ser, que en España se encuentra en las provincias meridionales, tiene el cuerpo comprimido lateralmente; cuatro patas bastante largas, delgadas y muy poco separadas de la línea media; de modo que a causa de la estrecha base que abarcan sus extremidades, no pueden correr, y en superficies planas le es muy difícil la marcha o progresión; en cambio trepa por las ramas con mucha facilidad, porque además de tener cinco dedos en cada pata, dos oponibles a los otros tres, por lo cual puede agarrarse bien, tiene una larga cola prehensil, que enroscándola a manera de hélice a las ramas, le proporciona mayor seguridad y le libra de una caída; su cabeza, gruesa y piramidal, es sostenida por un cuello muy corto y aparece como pegada a los hombros; de suerte que moviéndola con dificultad, sólo vería un reducido espacio si no estuviera esto compensado de alguna manera, y las moscas y mosquitos, que constituyen su principal alimento, escaparían con facilidad, haciéndole pasar largas y crueles dietas; pero en cambio está dotado de la rarísima facultad de mover sus ojos rápidamente, a la vez o aislados, dirigiéndolos en igual o en opuesto sentido; ora sea el uno hacia arriba y el otro hacia abajo, ora el uno hacia adelante y el otro hacia atrás, ora, en fin, en la dirección que le plazca o la necesidad lo exija, sin que para ello tenga que comunicar movimiento alguno a la cabeza; resultando que inmóvil sobre la rama en que se sitúa, puede acabar un horizonte dilatado, y con su vista perspicaz espiar sus víctimas en todas direcciones, aguardando cuidadosamente a que se pongan a su alcance.
Todo es singular en el camaleón; su lengua parecida en figura a una lombriz, es de una longitud próximamente igual a la de su cuerpo; esa masa de carne blanca es aplastada y hueca o excavada por la punta y bañada de un barniz viscoso o pegajoso; fijo el animal sobre la rama en que se posa, apenas una mosca, hormiga o algún otro insecto se pone a distancia conveniente, lanza sobre él su lengua, a la que queda adherida la presa, sujeta por la sustancia viscosa de que aquélla se encuentra recubierta, y demás la retira doblándola dentro de la boca. Como esta operación la verifica el animal con una rapidez prodigiosa y sin ruido siempre que se le presenta ocasión propicia, o cuando quiere llevar a su boca algunas gotas de agua que apaguen su sed, he aquí por qué pudo pasar desapercibida por algún tiempo y dar origen al error de que el camaleón se mantiene con el aire; pero según hemos visto, esta es una creencia que por falsa debe desecharse. (p.133)
[PONTES Y FERNÁNDEZ, Alejandro (1889): Errores y preocupaciones populares; y explicación de algunos fenómenos de la naturaleza. Librería de la Viuda de Hernando y Cª. Calle del Arenal, núm. 11. Madrid.] bdh-rd.bne.es
1964 Destino
España
LA PROTECCIÓN DE LA FAUNA EN ESPAÑA. SUS PROBLEMAS (por el Dr. José A. Valverde). [...] LISTA DE ESPECIES RARAS O AMENAZADAS. Para mayor claridad en la exposición, parece conveniente agrupar las especies según biotopos:
B.- MONTE BAJO O GARRIGA. La superficie de este biotopo es en España muy considerable, ya que ocupa gran parte de nuestros montes deforestados, pudiendo incluirse también los bosques bajos (de Quercus ilex y Quercus faginea), así como las grandes extensiones de matorrales diversos: Cistus, Halimium, Pistacia, etcétera. En este biotopo se hallan cinco animales interesantes desde el punto de vista de la protección: el lince, la mangosta o meloncillo, el lobo, el camaleón y la tortuga.
Camaleón (Chamaleo chamaleo).- Una de las localidades donde era común, ha visto desaparecer la inmensa mayoría de camaleones como consecuencia del establecimiento de un lugar de acampada. Es una especie que debe ser protegida inmediatamente, dada la reducida área en que habita. [...]
[Destino. Núm.1425. Barcelona, 28 de Noviembre de 1964. pp.46-53.] Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: arca.bnc.cat (elegir palabras clave)
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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà